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Lexicón

Zoología

De la fiebre a las campanas y de los refranes a los reptiles

The Prestige, 2006
The Prestige, 2006 | Joker y Crucigrama

La ciencia es incansable. Avanza a pasos agigantados. El progreso no se detiene, porque el hombre tiene una necesidad natural por conocer. Será por estos lugares comunes, o quizás por otros, que el diccionario está repleto de nombres de ciencias y disciplinas del saber. La auxología se ocupa del crecimiento de los organismos, la piretología de la fiebre y la herpetología de los reptiles. ¿Su área de conocimiento son las mareas? Entonces se dedica a la brasmología. ¿Quizás las campanas? Ni pregunte: obviamente, usted es un campanólogo. La estesiología es la «parte de la anatomía que estudia los órganos de los sentidos y el mecanismo de las sensaciones», dice el diccionario y habrá que creerle. La hilología se ocupa de la materia y no de los hilos, como se podría pensar; el prefijo deriva de la palabra griega correspondiente. Detectando esos prefijos de alcurnia clásica es fácil saber a qué se dedican la ictiología y la osteología. Hay saberes para todos los gustos. La paremiología se ocupa de los refranes, la helmintología de los gusanos y la sinología de la cultura china. Según parece, Miguel de Unamuno llamaba cocotología al arte de hacer pajaritas de papel, lo que también conocemos como papiroflexia. Ese precedente nos da autoridad moral para bautizar cualquier ciencia que nos plazca. Luego de semejante exhibición, respiramos aliviados cuando seguimos pasando las páginas y volvemos a encontrarnos con nuestras viejas conocidas: la biología, la teología, la psicología o la zoología.

 

(En la imagen: Nikola Tesla, impersonado por David Bowie, alejándose de su prodigio eléctrico. En The Prestige, de Christopher Nolan, 2006.) 

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