En 1936, en España, se vivía una época de violencia e intolerancia. Estaba a punto de estallar la Guerra Civil Española y desde los sectores más reaccionarios se seguía con fuerza la campaña de desprestigio y odio hacia el régimen democrático republicano y sus partidarios.
Lorca había sido ya señalado por una parte de la prensa más conservadora y, desde 1935, era considerado un enemigo de la derecha. Un año antes, él célebre poeta y dramaturgo había manifestado que se sentía a su vez católico, comunista, anarquista, libertario, tradicionalista y monárquico, pero que siempre se había sentido "partidario de los que no tienen nada". Cuando estalla la Guerra Civil, Lorca busca refugio en casa de la familia de su amigo el poeta Luis Rosales, donde se sentía más seguro.
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El 16 de agosto de 1936, se presentó allí la Guardia Civil para detenerlo. Para entonces se acusaba a Lorca de "ser espía de los rusos, estar en contacto con estos por radio, y ser homosexual". Fue trasladado al pueblo de Víznar donde pasó su última noche en una cárcel improvisada junto a otros detenidos. La fecha exacta de su muerte fue objeto de una larga polémica, pero parece definitivamente establecido que fue fusilado a las 4:45 de la madrugada del 18 de agosto en el camino que va de Víznar a Alfacar.
El cuerpo de García Lorca, que jamás se recuperó, permanece enterrado en una fosa común anónima en algún lugar de esos parajes, junto con el cadáver de un maestro y dos anarquistas ejecutados con él. Hoy se conmemoran 86 años de ese crimen, y el prestigio universal del poeta permanecen inalterados, o mejor dicho crecen día a día.
BL PAR