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MODO FONTEVECCHIA
Democracia en crisis

"Changui" Cáceres: “Milei puso topos con cada partido y sin partidos no hay democracia”

El exdiputado nacional Luis Alberto “Changui” Cáceres este Gobierno "está terminando con la democracia porque está licuando los partidos políticos". Además planteó que solo un liderazgo surgido de los procesos y consensos podrá guiar al país hacia la reconstrucción.

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Luis Alberto | Captura

Para el histórico militante radical Luis Alberto “Changui” Cáceres, Javier Milei “está terminando con la democracia porque está liquidando y licuando los partidos políticos, y no hay democracia sin sistema de partidos políticos”, mientras advierte que “no hay república sin división de poderes”. "Está permanentemente crucificando a aquel que no solo puede llegar a disentir, sino que lo mira mal. Está haciendo pelota a la República", sostuvo, además, en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Luis Alberto “Changui” Cáceres es un histórico militante de la Unión Cívica Radical que inició su militancia en el radicalismo con solo 15 años de edad. Primero en el ámbito secundario, luego en el universitario, donde fue miembro fundador del Movimiento Universitario Reformista Auténtico, predecesor de lo que fue la Franja Morada. Además, fue miembro del movimiento de Renovación y Cambio que lideró Alfonsín apenas recuperada la democracia. Fue electo diputado nacional en la provincia de Santa Fe en dos periodos consecutivos. Fue candidato a gobernador de su provincia en 1987.

¿Cómo ve la política actual y no solamente al radicalismo, sino al conjunto del mapa político?

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Con mucha preocupación, porque veo un futuro de terror y tenemos un mal presente en este momento. Y es un mal presente que augura mayores males en el futuro. Y bueno, uno humildemente, haciendo lo posible, viene señalando el tema para tratar de evitarlo, de no tropezar con la misma piedra donde habitualmente los argentinos tropezamos.

Esto no tiene nada de nuevo. Nos presentan políticas económicas como novedosas y las venimos padeciendo y sufriendo desde hace ya una cantidad de décadas. Terminan en crisis, después la vuelven a poner en práctica y terminan en crisis. Y ahora parece esto como novedoso de vuelta y va a terminar de la misma manera que terminan otras oportunidades, probablemente con una crisis mayor. Y esto me tiene realmente muy, muy preocupado.

Si tenés una violencia verbal que se viene desarrollando desde la primera magistratura, que es un poco un correlato de lo que pude determinar, con una violencia que pase de lo verbal a lo físico, esto puede terminar en momentos realmente muy dificultosos para la vida nacional, hasta en guerra civil. Y hasta temo que la territorialidad argentina pueda ser discutida y pueda no suceder que esto se mantenga a futuro. Un proceso hasta posible de que esto sea como Yugoslavia. Y bueno, ya no sé qué hacer realmente.

Entiendo que el grueso de la gente en momentos de dificultades está pensando cómo compra un litro de leche para el hijo, cómo compra un paquete de fideos, de polenta o de lentejas para tener algo a la noche. Y que no tiene, mayormente, ni tiempo ni posibilidad de estar analizando determinadas cosas con elementos que a veces hasta a mí me resulta difícil conseguirlos. Entiendo todo eso. Pero lo que también entiendo es que si se transitan los mismos caminos que nos llevaron a fracasos anteriores, vamos a terminar en un gran fracaso. Y esto se acerca cada vez más.

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Tengo que admitir la transparencia de nuestro presidente: asumió diciendo que era un topo dentro del Estado para destruir el Estado, y lo está haciendo meticulosamente. Está terminando con la democracia porque está liquidando y licuando los partidos políticos, y no hay democracia sin sistema de partidos políticos. Está haciendo pelota a la República, porque no hay república sin división de poderes. Atenta realmente contra la libertad, porque está permanentemente crucificando a aquel que no solo puede llegar a disentir, sino que lo mira mal.

Y esto se traslada también a la prensa, donde el desarrollo de la prensa independiente con este hombre en el gobierno es realmente imposible: los crucifica. Y no puede haber democracia plena y libertad si no hay libertad de prensa. Lo dice un tipo que, en su momento, en el 94, siendo constituyente en la reforma, presentó un proyecto que tenía que ver justamente con la libertad de prensa y otro proyecto que tenía que ver con el derecho a la información del ciudadano medio y el derecho a réplica. Pero bueno, estamos sumergidos en esta situación que para mí tiene pronóstico sombrío. Creo que solamente las fuerzas mancomunadas de una sociedad que tendrá que despertar, y espero que despierte un poco antes de que sea tarde, podrán encarar un camino que nos saque de esta situación.

¿Qué sería la economía que llevó adelante los primeros 5 años de la dictadura militar, la que llevó adelante Menem y la que lleva adelante ahora Milei como una especie de continuidad? ¿Y los cambios habrían sido Alfonsín, Kirchner y lo que usted supone que vendrá después?.

Así es. Si te vas a la dictadura militar aquella, hay que recordar que cuando ya no se pudo obtener más préstamos internacionales, esa dictadura militar empezó a conseguir préstamos a partir de empresas del Estado, que las dejó endeudadas hasta el tope. Y ahí tenés que recordar también lo que fue la estatización de la deuda privada, que nos dejó con un choclo de la cual no podemos salir nunca. Y cuando llega Alfonsín, por ejemplo, al gobierno, se encuentra con que tenía vencimientos a las 48 horas, con cero pesos en la caja y con una deuda monumental de la cual se tenía que hacer cargo.

¿Y esa es la situación que usted imagina se encontrará el próximo presidente después de Milei?

No, yo te diría que eso potenciado. Ojalá fuera eso: eso absolutamente potenciado. Nos está llevando a una situación donde salir va a ser de enorme dificultad. Argentina ha pasado momentos difíciles. Vos recordarás que en alguna época hasta nos embargaron la Fragata Libertad y teníamos que pensar, con los aviones de Aerolíneas, en qué aeropuerto podía aterrizar y en qué aeropuerto no, porque lo embargaban. Yo estoy viendo ya en los últimos tiempos que mandamos toneladas y toneladas de oro a Inglaterra, y creo que hubo un envío también a Estados Unidos.

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Y la pregunta que yo me hago es: si estábamos mandando oro, que si lo teníamos acá y lo venían a embargar, ¿cómo iban a hacer? Pero ahora ya no tienen ese problema porque el oro lo tenemos fuera, con lo cual los embargos van a ser más efectivos. Y estamos hablando, por ejemplo, de los benditos 16.000 millones que entendemos no corresponden, pero hasta el día de la fecha están esos 16.000 millones con el tema de los fondos buitres, de la compra fraguada, sin plata, que se hizo en su momento del 25% de YPF, y que ahora tenemos ese juicio pendiente: 16.000 millones de dólares. Esto me hace pensar que este envío de oro afuera no ha sido casual. Y me hace pensar también en algo que te lo vengo advirtiendo hace tiempo: que hay demasiados puntos de coincidencia entre el gobierno que estuvo antes y el gobierno que está ahora.

¿A cuál se refiere?

Y me refiero a la señora que anda con tobillera y me refiero a este muchacho que lo tenemos en este momento como presidente de los argentinos. Es decir, creo que a ambos les sirve el tema de la grieta. Trabajan ambos en ese sentido. Lo he visto con el tema, por ejemplo, de Ficha Limpia, donde teóricamente aquellos que estaban empujando la Ficha Limpia, cuando tienen quorum, cuando está en tratamiento el tema, arman el escándalo para que todo se vaya al carajo y no salga. Porque creo que en definitiva esa Ficha Limpia no le convenía ni a unos ni a otros, porque todos tienen el dedito metido en el enchufe. Creo además que no solo los malos gobiernos anteriores posibilitaron la llegada de este nuevo gobierno, sino que además también el mal cálculo de los amigos del justicialismo lo llevaron a este muchacho al gobierno.

Pienso que ellos en su momento entendían que la oposición era Juntos por el Cambio y lo que tenían que derrotar era Juntos por el Cambio, y había que debilitarlo. Había un muchacho que se cambiaba la peluca y que gritaba por televisión, y no sé qué demonio, y le pusieron fichas pensando que este iba a sacar votos a Juntos por el Cambio. Y se les fue la mano con la cantidad de fichas. Aportaron recursos en alguna medida, le pusieron fiscales donde no los tenía porque no tenía estructura ni aparato. Hasta le ayudaron a completar listas en los lugares donde no las podían completar. Y bueno, se les fue la mano con el asunto del apoyo que dieron y pasó lo que no pensaban que iba a pasar: que este muchacho terminó ganando.

¿Usted imagina alguna posibilidad de una reconstrucción? Usted decía en una frase que aquellos que llegaron al radicalismo para ser antiperonistas nunca fueron radicales. ¿Una especie de alianza como fue en su momento en distintos países de Europa, entre los partidos mayoritarios, competitivos, históricos, en una especie de reconstrucción de alianza entre los tradicionales partidos históricos como el radicalismo, el peronismo y otras fuerzas de centro?

Yo creo que eso va a ser necesario. Veremos si va a ser posible. Cuando Balbín y Perón, con bastante lucidez, se dieron el abrazo y toda esa cuestión en su momento, yo veía la cosa muy verde. Cuando se planteó la posibilidad, a partir de un deseo de Perón, de una fórmula integrada, yo estaba en contra. Creía que tenía que haber una oposición, y la oposición teníamos que ser nosotros. Al margen de que sí estaba convencido en que el abrazo servía, sí estaba convencido en apuntar en aquellas cosas en que se coincidía empujando la carretilla, pero creía que teníamos que mantenernos como oposición. Alfonsín intentó también, cuando llegó al gobierno en el 83, abrir el gobierno a gente que venía del peronismo. Incluso hasta le ofreció la presidencia de la Corte Suprema.

¿Lo que usted dice es que hubiera sido mejor una fórmula Perón-Balbín y no Perón-Perón?

Eso no me cabe la menor duda.

Y trasladándolo hoy a 2027, ¿imagina algo parecido? ¿Que sería bueno una fórmula entre un peronista y un radical?

Lo que yo creo es que lo que no pudo haber sido en otro momento, porque la fruta no estaba madura, tal vez ahora esté madura y con necesidad de que eso suceda en los tiempos inmediatos y futuros. Esto es simplemente lo que creo. Hubo varios movimientos históricos en Argentina que trascendieron los partidos políticos. Uno fue el yrigoyenismo, que no era solo de radicales, sino que había más gente que no era radical y apoyaba a los dirigentes. Después estuvo lo del peronismo, que todos sabemos cómo surgió: el partido laborista, una parte del radicalismo que era Forja, todo este tipo de cuestiones que trascendían lo que era la estructura de un partido. Un movimiento que llegó a tener en un extremo, en su momento, la Triple A y por el otro lado, en el otro extremo, Montoneros. Que cuando se juntaban no era para discutir, sino que cuando se juntaron en Ezeiza fue para reventarse a tiros. Otro movimiento que trascendía el partido, si se quiere, aunque no se lo visualiza tanto, que fue el alfonsinismo. Mucha gente que no era radical votó a Alfonsín como una esperanza en su momento. Yo creo que ningún partido, individualmente, en este momento está en condiciones de sacarnos de esta crisis.

La pregunta es si es algo de los partidos o la necesidad de que haya un dirigente que pueda producir eso en los partidos. ¿Cuál es su propia experiencia a lo largo de los años? ¿Hacía falta un Alfonsín, un Menem, un Kirchner, un Perón, un Balbín?

Los líderes surgen de los procesos. Y en este momento, si vos me decís dónde está, yo te digo: no lo veo. Pero sí pienso que surgirá de los procesos. Y cuando la cosa no viene de arriba para abajo, tendrá que venir de abajo para arriba, y en el proceso aparecerá lo que terminará siendo punta de lanza de eso. O sea, hoy no tenés un partido político nacional. Está todo hecho pelota, absolutamente todo hecho pelota. Este muchacho que se declaró topo dentro del Estado para destruir el Estado, ha metido topitos en todos los partidos políticos. Y todos los partidos políticos, si vos los querés visualizar como partidos nacionales hoy, no existen. Y sin sistema de partidos que funcione, es imposible que exista la democracia. Y yo soy demócrata, soy liberal en lo político. Creo, como cree mi partido, en “tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario”. Otra cosa que también plantea mi partido: doctrina para que te entiendan y conducta para que te crean. Y acá ha dejado de haber conducta para que te crean en los distintos partidos políticos.

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Claudio Mardones: ¿Y en el radicalismo qué está viendo? Milei ha tenido topitos en cada uno de los partidos y en el radicalismo también los tiene. ¿Cómo va a afrontar esta nueva etapa de un Milei en donde empieza a perder fuerza, hay opositores que se le animan, pero hay un sector del radicalismo que ha buscado aliarse y otro que no, que trata de mantener cierta independencia?

No. Primero, creo que va a haber un proceso de depuración en el radicalismo de aquella gente que nunca fue radical. Es decir, vos tenés una porción que creo que de radicalismo nunca entendió nada. Simplemente tenían una posición contra lo que estaba en ese momento en el gobierno, que era el peronismo. El principal partido de oposición al peronismo era el radicalismo, con lo cual entraron al radicalismo para hacer antiperonismo, pero nunca entendieron lo que era el radicalismo. Radicalismo no es antiperonismo.

El radicalismo ha estado enfrentado en una serie de cuestiones que atentaban contra la libertad del individuo, la libertad de prensa, la libertad de expresión en época de Perón. Hemos confrontado con eso. Dirigentes nuestros han estado en la cárcel en su momento, han sido sancionados en su momento, han sido desaforados del Congreso de la Nación en su momento. Y lo que generalmente no se sabe es que lo mismo sucedió en las cámaras de diputados provinciales y en los concejos deliberantes en el interior del país. Cosa que no se sabe, pero que yo la sé porque le pasó a mi padre en Santa Fe, con lo cual lo tengo presente. Un día le hicieron la venia cuando entró al Concejo Deliberante y al día siguiente lo sacaron del forro del traste, porque era opositor.

Creo que va a haber un proceso de decantamiento en eso. Y el radicalismo, el padrón inmenso que tiene de afiliados, bueno, tendrá que sincerarse, donde vos vas a encontrar gente que nunca se enteró incluso que estaba afiliada al radicalismo, que algún vecino o algún amigo le hizo la gauchada de poner la firma en su momento. Te vas a encontrar con aquellos que entraron pensando que era una buena tribuna para hacer antiperonismo; con alguno que pensó en su momento, en una determinada oportunidad, que era un buen peldaño para hacer un avance en lo personal.

Quedarán los que realmente son radicales y habrá que construir a partir de ahí. Y como el músculo no va a dar frente a la gravedad de la crisis y a la situación en la que va a quedar el país, va a haber que tratar de buscar puntos de acuerdo, que se pongan por escrito y que permitan lo mismo que permitió a una serie de países destruidos en la posguerra salir adelante, recrearse, reconstruirse. Si tradicionalmente los socialdemócratas confrontaban con los demócrata-cristianos, se pusieron de acuerdo en determinados puntos esenciales y sacaron el país adelante. Alemania destruida. Y bueno, hoy es la principal potencia de Europa. O Japón, que se tuvo que comer dos bombas nucleares, destruido, Hiroshima y Nagasaki. Y bueno, hoy es lo que es. Tratemos de copiar e intentar transitar los caminos que llevaron al éxito y a sobreponerse de situaciones difíciles a otros países, y no copiar precisamente y transitar los caminos que ya han sido transitados y que nos llevaron al desastre.

Ese es un poco el esfuerzo que tenemos que hacer para adelante. Yo nunca pensé llegar a los 30 años vivo, te lo digo con absoluta franqueza. Y ya estoy transitando de los 82 para los 83 años, con 68 años de militancia. Con lo cual, si pensé que no llegaba vivo a los 30 cuando tenía toda la vida por delante, ahora que ya la viví, estoy recontrarregalado. Es decir: a la democracia se la tiene que regar todos los días, porque es una plantita que tiene que crecer. Y a la patria se la tiene que defender, y hay que luchar para defenderla. Y si hay que morir, se muere y punto.