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MODO FONTEVECCHIA
Libertad de prensa

Director del Diario TalCual de Venezuela: “Las notas salen sin firma por seguridad de los periodistas”

El periodista Víctor Amaya habló sobre los desafíos que atraviesa prensa independiente en Venezuela y detalló la travesía que permitió la llegada de María Corina Machado a Noruega. "El Nobel tiene un impacto internacional muy importante", agregó.

Centro militar Fuerte Tiuna en Caracas Venezuela 07122025
Centro militar Fuerte Tiuna en Caracas Venezuela | AFP

Víctor Amaya, director del diario venezolano TalCual, se refirió en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), a las dificultades de ejercer el periodismo en Venezuela ante los bloqueos gubernamentales. Al mismo tiempo, sostuvo que la llegada a Oslo de María Corina Machado, la dirigente opositora que recibió el Premio Nobel de la Paz, "ha sido una oportunidad para ver una diáspora venezolana activa".

Víctor Amaya es el director del diario TalCual de Venezuela, que en este momento además está en Oslo.

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Recuerdo tapas controversiales de Tal Cual. Cuéntenos cómo es ejercer el periodismo hoy allí en Venezuela.

Sobre las portadas, dejamos de imprimir en papel hace ya 8 años por la asfixia económica y el monopolio que instauró el chavismo sobre el acceso al papel prensa. El Estado decidía a quién darle papel, y a nosotros no nos daban. Hace 8 años casi toda la prensa independiente se ha movido al espacio digital online, con las dificultades de que casi todos esos medios también estamos bloqueados por orden gubernamental. Entonces la gente nos tiene que encontrar vía redes sociales o usando VPN. La gente se ha vuelto muy experta en el tema VPN. Y aun así, desde enero de este año, luego de la represión que hubo después de las elecciones del año pasado, las notas salen sin firma por seguridad de los periodistas. Son coberturas donde se le da toda la fuerza al contenido y se retira el nombre de los reporteros, de todos los que escribimos, justamente para evitar reacciones judiciales o acciones de poder directamente destinadas a una persona.

Recuerdo que los VPN eran muy populares en China porque China bloquea determinados sitios, y con un VPN uno puede entrar como si estuviera de otro país. En Venezuela sucede lo mismo, ¿no?

Correcto, como que está en Estados Unidos, en Noruega, donde sea. Les pasa a varios medios de comunicación y le pasa también a la red social X, que está también bloqueada.

¿Cómo está viviendo lo que está sintiendo en Oslo con Corina Machado llegando más tarde de lo que se esperaba?

Ha sido una cobertura interesante, de mucho trabajo, además, por el tema de la diferencia horaria. Hoy en la rueda de prensa que terminó hace un par de horas, María Corina Machado confirmaba que había contado con asistencia del gobierno de Estados Unidos para poder salir de Venezuela hace un par de días y finalmente llegar ayer a Oslo, en Noruega. No pudo asistir a la ceremonia, pero ya se ha reincorporado a las actividades de la agenda. Estuvo esta mañana, a primera hora de Noruega, en el Parlamento. Fue recibida por el presidente del Parlamento y por el presidente del comité de exteriores. Luego estuvo en una actividad con el primer ministro, luego rueda de prensa, y ahora más tarde va a inaugurar en el Centro Nobel de la Paz la exposición sobre la lucha democrática venezolana y el declive democrático venezolano, que estará abierta al público a partir de mañana. En esa exposición hay un fajo de actas electorales de las que confirman el triunfo de la oposición en las elecciones presidenciales de 2024.

Oslo está llena de venezolanos esta semana. Nos hemos encontrado con mucha gente que han viajado, que ya viven afuera de Venezuela, algunos desde hace bastantes años ya, aunque la mayoría coinciden en haberse ido entre 2016 y 2018, los años en que la economía venezolana se puso muy complicada. Aquí ha venido gente de Japón, Finlandia y casi toda Europa occidental. Ha venido gente para acá para participar de las actividades que son públicas la mayoría y tratar de ver a María Corina Machado. Tanto así que anoche, cuando finalmente se mostró públicamente, a las 2 de la madrugada de acá, hora local de Noruega, había una multitud que se había enterado por redes sociales de que ella se asomaría al balcón del Grand Hotel y la esperaron hasta las 2:20 más o menos de la mañana, en que finalmente pudo no solamente asomarse al balcón, sino que luego bajó, salió y trató de tocar a casi toda la multitud que estaba frente al hotel esperando verla.

Así que ha sido también una oportunidad para ver una diáspora venezolana activa, clamando por un cambio político y, por supuesto, sintiéndose representada no solamente por el Premio Nobel de la Paz otorgado a la figura de María Machado, sino también incluso por las palabras del presidente del Comité del Nobel. En su discurso hizo un retrato muy crudo del declive democrático venezolano en los últimos 25 años. Y escuchaba después testimonios de personas que nos decían: “Me sentí escuchada por primera vez. Sentí que por fin alguien que no es venezolano ni nada entiende y puede denunciar claramente qué es lo que pasa”. Es decir, lo que Venezuela ha denunciado de cómo se ha manejado la situación en el país comienza a ser entendido por audiencias foráneas, y el discurso del presidente del Comité del Nobel evidentemente expone esa realidad a unas audiencias que probablemente no se habían enterado o no habían tenido el acceso a la información completa en ese sentido.

María Corina Machado
María Corina Machado saluda desde el balcón en Oslo.

En los discursos, incluso sumo el de la hija de Corina Machado, se marcaba que Venezuela había sido un ejemplo de democracia en Sudamérica, porque mientras toda Sudamérica tenía dictaduras militares, Venezuela era el único país que no las había tenido en la última mitad del siglo pasado. ¿Qué pasó?

Ayer el discurso del presidente del comité del Nobel reflejaba un poco eso, recordando cómo los autoritarismos contemporáneos aprovechan las reglas del sistema para destruir el sistema desde adentro. Usan las elecciones justamente para acabar con los sistemas democráticos. Y mencionaba que el año pasado, 2024, fue uno de los años con más elecciones en la historia de la humanidad en un mismo año. Sin embargo, el año pasado también está registrado como un año donde el declive democrático a escala global es uno de los más acelerados. En estos últimos tiempos solo 30% de la población mundial está viviendo en este momento bajo regímenes abiertamente democráticos, lo cual plantea la paradoja de que elecciones o más elecciones no necesariamente son símbolo de democracia per se. Falta lo que llaman, lo que en inglés se llamaría el rule of law, que es el Estado de derecho, el respeto a los derechos humanos y muchas más otras cosas que fueron parte de una democracia sana.

Eso pasó en Venezuela, donde el sistema instaurado por Hugo Chávez y continuado, mucho peor, por Nicolás Maduro, aprovechó del escenario electoral para colonizar las instituciones del Estado y romperlas desde adentro, hasta que finalmente lo electoral dejó de servirles. Y vimos lo que pasó en 2024 con un fraude electoral abiertamente denunciado, documentado y registrado incluso por el Centro Carter. Pero a la vez hay que decir por qué llega Hugo Chávez al poder. Y ahí siempre yo recuerdo que en Venezuela en los años 90 se vivió una crisis económica muy importante, que tenía mucho que ver con las formas deficientes en que se manejó el espacio público, el Tesoro y cómo no se previó el largo plazo de un país petrolero. Y cuando cayeron los precios del petróleo, la economía se puso sumamente complicada.

Como dijo alguna vez el presidente Rafael Caldera en el año 1992, antes de ser electo para su segundo periodo presidencial, no se le puede exigir a una sociedad como la venezolana que salga a defender la democracia si siente que la democracia no le da de comer. Y eso formó parte mucho de ese retrato de la democracia venezolana golpeada en los años 90 y que le dio el, le abrió la puerta a que se buscase una suerte de salvador, de caudillos, representado de Hugo Chávez, que finalmente cuando llegó al poder comenzó a desmantelar el propio Estado que lo había y las instituciones que lo habían llevado al poder.

TV/ff