“Después de lo que fueron las derrotas políticas del 2023, entendíamos que si Milei había llegado a ser presidente era porque algo se estaba haciendo mal desde la política”, afirmó Caren Tepp, flamante diputada provincial por Santa Fe, en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190). Desde Rosario, la dirigente de Ciudad Futura plantea que “la política sufrió un aplazo” y que es momento de “refundar la representación democrática desde el territorio, con nuevas prácticas y participación activa de las bases”.
Caren Tepp es concejala de la ciudad de Rosario en las recientes elecciones, fue electa diputada por la provincia de Santa Fe tras encabezar la lista de la coalición Fuerza Patria.
Quería entender por qué su candidatura, ahora su elección, generó tanta controversia. ¿A qué lo ha asigna y hoy ya en retrospectiva cómo lo vive?
Yo creo que en Santa Fe venimos haciendo un proceso que comenzamos desde el espacio que yo milito, Ciudad Futura, que nació en la ciudad de Rosario. Un proceso de unidad, de construcción y de reconstrucción de todo el campo nacional y popular. Después de lo que fueron las derrotas políticas del año 2023, en las cuales nosotros entendíamos que el hecho de que Milei llegara a ser presidente, algo se estaba haciendo mal desde la política. Que la política, de alguna manera, había sufrido un aplazo y había que animarnos a hacer las cosas de otra manera.
Y la primera era poder reconstruir un campo de unidad con todas aquellas fuerzas que defendemos los mismos intereses, los mismos sectores, que en los ámbitos legislativos votamos de la misma manera, pero que después, en elecciones, íbamos de manera dividida, haciéndole elegir a nuestra gente entre unos y otros. Ese proceso de unidad lo iniciamos primero en Rosario. Bueno, la casi victoria en el 2023 de Juan Monteverde como intendente.
Este año se profundizó ese camino, y fue el candidato a concejal más votado en la ciudad de Rosario, por sobre el candidato de La Libertad Avanza y del propio pullarismo. Y este año iniciamos ese mismo proceso de provincializar esta unidad. Fuerza Patria, en la provincia de Santa Fe, tuvo más de once partidos políticos, movimientos sociales, gremiales, que llevamos adelante esta campaña, en la cual me tocó encabezar un proceso que nosotros decíamos “unidad, pero con renovación”. Renovación que no tiene que ver solamente con caras o nombres nuevos, sino, fundamentalmente, con prácticas políticas nuevas. Con animarnos a hacer las cosas de otra manera.
Y más allá de cuál es la foto final, la del resultado electoral, que claramente es muy difícil analizar en términos provinciales, viendo lo que fue la ola, a nivel nacional, de La Libertad Avanza, en la provincia de Santa Fe nosotros nos habíamos planteado en esta campaña dos objetivos: el primero era frenar a Milei, y el segundo, empezar lo que viene. Y el primero, claramente, no nos alcanzó. No llegamos en estas elecciones a cumplir ese objetivo todavía. Pero sí el segundo: el de empezar un proceso que tenga que ver con una reconstrucción que tenga mucha crítica y autocrítica, no solamente de la dirigencia, sino también con la participación activa de las bases, para ver cómo construimos un horizonte de futuro deseable y realizable para los próximos años.
¿Y por qué la controversia alrededor suyo? La condición femenina...
El gobierno nacional ha utilizado métodos de campaña sucia, y de extorsión en toda esta campaña, que yo creo que la generación del miedo, que fue lo que utilizaron como estrategia general, les surtió efecto. Y en particular, en la provincia de Santa Fe, yo creo que lo que sucedió es que emergió esta lista y, al ser una lista encabezada por una mujer joven, que iba generando expectativas, que en cada una de las campañas que hacíamos, donde hicimos asambleas ciudadanas, donde abríamos la participación a la ciudadanía, se iba generando cierta expectativa.
Y tanto el gobierno provincial de Pullaro como el de Milei lo vieron como una amenaza. Y ahí, bueno, durante toda la campaña a una le tocó, de alguna manera, recibir los ataques desde un gobernador que me decía que yo era “la mujer de...”, con una apelación totalmente anacrónica, como si las mujeres, en este siglo XXI, todavía siguiéramos siendo representantes puestas por algún dueño vinculado a algún varón. Sin lugar a dudas, ese ataque del gobernador generó también, en no solamente las mujeres sino en gran parte de la sociedad, un rechazo absoluto por estar apelando a ese tipo de agresiones por el hecho de ser mujer.
Más muertos en las calles de Río de Janeiro: hay al menos 122 cadáveres en las favelas
Y después, el gobierno nacional utilizó, digamos, todo el aparato digital a nivel nacional para generar miedo, temor, hacernos campañas sucias, de alguna manera utilizando nuestras consignas de campaña, tergiversándolas, modificándolas, interviniendo entrevistas que yo hacía. Bueno, creo que todo eso de lo que hablaba era de un temor de que algo estaba pasando en la provincia de Santa Fe, que más allá del resultado electoral tenía que ver con un proceso que se estaba poniendo en marcha y que había que intentar disciplinarlo, cortarlo, atacarlo de raíz. Ha sido la propia Justicia la que ordenó que toda la campaña sucia llevada adelante por el propio presidente se dé de baja de las plataformas.
Yo creo que hoy estamos en un momento en Argentina donde Milei no es el único autoritario. Todos quienes están ocupando lugares y ejercicios de gobierno, cuando se ven amenazados, utilizan la forma de intentar disciplinar al que piensa diferente, a través de distintos usos y recursos del poder. Bueno, desde acá, humildemente, seguimos sosteniendo la misma militancia, y eso, lejos de debilitarnos, yo creo que nos fortaleció en el proceso electoral que llevamos adelante.
¿Y qué está pasando en Rosario con los Monteverde?
Yo creo que lo que tiene que ver es con una hipótesis de construcción que nosotros venimos llevando adelante como Ciudad Futura. Nuestra militancia es muy hija de la crisis del 2001.De esa crisis de representación, de abrazar la política, de entender que la política sigue siendo la herramienta colectiva de transformación de nuestras realidades, pero que necesitamos poder cambiar la forma de ejercicio de la política, del hacer de la política; y que para nosotros la crisis que hoy vive esta democracia, la crisis de representación, el alejamiento que hay entre gran parte de la sociedad y la política, porque no es un dato que haya que pasar por alto que siga habiendo una alta apatía y abstención del electorado en las elecciones, que cada vez es más creciente. Esos diagnósticos, lo que pensamos es que la forma de reconstrucción de ese vínculo se tiene que hacer de abajo hacia arriba, desde la territorialidad. Desde la cercanía.
Que hay que pensar en refundar la democracia donde la democracia nació, que es precisamente en las ciudades. Y que la reconstrucción de un proyecto nacional, en este tiempo, tiene que hacerse con la construcción desde el territorio y desde la cercanía, en la articulación de una red de procesos y de proyectos que, perteneciendo a un mismo horizonte, a unas mismas banderas, compartiendo ejes doctrinarios y demás, pueda volver a conectar y a generar la confianza que está rota entre la sociedad civil y la política y sus representantes.
Si nosotros no hacemos ese camino, la política a la gente cada vez le queda más lejos. El debate de lo nacional le queda cada vez más lejos. Y lo que hemos podido hacer desde la ciudad de Rosario es la construcción de que nosotros no nos quedamos solamente diagnosticando los problemas que hoy tiene nuestra sociedad, sino que, aún sin ser gobierno, todavía nos ponemos al frente del hacer, de la materialización de las ideas y de las soluciones.
Seguramente Juan Monteverde te habrá contado en alguna entrevista: nosotros somos quienes hemos fundado, sin ser gobierno, dos escuelas para jóvenes y adultos en los barrios más violentados de la ciudad de Rosario, que hace diez años son gestionadas por la propia comunidad del territorio. Ahí, donde no había escuelas, y esas escuelas son hoy reconocidas por el propio Ministerio de Educación como las de mayor cantidad de graduados en la provincia de Santa Fe para jóvenes y adultos. Y nosotros, esto, no es solamente la posibilidad de darle herramientas a esos jóvenes para que desarrollen sus proyectos de vida de manera autónoma, sino que también es una política de seguridad muy efectiva, porque logramos estrangular la capacidad de captación que tienen las bandas narcos en esos territorios.
Digo, entonces, cuando nosotros a la sociedad rosarina no le hablamos de educación en abstracto, de igualdad de oportunidades en abstracto, sino que les mostramos que hay una realidad efectiva en la cual, si uno le da oportunidades a los jóvenes, la cosa puede cambiar. Que hay proyectos que no solamente garantizan derechos, que son eficientes, que son eficaces, sino que también, en la construcción de esas respuestas, vamos tejiendo una sociedad mejor. Vamos retejiendo un vínculo social y solidario que hoy está roto en cada uno de los territorios, en la sociedad en su conjunto, pero en los barrios populares en particular.
Ahí la gente no confía en nosotros por lo que le prometemos, sino por lo que hicimos. Y eso es lo que genera expectativa, genera ilusión, genera esperanza. Y me parece que acá hay parte de las claves que nosotros, humildemente, desde Ciudad Futura, en términos de innovación política, tenemos para aportar a un proceso más grande, que es el del movimiento nacional.
Caren, cuando hablamos con el gobernador Pullaro, que además había sido ministro de Seguridad en su momento en la provincia, y le preguntamos respecto de qué pasó, que Rosario hace dos años y Santa Fe, en general, eran noticias de situaciones de violencia y narcotráfico cotidianas, y hoy Rosario aparece con índices de delincuencia similares al resto del país, él pone foco, acento, en todo lo que implica la actitud represiva. Entiendo que ustedes ponen foco en lo que sería la profilaxis. Pero el cambio de tendencia respecto de la cantidad de delitos en Rosario y de la visibilidad del narcotráfico es distinta hoy que hace dos años, y nos encontramos justo en el día de hoy con lo que está sucediendo en Río de Janeiro, que sucedió ayer.
Me gustaría alguna reflexión suya sobre lo que pasó y pasa en Río de Janeiro, lo que pasó en Rosario en el pasado y por qué hoy está mejor la situación de Rosario, y cómo la compara con la de Río de Janeiro.
Claramente no estamos ni cerca, ni estuvimos de una situación como la de Río de Janeiro. Pero nosotros decimos que a Rosario, Argentina la tiene que mirar como un espejo. Porque el problema de Rosario no es solamente el problema de Rosario, es un problema de Argentina. Uno ha analizado y estudiado mucho estos fenómenos en América Latina, y cuando el narcotráfico permea o ingresa en un país, en general, siempre lo hace en las segundas ciudades, no en las capitales. En el caso de Medellín, por ejemplo. Y nosotros decíamos: “Ojo, que lo que está pasando en Rosario acá, después, tarde o temprano, si no tenemos una política de seguridad efectiva, se va a seguir reproduciendo y extendiendo en el resto del país”. Y me parece que eso es un poco también lo que hoy estamos viendo. Que, sin los niveles ni cerca de Brasil, empieza a pasar en otros lugares de Argentina, y por eso hay que tener el ojo.
Y ahora también Argentina tiene que mirar a Brasil como un espejo, para no llegar a esa situación. Las tasas de homicidios, en general, en todos estos países, son variables que van subiendo y bajando, de manera diferente en cada momento. Y no hay una única variable que las explique. Sí, lo que uno ha estudiado es que, en los momentos donde se logra bajar los niveles de violencia urbana en las ciudades, lo que el Estado tiene que hacer es justamente reforzar las estrategias que van al problema de raíz.
Y ahí nosotros entendemos que, para tener una política de seguridad integral en el tema del narcotráfico, se necesita primero una mirada y un ataque por arriba: perseguir la ruta del dinero narco, el lavado de activos. Si nosotros no tenemos una política de seguridad, y aquí también es fundamental el rol del Estado nacional, que ataque y que corte el circuito del negocio del narcotráfico, del dinero sucio del narcotráfico, no vamos a cortar la violencia.
La actividad económica cayó 0,8% en septiembre y habría entrado en recesión según Ferreres
La verdad que lo que está pasando hoy en Argentina es preocupante. El presidente ha dictaminado que la UIF no pueda presentarse como querellante en causas de lavado de activos y de corrupción. Eso claramente son medidas que flexibilizan y que permiten, de alguna manera, el lavado de activos. Lo mismo que Espert, cuando presentó el proyecto, que afortunadamente no prosperó en el Congreso, para tener la “inocencia fiscal”, que era decir que ningún gobierno en el futuro te pueda pedir a vos cuál es el origen de tu patrimonio. Esas medidas nacionales, claramente, flexibilizan y permiten hacer más rentable el negocio del narcotráfico.
Y después, una política “por abajo”, que es lo que venimos haciendo: poder tener una mirada y una presencia, y una recuperación, fundamentalmente, de la presencia del Estado en el territorio. Yo escuchaba la otra vez a Milei diciendo que entre las mafias y el Estado él prefería las mafias. Cuando el Estado se corre y el gobierno lo toman las mafias, claramente perdemos todos. Y lo que ha pasado en gran parte de los barrios de Rosario es muy elocuente: cuando el Estado desaparece, el poder de las mafias condiciona no solamente el negocio del narcomenudeo, sino que también empieza a regir después todos los vínculos sociales de ese territorio.
Es el que te presta dinero cuando estás necesitando, es el que te hace una ayuda cuando necesitás algo respecto a la salud, y después eso vuelve condicionando la vida de esas familias. Es el que, en algunos barrios, te dice: “Hasta acá podés entrar, y hasta acá no”. La realidad es que en muchos barrios de Rosario las balaceras siguen existiendo, las amenazas y las extorsiones que viven muchas familias siguen estando. No tenemos los índices de homicidios que teníamos años atrás, pero el problema no está resuelto.
Yo creo que lo que le está faltando es que estas problemáticas no se resuelven solamente con un gobernador o con un ministro, o con un presidente. Tienen que tener un acuerdo plural, muy amplio, de todos los sectores políticos, en el cual también tienen que participar los sectores eclesiásticos, el sector privado, los medios de comunicación, porque son problemáticas estructurales que, una vez que se enraizan en nuestros territorios, terminan después incluso condicionando y cercenando la propia democracia.
Yo creo que hoy estamos en un tiempo donde se está subestimando el problema y el avance del narcotráfico y de las bandas delictivas en nuestro país. Y que hay muchas medidas que se están tomando que van a terminar siendo, de alguna manera, beneficiosas para atraer el negocio del narcotráfico en Argentina, con las complicaciones que eso trae.
Yo, por lo que he estudiado en todos los países de América Latina, creo que cualquier estrategia de seguridad claramente tiene que tener su faz represiva, pero eso tiene que estar subordinado y coordinado con una política integral, que tenga una perspectiva también desde lo urbano, desde lo social, desde lo económico. Y eso es lo que no estoy viendo que esté apareciendo, ni en Santa Fe ni en nuestro país. Y sí creo que cualquier proyecto de nuestro campo político que tenga aspiraciones de gobernar en los próximos años tiene que tener, sobre este tema, un plan y una hoja de ruta clara acerca de qué hacer.
LT