Antes de afrontar este jueves, la segunda jornada de la mayor huelga ferroviaria en el Reino Unido desde 1989, el gobierno británico anunció que prepara un proyecto de ley que permitirá suplir con trabajadores de agencia temporales a los empleados que secunden los paros. La ley, que el primer ministro Boris Johnson espera que esté en vigor en las próximas semanas, eliminaría las restricciones de la era de 1970.
Casi 40.000 trabajadores, de 13 compañías ferroviarias, y el operador de infraestructuras Network Rail paralizaron la red de trenes del Reino Unido el martes y ayer y mantienen otra para mañana, sábado, convocada por el Sindicato nacional de trabajadores ferroviarios, marítimos y del transporte (RMT, en inglés).
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Con la inflación disparada hasta el 9,1%, el índice más alto en 40 años, el sindicato del transporte reclama subas salariales y evitar despidos previstos. El gobierno teme que otros sectores organicen protestas en los próximos meses debido al aumento del costo de vida. La huelga supone un elevado costo para la economía británica, especialmente para el sector hotelero, que estima una pérdida de 500 millones de libras (612 millones de dólares).
JL PAR