El padre Francisco "Paco" Olveira, enfatizó que "la marcha por Hebe de Bonafini fue un reconocimiento a la lucha de las Madres" y contó detalles sobre cómo se llevó a cabo el homenaje para despedirla en la Plaza de Mayo. A su vez, manifestó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) que "estaba obsesionada y desvelada por el hambre de nuestros niños y niñas".
¿Qué reflexión le merece aquellos que celebran o insultan ante la muerte de Hebe de Bonafini?
Siempre me parece que quien celebra o insulta ante la muerte de cualquier persona no merece mi respeto. Es una actitud muy canallesca. En general, lo que insultan no es la persona en sí, sino las formas. Pero en el fondo están en contra del contenido de lo que fue Hebe de Bonafini, por lo que dio la vida y su lucha desde que desaparecieron a sus hijos. Ella era Kika y se transformó en Hebe.
¿Qué sintió ayer cuando hizo la recorrida por la Plaza de Mayo?
La marcha por Hebe de Bonafini fue un reconocimiento a la lucha de las Madres. La Plaza de Mayo estaba colmada. Hebe, con un megáfono, enfrentó a la dictadura militar cuando muchos miraban para otro lado. También, junto a las Madres de Plaza de Mayo, se jugaron la vida. Y lo hicieron después también, como pasó en el 2001.
Luchó en Plaza de Mayo y ahora es parte de ella: así fue el último adiós a Hebe de Bonafini
Hebe estaba obsesionada y desvelada por el hambre de nuestros niños y niñas. Ella decía que la lucha por los 30 mil desaparecidos no era sólo una cuestión del pasado, sino que era poner en el presente los ideales por los cuales le sacaron la vida a estos chicos. Y eso era buscar una Patria donde nadie pase hambre. Y, por otra parte, lo de ayer fue un compromiso para continuar esa lucha.
¿Qué reflexión final le parece oportuna para cerrar la charla?
Quisiera decir que Hebe de Bonafini nos entregó al Grupo de Curas en Opción Por Los Pobres el pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo y esa era su máxima distinción. Es un símbolo tan fuerte de la lucha contra el terrorismo de Estado, que para nosotros representa un compromiso tremendo.
En lo personal, pude ser amigo de ella y lavarle los pies, como lo hizo Jesús con sus discípulos antes de que lo asesinaran. Esos pies que marcharon tantos jueves pidiendo por la justicia. Haber tenido esa oportunidad con ella y con las Madres es un compromiso. Y para toda persona de buena voluntad, Hebe es un ejemplo de una vida entregada y jugada por los demás, más allá de sus formas. Estoy seguro que está en el Cielo.
JL PAR