Luego del paro general, surgieron cuestionamientos respecto de si es una herramienta arcaica a partir de las nuevas tecnologías, que incorporan la posibilidad del trabajo remoto y nuevas formas de producir en este primer cuarto del siglo XXI”, contextualizó Alejandro Gomel en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Por el momento, en el mundo gremial, la forma más potente de presentar una protesta es un paro, y mucho más si es general. En la medida tomada ayer se vio contundencia, ya que no hubo transporte más allá de unos pocos colectivos que circulaban casi vacíos. Pese al cese de actividades de los bancos, las escuelas y la industria, los comercios (sobre todo los minoristas) abrieron, marcando una contracara que dificulta mensurar el alcance real de la medida. Por eso es que muchos hacen foco en las nuevas formas de manifestar las protestas en este siglo.
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Según los números del Indec, en estos últimos 4 meses, el salario creció en un 56%, mientras que la inflación en el mismo período fue del 90%, lo que se traduce en una abrupta caída del poder adquisitivo. Si bien al golpe al bolsillo de los trabajadores formales no es un problema nuevo, se suma la desocupación, un inconveniente que se verá profundizado en los próximos meses.
En cuanto a las repercusiones, el Gobierno sostuvo que esta acción fue motorizada por “la casta sindical”, al tiempo que mostró una sobreactuada solidaridad con los trabajadores que no pudieron asistir a sus habituales jornadas laborales. Del otro lado, las principales voces de la CGT remarcaban que fue un paro “contundente” y hasta algún dirigente barajó la posibilidad de un paro de 36 horas en un futuro no tan lejano.
Los ecos del paro llegaron al Congreso, en donde los senadores de Unión por la Patria no asistieron al recinto y, de esta manera, el oficialismo no pudo obtener la firma del dictamen para la Ley Bases, resignándose a que probablemente recaiga en Diputados.
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Hector Daer, uno de los máximos dirigentes de la CGT, expresó que “efectivamente es un paro político, porque estamos discutiendo las políticas que se llevan adelante y que afectan a sectores que difícilmente se pueden recuperar si esto sigue así ”, y agregó: “ El Gobierno tiene que tomar nota”. En esa misma línea, el dirigente cegetista, Pablo Moyano, avisó que de seguir con este rumbo económico habrá más medidas de fuerza.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se mostró en plena Plaza Constitución subiéndose a un colectivo (y bajándose posteriormente por falta de crédito en la SUBE que le prestaron) y habló de “un paro de la debilidad”, a partir de las denuncias de algunos hechos vandálicos sufridos por colectiveros. Fiel a su estilo, fue directamente contra la CGT: “Que se dejen de joder y vayan a laburar”, lanzó.
Otro de los políticos que salió muy duro contra el paro fue José Luis Espert, quien en un tuit apuntó contra el sindicalismo llamándolos “sindigarcas”. “Paran el país contra un Gobierno que baja la inflación y que propone leyes laborales para terminar con el trabajo precarizado de salarios miserables, hijos de puta es poco”, posteó. Fortísimo mensaje del diputado de La Libertad Avanza.
Manuel Adorni, en su habitual conferencia matutina, pretendió mostrar solidaridad con la gente y expresó: “Saludo a todos los que no lograron ir a trabajar porque no los dejamos”. Y ese fallido, al hablar en primera persona, resuena en medio de las dificultades económicas que abundan en la coyuntura nacional.
Por otro lado, la gente en la calle mostró su postura: “Estamos viviendo algo terrible, es la era de la crueldad, acá en Barracas un vecino quemó a una pareja sólo por ser lesbianas, y esto es parte del odio que está en el poder”, destacó una vecina de Boedo. Asimismo, un abogado jubilado que esperaba un colectivo en Constitución aseveró que está cobrando una miseria: “Esta situación es gravísma, Milei está provocando una genocidio en los jubilados”.
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Lo cierto es que, mientras el Gobierno sólo se enfoca en frenar la inercia inflacionaria, la actividad económica se viene desplomando en los últimos meses, a tal punto que el Indec publicó esta semana que la industria cayó 21,2% en marzo y la construcción retrocedió 42,2%.
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Para cerrar, vale mencionar la paradoja discursiva de Javier Milei, quien en el 2018 se presentó en una marcha propuesta por Hugo Moyano. “Este Gobierno quiere reproducir el Estado fascista de la década del ´30, donde había alianzas entre los políticos y los empresaurios, y dejaban afuera a los trabajadores”, indicaba el entonces futuro Presidente.
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Siguiendo esa contradictoria línea, Mauricio Macri se había expresado a favor de un paro sindicalista en el 2012, en el marco de la discusión por el impuesto a las Ganancias. “La movilización convocada para el próximo miércoles es un llamado de atención para la Presidenta”, advertía el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad.
El paro despertó posturas opuestas: por un lado, la extrema relativización de la medida por parte del Gobierno, y por otro, la reivindicación y amenaza de una nueva medida sindical. Restará saber las repercusiones inmediatas en vísperas de dos hechos cruciales como lo son la definición de la Ley Bases y el Pacto de Mayo.
AO FM
