Tras una tensa reunión con las cuatro principales empresas petroleras del país, el Gobierno acordó la incorporación de los combustibles al esquema de Precios Justos.
De esta manera, se estableció que entre diciembre y marzo las compañías aplicarán un aumento de precios máximo del 4% en cada mes en los surtidores. Al igual que con los alimentos y otros productos de consumo masivo, se busca que ese tope ayude a frenar la inercia inflacionaria.
El compromiso de las petroleras, que llamativamente no quedó plasmado por escrito, tiene claramente contraprestaciones por parte del ministerio de Economía.
El petróleo y la crisis energética siguen marcando el pulso de las empresas
En el encuentro de ayer entre el ministro de Economía, Sergio Massa, y las cuatro petroleras (YPF, Shell, Axion, Puma), no faltaron los pedidos por parte del sector privado por una razón incontrastable: la inflación de esos meses será superior al 4 por ciento.
En primer lugar, las empresas pidieron que si los precios del surtidor no van a subir más del 4%, tampoco lo hagan los biocombustibles.
El mercado petrolero en alerta por la caída en la demanda
También se llevaron un compromiso oficial de no incrementar la carga impositiva sobre el sector, en particular el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) cuyo aumento será postergado hasta marzo.
Por último, Massa también le dio su palabra a los empresarios por otro tema que los preocupa: la paritaria del sector. Les aseguró que será un interlocutor con el gremio de los estacioneros, que lidera Carlos Acuña, para que los aumentos salariales no superen el 90% en el año.
JL
