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MODO FONTEVECCHIA
El editorial de Jorge Fontevecchia

Día 522: Ausentismo porteño y voto protesta 

La novedad en los comicios de este año es la cantidad de personas que no se interesan por ir a votar. Estos datos son una muestra de la profunda crisis de representación que atraviesa nuestro país.

Elecciones
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Las elecciones legislativas porteñas, al igual que todas las elecciones que se celebraron este año, tuvieron un fenómeno sobresaliente: el ausentismo. Si la tónica de las elecciones del 2023 fue el crecimiento de la Libertad Avanza, la novedad en estos comicios son las cifras récords de personas que no fueron a votar.

En las elecciones porteñas en particular, la novedad estuvo acompañada por una total fragmentación en el escenario electoral: 17 listas producto de subdivisión en la mayoría de los espacios. Entre 17 alternativas,o sea la mayor cantidad de oferta que haya tenido CABA para votar, cerca del 46,65% de los porteños prefirieron no ir a votar.

La baja participación en las otras elecciones provinciales ya venía dando cuenta de esta situación. Por ejemplo, en Chaco, en 2021, votó el 66% de la población. Ahora lo hizo el 51%, o sea un 14% menos, que en realidad representa un 20% menos.

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En Jujuy, del 70,5% que votó en 2021, este año votó el 65 %, o sea que la baja fue menor. Lo mismo pasó en Salta, donde también hubo una baja del 5%: en 2021 había sido del 64 %, y ahora bajó al 59%.

En 2021, en San Luis la participación fue del 77%, y ahora bajó al 65 %, es decir, un 12,5% menos en estas elecciones.

Resultados

Pero en la ciudad de Buenos Aires, por su cercanía y mayor nivel socioeconómico, la participación siempre fue mayor que en el promedio del resto del país. Lo veremos enseguida en otro gráfico. Pero primero, vamos a resaltar que el resultado de ayer más allá de destacar el derrumbe del PRO a tercer lugar y el triunfo de La Libertad Avanza en términos concretos, demuestra que la elección de ayer se nacionalizó y al nacionalizarse volvieron a lograr cada uno los votos de 2023.

La Libertad Avanza volvió a tener el 30% de los votos. Entre Lospennato y Larreta, se alcanza una cifra cercana al 24%, exactamente los votos que obtuvo Juntos por el Cambio en 2023. Lo mismo sucede con el peronismo que mantuvo cerca del 30%.

En este caso uno podría hacer una lectura también respecto a los votos del PRO. Es decir, que quedó demostrado que esos votos eran del PRO, o en todo caso del PRO y de Larreta y no de Patricia Bullrich.

Porque Patricia Bullrich ya pasó al gobierno, se afilió a La Libertad Avanza. Es decir, Patricia Bullrich no parece haberle sumado a La Libertad Avanza votos del PRO. Quedaron 30% de un lado y 24% del otro.

Con esta misma lógica, uno podría sumarle los votos de Marra a La Libertad Avanza, pero los votos de Marra fueron bastante pequeños.

Por otro lado, el peronismo tuvo en 2023 cerca del 30% y aquí tuvo casi 28%, es decir, estamos hablando de la misma cantidad de votos de la primera vuelta nacional.

Si LLA, el PRO y el peronismo reproducen los mismos porcentajes de votos que en 2023 y el ausentismo en 2025 es significativamente mayor, no es un mensaje para una sola fuerza política sino para todas en conjunto. Muchos ciudadanos no se sienten representados por ninguno de los candidatos. Y esa falta de representación atraviesa a todos en igual proporción.

Además, hubo un 1,9% de los votos en blanco, lo que eleva a 48,5% la cifra de porteños habilitados a votar que decidieron no hacerlo por nadie. Esto representa una cifra récord desde el retorno de la democracia en 1983.

El analista político, Alejandro Catterberg, advirtió en Urbana Play que “el ausentismo viene creciendo elección tras elección en la Argentina, y alcanzó el máximo histórico en la elección presidencial de 2023”.

Y agregó: “La crisis de representación que terminó explotando por el sistema hace dos años y que llevó a Milei al gobierno… no sólo todo ese voto bronca se canalizó en Milei, sino mucha gente no viniendo a votar”.

Además, se refirió a las elecciones de octubre y evaluó que “posiblemente podamos seguir viendo un aumento del ausentismo y cada vez más gente alejada del sistema”.

Entonces, la reflexión general es si ese ausentismo, ese voto bronca, es de alguna manera también la manifestación del voto bronca por Milei en 2023. Si estamos frente a un rechazo de la sociedad respecto a las alternativas que se le plantean y, en realidad, frente al sistema en su conjunto.

Analicemos un gráfico de los últimos años de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, en elecciones legislativas.

En 2007, hubo un 75,5 % de participación; en el año 2011, 77 %; lo mismo en 2013; y el récord se obtuvo en el año 2015, con 78 %.

Luego baja: 72 % en el año 2017, 76 % en el año 2019. Nuevamente, estamos hablando de elecciones a diputados en la ciudad, o sea, legislativas en la ciudad de Buenos Aires.

Baja a prácticamente 70 % en el año 2021; vuelve a subir al 75,4 % en 2023. O sea, está en 70 % o arriba de 70 %, con picos de 78 %. Pero esa es la franja: 70 % de piso, picos de 78.

Y en las últimas elecciones, en 2025, fue 53,26 %. O sea, que la caída es impresionante.

Participacion

Para compararlo con otro momento de baja participación, en el 2021, hubo un ausentismo del 30,4% y sumados a los votos en blanco y nulos la cifra de los porteños que no fueron a votar asciende al 33%. Ese momento estuvo atravesado por la pandemia y el retroceso del gobierno del Frente de Todos.

Sin embargo, la elección con mayor nivel de crisis de legitimidad fue las elecciones legislativas del 18 de octubre del 2001, o sea, previo al derrumbe de la convertibilidad y al derrumbe de la presidencia de Fernando de la Rúa.

En estos comicios, que los recordamos aquellos que tenemos más edad, como el de mayor crisis de legitimidad, porque la mayor cantidad de gente no fue a votar, el ausentismo no fue tan alto, fue del 24,53%, lo que sí fue muy alto, fueron los votos impugnados: 24,5%. El voto en blanco, fue del 4,7%.

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¿Qué significa que haya más voto en blanco, más impugnados o un mayor ausentismo?

Carlos Gervasoni, politólogo y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, ha desarrollado una línea de investigación centrada en el comportamiento electoral en Argentina, donde aborda fenómenos como el ausentismo, el voto en blanco y el voto nulo o impugnado como expresiones diferenciadas de disconformidad política.

n diversos artículos, como los publicados en Desarrollo Económico y la Revista SAAP, Gervasoni sostiene que estas formas de no voto no deben agruparse de manera simplista, ya que responden a motivaciones políticas y sociales distintas.

El ausentismo, por ejemplo, puede estar vinculado al desinterés, a la falta de recursos simbólicos o materiales para participar, o a un distanciamiento más profundo con el sistema político.

En contraste, el voto en blanco se asocia a menudo a un rechazo consciente de las alternativas partidarias, pero sin cuestionar el mecanismo electoral en sí. Es decir, la persona va a votar, considera que el sistema democrático es el eficaz, hace su participación, pero manda un mensaje a todos los candidatos votando en blanco.

El voto nulo o impugnado, en cambio, suele tener un carácter más disruptivo: es un acto que puede leerse como una performance crítica del electorado, especialmente cuando alcanza niveles estadísticamente significativos. Como fue por ejemplo el caso en el 2001, donde la gente colocaba en el sobre, en esa época era un sobre además, de todo tipo, hasta fetas de fiambre, por ejemplo.

En sus estudios, Gervasoni también explora cómo variables como el nivel educativo, la edad o la territorialidad inciden en la forma que toma esta disconformidad electoral.

A través de métodos cuantitativos, ha demostrado que las zonas urbanas con mayor escolarización tienden a tener una mayor proporción de votos en blanco, mientras que el ausentismo es más frecuente en sectores con bajos niveles de integración cívica.

Como decíamos, la ciudad de Buenos Aires por su formación socioeconómica y geográfica tiene siempre una mayor participación, como veíamos recién más del 70%.

Aunque no formula una teoría general sobre el voto de protesta, Gervasoni introduce la noción de “intencionalidad política del no voto”, que le permite cuestionar la interpretación habitual que reduce la abstención o el voto nulo a meros errores o apatía.

Su enfoque invita a una lectura más matizada de las elecciones en contextos de crisis de representación, donde las estadísticas electorales esconden —bajo cifras de votos inválidos o mesas vacías— mensajes políticos que merecen ser interpretados.

Para el psicoanalista, Sergio Zabalza, quien envió su opinión a nuestra producción, lo importante para la clase política es “descifrar el mensaje que hay detrás de la baja participación”.

Él hace una interpretación psicoanalítica y dice que “hay expresiones como ‘fingir demencia’, que se empezaron a usar en la pandemia, cuando había que distraerse un poco para sobrellevar un momento espantoso”.

“Pero ahora, no se puede fingir demencia. No lo puede hacer la clase política que está dejando de representar a una parte importante de la sociedad y no lo puede hacer la ciudadanía, si entiende que la clase política no la representa”.

En los países en los que hubo participación récord electoral en los comicios del año pasado y este año, se logró movilizar a la población con un mensaje de defensa de las instituciones y los valores democráticos, que es lo que creo que tendría que suceder en la Argentina bastante pronto.

Por ejemplo, en Francia y Alemania, la participación récord en las elecciones de 2024 y 2025 puede explicarse en gran medida por la percepción de amenaza democrática y polarización política. En el caso francés, las legislativas de 2024 se dieron en un contexto de avance de la extrema derecha liderada por Marine Le Pen y su partido Agrupación Nacional.

Este escenario generó un efecto de “movilización defensiva” por parte de sectores progresistas y moderados que tradicionalmente no votaban o lo hacían de manera intermitente. La idea de que el voto podía frenar un giro autoritario funcionó como un llamado urgente a las urnas, reactivando la participación ciudadana.

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Así, la primera vuelta alcanzó un 65% de participación, la más alta desde 1986, y la segunda se mantuvo en niveles similares. La competencia clara entre dos proyectos ideológicos antagónicos, sumado al temor por el debilitamiento institucional, produjo una inédita reactivación del compromiso electoral.

En Alemania, las elecciones federales de febrero de 2025 también estuvieron marcadas por una participación histórica del 82,5%, la más alta desde la reunificación. A diferencia de Francia, donde el temor movilizó, en Alemania el impulso fue más bien el de defender una democracia en tensión pero aún sólida, frente al crecimiento sostenido de la ultraderecha de AfD (Alternativa para Alemania).

Las campañas de concientización ciudadana, la activa participación de sindicatos, medios y organizaciones sociales, así como la credibilidad todavía fuerte del sistema político alemán, contribuyeron a una participación cívica transversal.

Además, el uso eficiente del voto anticipado por correo y herramientas digitales de información facilitaron el acceso al sufragio. El voto por correo es otro elemento que, dada la cantidad de personas de mayor edad que cada año se suman por el envejecimiento de la población, tendría que ser algo para poder poner en funcionamiento en Argentina.

En suma, ambas sociedades respondieron al contexto de crisis democrática no con apatía, sino con una reafirmación del voto como herramienta central de resistencia o garantía institucional.

Por ahora, la mayor virtud electoral del Gobierno, es consolidar su núcleo duro. Sin embargo, si la oposición logra superar la apatía ausentista con propuestas claras y una alternativa unificada, puede dar vuelta el año electoral.

Para eso, debe dejar atrás a Mauricio Macri y Cristina Kirchner, los dirigentes que despiertan mayor nivel de rechazo en la sociedad y que tienen una forma de ejercer el liderazgo caudillista, por decirlo de algún modo, que se ha manifestado inconducente en el actual escenario.

Seguiremos tratando de entender qué significa el ausentismo en las diferentes elecciones de este 2025, por eso nos vamos con Tu ausencia de Los Nocheros.

MC/ff