Amazon demandó a su propio dueño, Jeff Bezos, por discriminar a Elon Musk
Accionistas de Amazon demandaron el propio dueño del gigante del comercio electrónico, por la pérdida de un contrato millonario con SpaceX. Competencia, egos y orgullos que juegan contra de las empresas.
“No pudo tragarse su orgullo de buscar la ayuda de su acérrimo rival”, es la frase que deja al descubierto una historia con final anunciado, una historia de enemigos públicos declarados. La competencia en cualquier ámbito que se dé tiene sus propias reglas, pero cuando implica a los más grandes referentes de un negocio millonario a nivel global, como es la carrera por el espacio, sucede el absurdo de interponerse el ego y rivalidades personales que llevan a la pérdida de negocios abultados.
Ciertamente es conocida en el mundo la rivalidad entre el dueño de Amazon, Jeff Bezos, y el propietario de X, Tesla y Space X, Elon Musk, un enfrentamiento que llega a puntos extremos y parece no tener límites. En ese contexto, accionistas de la compañía Amazon, agrupados en el fondo de pensiones Cleveland Bakers and Teamsters Pension Fund (CB&T), demandaron a Bezos y a la Junta Directiva, acusándolos de discriminar a SpaceX. La discriminación se habría dado en el marco de las negociaciones por la firma de un importante contrato de lanzamiento de satélites.
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Como resultado de este enfrentamiento de años que mantienen los dueños de estas grandes compañías, Tesla y Amazon, líderes a nivel global, se habría derivado en un grave perjuicio económico para el gigante del comercio electrónico. Precisamente en la demanda los accionistas de Amazon acusan a su dueño y alegan que la compañía descartó la firma de millonarios contratos de lanzamiento de satélites con la firma Space X, tan solo por un desaire a Elon Musk.
Esta situación alteró a los accionistas con intereses económicos que se sientes atrapados en medio de esta pelea personal que cruzó los límites, generando cuantiosas pérdidas en el ámbito empresarial.
El “mayor acuerdo de cohetes”, origen de la disputa
Para entender el comienzo de esta puntual controversia, que se destaca no es la primera en muchos otros aspectos, hay que remontarse al cierre en el proceso de compra por parte de Amazon de los lanzadores de cohetes para su sistema de Internet satelital Proyecto Kuiper. Este programa de la empresa espacial busca competir contra Starlink de Musk, llevando una red planificada de 3000 satélites al espacio para otorgar internet a cualquier rincón del planeta.
Cabe recordar que en ese momento, y así lo destacan en la demanda, se dio una ola de burlas por parte de Musk. De hecho, se remarca la rivalidad entre Bezos y Musk, acompañando capturas de pantalla con burlas en las redes sociales del titular de SpaceX. En los posteos el magnate también se burlaba de los esfuerzos especiales realizados por Bezos respecto de su compañía espacial, Blue Origin.
La demanda más insólita
Lo insólito de esta demanda, requiere partir de la base que a un lado de los involucrados se encuentra la compañía SpaceX, reconocida mundialmente por ser el principal fabricante y proveedor de cohetes a nivel global. Sus cohetes Falcon 9 se venden en el mercado a un precio competitivo, de unos USD 70 millones por lanzamiento, lo que la convierte en líder competitivo indiscutible. Además la empresa anunció que durante 2023, estima lanzar un cohete cada cuatro días.
Dos cargos de incumplimiento
Los cargos imputados son dos y abarcan básicamente el incumplimiento del deber fiduciario en cabeza de la Junta directiva demandada. Por una parte, se alega que los ejecutivos de Amazon no realizaron “ningún análisis significativo” sobre el mercado de lanzamiento de cohetes.
Otro aspecto que señalan es que se aprobaron los contratos tras “dos reuniones superficiales” y sin dejar a un lado en las negociaciones empresariales el “evidente conflicto de intereses de Bezos”.
En concreto, son acusados de frenar el avance del Proyecto Kuiper. Y por las pérdidas ante la mala decisión de rechazar un contrato satelital con SpaceX, solo por la rivalidad de Bezos con Musk, dueño de la compañía espacial.
También los acusan por “incumplir consciente e intencionalmente sus responsabilidades fiduciarias más básicas” al decidir en la compra de lanzadores de cohetes para el sistema de Internet satelital. Argumentan que en esa mala decisión deliberada, Amazon contrató por USD 2700 millones a la empresa espacial de Bezos, Blue Origin, sin siquiera considerar a SpaceX como alternativa, cuando es reconocida mundialmente por tener el mejor historial de todas las compañías del sector.
Concretamente alegan que la junta directiva de Amazon, excluyó al proveedor de lanzamientos más obvio del proceso de compra debido a la rivalidad personal de Bezos con Musk. A su vez, otras compañías también recibieron contratos en el marco del Proyecto Kuiper, en ese sentido, les imputan haber contratado para los lanzamientos del proyecto cohetes que aún no se han lanzado y llevan años de retraso.
Según informó un medio televisivo de trayectoria, en total Amazon estima invertir USD 7.400 millones por servicios de lanzamientos de satélites hasta 2028, de los cuales USD 2.700 millones se destinarán a la compañía espacial de Bezos. En ese marco, reclama daños y honorarios legales. En resumen, Amazon habría resuelto la firma de contratos millonarios, sin mucho análisis y sin hacer partícipe al resto de los accionistas, enviándoles información. Solo motivado por el sentimiento de competencia y orgullo de Bezos frente a su contrincante, Musk.
La palabra de Amazon
El Fondo integrado por los accionistas perjudicados presentó la demanda ante el Tribunal de Cancillería de Delaware. Por su parte, desde Amazon afirmaron que "los reclamos en esta demanda carecen completamente de fundamento y esperamos demostrarlo a través del proceso legal".
Final anunciado: ni siquiera “consideró” a Space X
¿Podría decirse que este final era el esperado? De hecho, ya a mediados de 2020, CB&T adelantó lo que habría manifestado Bezos ante el comité de auditoría de la compañía, en el sentido de que estaban manteniéndose conversaciones con Blue Origin y otras tres empresas para la firma de contratos de lanzamiento, sin embargo, SpaceX “no estaba entre las cuatro” opciones, es lo que había asegurado Bezos, según el fondo alega.
Para terminar, con el más certero puñal, los accionantes concluyen con algo de ironía y mucho de realidad: “Se debe suponer que Bezos no pudo tragarse su orgullo de buscar la ayuda de su acérrimo rival para lanzar los satélites de Amazon”. Ahora, será la Justicia quien deba decidir si este negocio millonario por la carrera al espacio se vio afectado por la disputa personal de estos orgullosos rivales.
