Tras los cruces en redes sociales entre Cristina Kirchner y Javier Milei por la situación económica, Federico Zapata analizó la vuelta de la expresidenta a la escena pública y declaró que los ambos líderes populistas se necesitan mutuamente y funcionan muy bien como némesis. Por otra parte, advirtió que la descomposición de Juntos por el Cambio (JxC) elimina la posibilidad de una opción republicana y aseguró que es necesario conformar un nuevo espacio que aproveche las “baldosas vacías” de Milei. “Se va a precisar una dinámica diferente a la inercia que viene de la época anterior”, analizó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Federico Zapata es analista, politólogo, codirector de la consultora Escenarios y editor de la publicación digital Panamá.
Cuando Cristina hizo su posteo que generó esas idas y vueltas entre ella y el Presidente, un usuario de X dijo que esto demostraba que ella había leído una nota de Panamá que reclamaba cierta autocrítica. ¿Cuál es tu interpretación sobre lo que hizo Cristina?
Era un posteo que decía que Cristina había leído los últimos 10 años de Panamá y había escrito la carta. Eso nos divierte mucho y nos enorgullece el reconocimiento a la revista que hemos logrado sostener con tanto esfuerzo por tantos años y en soledad.
Creo que la salida de Cristina, paradójicamente, tiene un alto nivel de funcionalidad para con la estrategia de consolidación de poder político de Milei. De alguna manera, los dos se necesitan.
Cristina necesita que Milei la elija como adversaria porque es una manera de conservar centralidad en un momento de achicamiento del kirchnerismo, y desde esa centralidad poder ordenar una forma de oposición. El kirchnerismo se siente cómodo siendo oposición, incluso siendo gobierno. En el caso de Milei, Cristina es una rival que probablemente tenga muchas dificultades para ganarle, entonces le resulta cómodo. En paralelo, tapona el surgimiento de nuevos liderazgos.
Con Pablo Touzon, mi socio, escribimos durante el gobierno del Frente de Todos que había una especie de pimpinelismo de Estado, y acá hay una especie de pimpinelismo del sistema político. Son dos figuras que funcionan muy bien como némesis y tienen características muy particulares. En el fondo, los dos son líderes populistas que se respetan entre sí y los dos están cómodos en su rol, siendo gobierno y oposición. Esa es mi lectura de la vuelta de Cristina a la escena pública.
¿Cuánto hay de la sociedad de chocar con la misma piedra y de buscar ese antagonismo extremo?
Yo creo que hoy Milei es más el resultado de la sociedad que de su política, la política de Milei tiene problemas por todos lados. Yo soy bastante crítico porque no veo una genialidad en su construcción política, pero sí veo que es una persona que ha interpretado y que se ha dejado interpretar. Básicamente, es una correlación de fuerzas de la sociedad.
Esto también quiere decir que, en algún momento, la sociedad puede interpretar que la etapa de Milei empieza a tener determinados límites. No veo que la sociedad esté enamorada de Milei, sino que lo está utilizando en una etapa determinada y habrá que ver en qué momento la sociedad defina empezar a escuchar otras ideas.
Lo que sí me parece problemático es que la descomposición de JxC, en paralelo con el auge de LLA y con la resistencia del kirchnerismo como actor de oposición, deja al sistema político sin un partido republicano. Ahí si hay un tema que hay que seguir con mucha atención y que requiere de la conformación de liderazgos que le permita a la sociedad ese nodo a partir del cual Argentina vuelva a tener ese espacio político republicano.
Le preguntamos a Abal Medina si el triunfo que hubo en las elecciones de los centros estudiantiles en Buenos Aires, en donde el peronismo recuperó terreno frente al radicalismo, significaba una especie de espejo anticipado a lo que pueda suceder en la sociedad. ¿Creés que frente a Milei la sociedad va a pedir algo más beligerante?
Creo que hoy hay dos escenarios. Hay uno en donde la acumulación política de la sociedad se da sobre un polo progresista y sobre la resistencia de las consecuencias sociales del ajuste. En ese escenario, el kirchnerismo navega muy bien, y me parece que Milei no está incómodo con ese escenario. Le ayuda a conservar el diálogo con esta mayoría silvestre del 55%.
También está el escenario de la posibilidad de que Milei muestra inconsistencias en la agenda económica, y que lo que se discuta no sean el costo social del ajuste, sino la incapacidad de Milei en estabilizar y hacer crecer la economía. Ese es un escenario que puede configurar un espacio del que surja una tercera fuerza que fracture el sistema en tres pedazos, pero que le de a la sociedad una manera más fácil de desenamorarse o no estar unida a Milei por el espanto. Este espacio nuevo construye esperanza desde un lugar diferente.
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Tomo una reflexión de Facundo Manes en donde decía que en el 83 había muchos que creían que el partido militar podía volver de alguna manera, pero que aún con el fracaso de Alfonsín, lo que vino fueron nuevas formas de la política. Me parece que hoy es muy difícil que la sociedad pueda volver atrás.
Hay una dificultad de la clase política que está demasiado aferrada a la posibilidad de un fracaso para que eso se pueda reconstruir. La forma, en todo caso, de que Milei no sea la única emergencia para esa mayoría del 55% es cerrar un nuevo espacio, y eso implicaría otro tipo de discusión.
Otra hipótesis sería que la sociedad descubra la polarización Milei-Cristina y se consuman ellos mismos y surja algo diferente. ¿Esto es también un escenario factible?
Sí, totalmente. Ese es el segundo escenario que marqué. Ese escenario requiere una ejecución más compleja que solamente la cuestión sobre las consecuencias sociales del ajuste.
La ontología sería que el péndulo pase de un polo más ideológico a uno más metodológico.
Si la acumulación opositora va a girar en una fuerza, es difícil que la sociedad se alinie a romper con Milei. El desafío pasa por construir desde las baldosas vacías que deja Milei, y tiene que ser algo más que lo social. Tiene que haber una nueva idea de Estado, una diagonal para producir crecimiento en la Argentina y una nueva idea de la forma en la que la política se vincula con la sociedad.
Es un terreno de mucha creatividad y originalidad. No hay recetas mágicas de cómo se combaten estos personajes a nivel internacional, pero me parece que ahí es donde más les duele, cuando automáticamente pasan a ser más un sinónimo del sistema político que de la sociedad: ahí está la inteligencia de la oposición.
Elizabeth Peger: ¿Hay una demanda de republicanismo en la sociedad?
Son demandas en conformación, porque uno trata de identificar cuáles son las baldosas que deja vacías el experimento y sobre qué baldosas podría construirse una posición en otros términos.
EP: Pero hoy no parecen ser determinantes del sistema político.
Evitaría analizar la política actual con las variables de los últimos 20 años. La política de los '90 en oposición a Menem se organizó sobre las vacantes que dejó el menemismo. Por ejemplo, el tema republicano.
EP: Estoy pensando en las PASO del año pasado. ¿Quién expresaba esa demanda de republicanismo?
En esa elección existía JxC, que ya no existe más. A partir de diciembre, lo único que tiene que ir tratando de identificar son las baldosas que deja libre. Está dejando libre la baldosa del clivaje federal hacia el interior, porque esa situación Milei no la resuelve. También está dejando libre el problema productivo y el programa macroeconómico.
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Con esta idea putinesca de prender un súper Servicio de Inteligencia que tenga domesticada a la casta a su gusto, o de negociar con el kirchnerismo un acuerdo para colonizar Comodoro Py o la Corte Suprema, hay una pequeña baldosa. No digo que sea inmediato, pero son las baldosas que una oposición inteligente tiene que ocupar para interactuar con la sociedad.
Claudio Mardones: ¿Qué pasa con los restos de Juntos por el Cambio?
Tanto como para JxC, como para Unión por la Patria (UP), la fase de descomposición del sistema no terminó. Eso se sigue manifestando al interior de esas coaliciones como una trivialización del espacio. Es prácticamente imposible que JxC pueda unificar una racionalidad en común.
Los gobernadores en los territorios en los que a Milei le va bien están tratando de cerrar un acuerdo con él. Hay dos casos paradigmáticos que son los que sostienen el liderazgo de De Loredo en la Cámara que son Valdés en Corrientes y Cornejo en Mendoza.
Después está el caso de Macri. El PRO está en esta especie de paritaria abierta que tienen con LLA desde el 10 de diciembre, en donde Macri siente que incluso los acuerdos con el kirchnerismo son para evitar que llegue al Gobierno. Milei entiende que si Macri entra al Gobierno va a ser una boa constrictora. Cree que le va a destruir el liderazgo y que su liderazgo se va a imponer en el tiempo sobre la base de desarticular el de Macri, y Macri es un jugador y está intentando ver qué curvas le quedan para evitar esa situación.
En el mediano plazo, Frigerio queda afuera de JXC, que tiene cierta capacidad de proponer un sistema alternativo al del PRO. El PRO se transformó ideológicamente en algo muy parecido a LLA y Frigerio no está cómodo con eso. Eventualmente, me parece que puede tener una jugada propia para el 27.
Un sector fuerte del radicalismo, que no está condicionado por cuestiones de la ciudadanía y de la caja fiscal y está enfrentado a Milei porque el radicalismo está construido sobre el republicanismo. El enemigo de Milei es el consenso básico del alfonsinismo, y Mieli le tira dardos a Alfonsín. Hay un sector del radicalismo que no está condicionado por esas variables y se lleva naturalmente mal con Milei. Ese sector hoy no tiene tierra pero eso le posibilita tener una política más asertiva y más opositora hacia el Gobierno.
Pareciera que hay un precio que paga el PRO, y paralelamente los radicales sin tierra son aquellos que no dependen del dinero que pueda enviar el Gobierno para mejorar los gobiernos provinciales. El dinero no es constructor de largas estrategias.
No, porque va y viene. Ellos han estudiado bien el caso de Putín, que se cargó a la mafia rusa sobre la base de operaciones de inteligencia y dinero, y están utilizando esa dinámica. Esa dinámica habla de la descomposición del poder político y de la elite argentina, y está en el origen del surgimiento de Milei.
Que los valientes se animen a construir como hizo Milei, apoyándose en las fuerzas en descomposición y generando una interlocución con la sociedad. Yo tengo más expectativas en ese tipo de liderazgos que en los que están condicionados por este proceso de descomposición.
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Si un líder externo al sistema político asciende para intentar aprovechar ese vacío, y fracasa, probablemente la gente comprenda que no eso no se logra de un día para otro y busque un líder moderado.
Totalmente. Una nueva oposición no solo se construye con nuevos, sino también con figuras que se puedan rescatar de lo viejo. En todo caso, se va a precisar una dinámica diferente a la inercia que viene de la época anterior, con un exceso de liderazgo político que permita armar algo con originalidad. Eso requiere mucha más acción política que seguir pedaleando en el vacío de la época anterior con un gobierno que se siente cómodo si la oposición sigue pedaleando en esa dinámica.
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