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MODO FONTEVECCHIA
Medicina

Adolfo Rubinstein analizó la crisis en salud y la falta creciente de especialistas

El médico y exministro de Salud de la Nación aseguró que el sistema público y privado enfrenta una "crisis de recursos humanos profesionales" y advirtió: "Muchas especialidades médicas están desapareciendo".

Adolfo Rubinstein
Adolfo Rubinstein | NA

Adolfo Rubinstein, médico y exministro de Salud de la Nación, declaró que el sistema de salud atraviesa una “crisis sistémica” de recursos humanos como consecuencia de la falta de incentivos y el desgaste que ocurrió en la pandemia. “Las vacantes a las residencias de especialidades como pediatría, medicina familiar, terapia intensiva, anestesiología y neonatología quedan desiertas”, alertó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

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Adolfo Rubinstein es médico y referente de la Unión Cívica Radical. Fue ministro de Salud de la Nación en 2017 y 2018 y secretario del Gobierno de Salud Pública en 2018 y 2019. Antes de 2017 fue secretario de Promoción de la Salud, Prevención y Control de Riesgos en el Ministerio de Salud de la Nación Argentina. En su carrera como médico fue jefe de Medicina Familiar y Comunitaria del Hospital Italiano de Buenos Aires. Rubinstein dijo en una entrevista reciente que hay especialidades médicas críticas, como terapia intensiva, neonatología, anestesiología, que están “desapareciendo en Argentina por las malas condiciones en las que viven los médicos”.

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Usted dijo que los bajos salarios y las malas condiciones laborales están llevando a la emigración de médicos jóvenes, lo cual lleva a la escasez de profesionales en especialidades críticas. Yo recuerdo que, cuando vivía en Brasil, se criticaba mucho a Lula porque importaba médicos de Cuba. En Cuba nadie tenía trabajo, o el trabajo que tenía no le permitía ganar ni siquiera para pagar un día de su comida, y entonces tenía profesionales para exportar. ¿Hay algún punto de contacto con esto que pasó en Brasil hace unos años? ¿En algún momento tendremos que importar médicos?

Espero que no. Lo que sí está claro es que tenemos una crisis de recursos humanos profesionales en salud, que no es una cosa que haya aparecido ahora, sino que se viene arrastrando hace bastante tiempo, pero que ha explotado, sobre todo en estos últimos dos años. Tiene mucho que ver con los problemas de salarios profesionales, sobre todo en el caso de los médicos; la falta de incentivos, la falta de carrera profesional, el desgaste que ocurrió en la pandemia—sobre todo en los profesionales de primera línea—, que definitivamente hoy están produciendo una crisis extrema en el sistema de salud, que tiene que ver con sus recursos humanos. Y, como yo decía, muchas especialidades médicas están desapareciendo.

Las vacantes a las residencias de especialidades como pediatría, medicina familiar, terapia intensiva, anestesiología y neonatología quedan desiertas, como algunos ejemplos de especialidades que cada vez se ven menos. No hay estímulos suficientes para que entren en una carrera profesional, están pésimamente distribuidos en el país, y, por lo tanto, esto, tarde o temprano, está repercutiendo en la calidad de atención médica. Y no solamente pasa en el sector público, pasa también en el sector privado. O sea, es una crisis sistémica que tiene la salud hoy como protagonista.

Yo no sé si estoy haciendo mal el análisis de cuál sería la causa irreductible. ¿Puede ser que tenga que ver también con el sistema educacional? No solamente con las personas que migran, sino con la cantidad de médicos que formamos. Supongo que una carrera de medicina es mucho más costosa en todo sentido —tanto para quien la brinda como para quien la cursa— que otras carreras de ciencias sociales, donde la Argentina es campeona mundial. ¿Hay algo allí, en el tema también, de que hay menos gente que entra a medicina y entra a otras carreras que lo que había hace 20, 30, 40 años?

Si, hay factores generacionales y culturales. Estoy de acuerdo con eso. La carrera de medicina es una carrera extremadamente larga. De hecho, hay proyectos para cortarla y que, de alguna manera, esté más en sintonía con la demanda actual. Pero es una carrera que tiene más de siete años, entre los años de formación, el internado rotatorio, etcétera. Y, además, en el caso de los médicos que quieren formarse adecuadamente y tienen que hacer una residencia médica, estamos hablando de siete años de carrera más por lo menos cuatro años de residencia. Es extremadamente largo y costoso en términos de esfuerzo. Si eso no va acompañado de los incentivos y los estímulos correspondientes, por supuesto provoca un gran desgaste y reduce las posibilidades de que lleguen a la práctica médicos que, además, tienen después problemas para insertarse en el mercado, sobre todo en algunas especialidades.

Así que sí, el problema es candente y es uno de los grandes problemas de la salud en este momento. Porque hoy, más o menos, el 10% del Producto Bruto Interno en la Argentina tiene que ver con bienes y servicios relacionados con la salud. Es decir, un peso cada diez pesos se gasta, o se invierte, en el sector salud. Pero, en estos últimos tiempos, el aumento del costo de los medicamentos —sobre todo de los que llamamos medicamentos innovadores o de alto precio— se está comiendo cada vez más esa torta, en desmedro y en detrimento de los sueldos y de los honorarios profesionales. Y ese es un tema muy concreto y complicado que hoy estamos viviendo en la Argentina.

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Elizabeth Peger: Tuve oportunidad de conversar con referentes del sistema de obras sociales y también de la Superintendencia de Servicios de Salud. Hay un problema en cuanto al financiamiento, sobre todo del sistema de seguridad social, en un contexto donde los salarios corren detrás de la inflación. Los costos que tiene que enfrentar el sistema se ajustan por inflación o aún más. Plantean un escenario bastante complejo y difícil de resolver, como un escenario hasta casi final del sistema de seguridad social que todos conocemos como obras sociales, y que hoy constituye un eje claro del sistema de salud a nivel de la Argentina. ¿Esto puede pasar? ¿Puede colapsar el sistema de obras sociales?

Está en una grave crisis. Pensemos que la seguridad social hoy da cobertura a más del 60% de los argentinos. Con lo cual estamos hablando de lo que sería el sistema de cobertura dominante en nuestro país. Y, obviamente, está enfrentado serios problemas de financiamiento. Serios problemas que tienen que ver, por un lado, con la seguridad social. Se financia a través de los aportes y contribuciones de empleados y empleadores. En la medida en que se reduzca la planta de trabajadores en relación de dependencia —cosa que está congelada prácticamente en la Argentina hace varios años— y los salarios estén planchados, eso provoca una fuerte crisis de financiamiento. Si a eso le sumamos el aumento de los costos en salud, muy motorizado en buena medida por el aumento de costo de medicamentos, sobre todo los de alto precio y de nuevas tecnologías, estamos en una ecuación muy difícil de resolver. Y que, si bien no está llevando al colapso hoy, sí puede llevar al colapso del sistema, del sistema de salud en términos sistémicos —no solo la seguridad social— en poco tiempo.

EP: ¿Y cómo se resuelve eso? Había algunas ideas planteadas desde sectores cercanos al kirchnerismo, que planteaban un sistema único de salud. ¿Cómo se puede trabajar con eso para seguir garantizando salud de calidad?

Por un lado, empezar a pensar en una mejor integración del sistema de salud entre el sector público, la seguridad social y el sector privado. Tiene que articularse mejor e integrarse mejor, y aprovechar las ventajas comparativas que tiene cada uno de los subsectores. Hay que tratar de fijar un marco regulatorio muy claro a la incorporación de nuevas tecnologías, de nuevos medicamentos. Por ejemplo, el proyecto de creación de una agencia de evaluación de tecnologías y de financiamiento de salud —que todavía hasta ahora fue solo un anuncio—, es una buena noticia, pero que hasta ahora no ha pasado de ser un anuncio de prensa. Eso es muy importante, porque eso le va a dar un marco a cuáles son los criterios por los cuales se tienen que incorporar nuevas tecnologías a los paquetes de cobertura de la seguridad social, del sector público.

Está claro que el PMO no resiste más la incorporación permanente de algunas coberturas…

Bueno, exactamente. Pero hay que definir cómo se va a cubrir, qué se va a cubrir, cuáles son los criterios por los cuales se van a cubrir nuevas tecnologías. Eso no está definido. Y esa es una asignatura pendiente del sistema de salud. Porque, de nuevo, si a eso le sumamos que los sueldos están planchados y que el empleo en relación de dependencia está planchado, ahí tenemos un serio problema de sustentabilidad del sistema de salud en el corto plazo.

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