Decenas de solicitantes de asilo que fueron reconocidos oficialmente por el Ministerio del Interior del Reino Unido como vulnerables y potencialmente necesitados de protección han muerto en alojamientos del gobierno. Documentos internos no revelados previamente sugieren que varios de los casos involucraron fallas en la protección.
Una investigación conjunta del periódico The Observer y Liberty Investigates comprobaron al menos 107 muertes de solicitantes de asilo que recibieron alojamiento gubernamental entre abril de 2016 y mayo de 2022, mucho más de lo admitido oficialmente. Desde enero de 2020 han muerto 82. Entre ellos, al menos 17 murieron por suicidio o sospecha de suicidio, según los registros del Ministerio del Interior publicados bajo las leyes de información.
La mitad de los que han muerto desde el comienzo de 2020, 41, fueron marcados por tener un "elemento de salvaguardia", una etiqueta que los funcionarios asignan a las personas reconocidas por tener vulnerabilidades o necesidades, como un problema de salud.
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Hubo cuatro muertes en 2019, 36 en 2020, 40 en 2021 y seis en lo que va del año. El aumento constante en las estadísticas del Ministerio del Interior no parece explicar el alza de la tasa de mortalidad. Muchos temen que se hayan perdido oportunidades para salvar vidas. Los detalles de varios casos plantean interrogantes sobre aparentes “fallos sistémicos”, incluidas posibles lagunas en las políticas de salvaguardia y supuestos lapsos posteriores.
JL PAR
