El economista Diego Giacomini afirmó que el Gobierno comenzó a hacer "neokeynesianismo tocando todas las variables sin tener termómetros adecuados" y advirtió que la impresión de dinero implica volver a una lógica que ya fracasó en la Argentina. En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), sostuvo que el nuevo esquema del Banco Central de expansión monetaria podría derivar en “nuevos problemas” de inflación y tensiones cambiarias en un contexto de baja inversión.
Diego Giacomini es licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires y posee un máster en Ciencias en Economía Internacional de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido. Es consultor económico y financiero y profesor de grado y posgrado. Dirige la consultora De Dos, Economía y Ética.
Con el ánimo didáctico de un buen profesor universitario, ¿puede sintetizar para nuestra audiencia tu largo artículo de ayer en el diario Perfil, explicando por qué el Gobierno se vuelve a equivocar en temas económicos?
Javier Milei, el Poder Ejecutivo nacional, como economista y como presidente de la República, en términos metafóricos, siempre declaró ser hincha de Boca y bilardista, y el Banco Central acaba de anunciar que, a partir del primero de enero, va a ser hincha de River y menotista. Siempre dijo que la inflación es un fenómeno monetario y siempre se preocupó para que hubiera emisión cero, aunque después no lo cumplió. Como no quería emitir y quería que hubiera cero, no iba a acumular reservas. De hecho, su ministro de Economía y su presidente del Banco Central dijeron que el objetivo no era acumular reservas. A su vez, hasta hace diez días decían que este sistema cambiario había venido para quedarse, que estaban muy cómodos, que estaba bien calibrado y que el tipo de cambio era de equilibrio.
El nuevo Banco Central, que es el mismo de siempre, con el mismo ministro de Economía, con el mismo presidente del Banco Central, el mismo Poder Ejecutivo, dice que va a acumular reservas, que puede comprar entre 10.000 y 17.000 millones el año que viene, y que eso no va a ser inflacionario porque va a ser una emisión monetaria de base monetaria de entre 10.000 y 17.000. Además, que van a recalibrar los encajes, con lo cual piensan estimular el crédito, con lo cual se multiplica la oferta de M1, M2 y M3, que es la cantidad de dinero contando respectivamente los depósitos en cuenta corriente, los depósitos en caja de ahorro y los plazos fijos. Eso también se va a aumentar y dicen que eso no va a ser inflacionario porque ellos piensan que va a aumentar la demanda de dinero y que van a aumentar esa oferta en línea con el aumento de la demanda de dinero. Y que tampoco va a ser inflacionario porque los niveles de base monetaria son muy bajos y están casi a la mitad de lo que estaban en el promedio histórico. Esto último es cierto.
Este Poder Ejecutivo nacional siempre dijo que hace política monetaria teniendo como referencia su escuela de pensamiento económico, la escuela austríaca. La escuela austríaca dice claramente que la demanda de dinero no se puede medir efectivamente en ningún país del mundo con exactitud. Al mismo tiempo, como los bancos también emiten porque crean depósitos en caja de ahorro, cuenta corriente y plazo fijo con la intermediación financiera y vía multiplicador monetario, porque hay sistema de encaje fraccionario, también expanden la oferta más allá del Banco Central. Con lo cual, la escuela austríaca explica que no solamente no se conoce la demanda y no se la puede medir, sino que tampoco se controla la oferta.
Entonces, si no se conoce la demanda con exactitud y no se la puede medir con exactitud de un lado del mercado monetario, y del otro no se controla la oferta porque no sos el único que expande la oferta de dinero, porque el Banco Central del Gobierno expande la base monetaria, pero los bancos expanden M1, M2, M3 y expanden el crédito por fuera de la autoridad monetaria, no se puede medir la demanda y no se puede controlar la oferta. El mercado monetario, si está en equilibrio, es de casualidad, y ese equilibrio lo más probable es que sea transitorio y que en el mediano y largo plazo resurja el desequilibrio, vuelvan a aparecer las tensiones cambiarias si emitís y vuelvan a aparecer los problemas de inflación.
Ahora bien, después dice que tampoco es correcto que porque una cantidad de dinero determinada tenía un valor en el pasado, eso indique algo sobre el presente y menos aún sobre el futuro. Concretamente, si el agregado monetario en el pasado era más alto que en el presente, eso no quiere decir que tenés lugar para subirlo y ampliarlo en el futuro sin que te cree problemas de tipo de cambio o de inflación. ¿Por qué? Porque los mercados son permanentemente cambiantes.
Por empezar, los actores económicos del pasado no somos los mismos de hoy en día ni serán los mismos en el futuro. Las preferencias, las necesidades y las demandas de los agentes cambian a lo largo del tiempo, por lo tanto, van a ser diferentes en el futuro que en el pasado. Los actores aprenden y ese aprendizaje hace que el comportamiento se modifique a lo largo del tiempo, con lo cual cambia la demanda. No es lo mismo la demanda de dinero con Mercado Pago que sin Mercado Pago. No es lo mismo la demanda de dinero haciendo transacciones con tarjeta de débito que cuando no existían. Entonces, nada del pasado dice algo sobre el futuro.
Así planteado no se podría hacer nada, porque el futuro es impredecible. Entonces tampoco se podría hacer un crawling peg o bandas. Este Gobierno ya dijo que la escuela austríaca no la sigue. Sí es plausible que, con mayor cantidad de herramientas electrónicas en lugar de dinero papel, la demanda de dinero tienda a ser menor porque se necesita menos.
Es correcto. Ahora, el problema es mucho más complicado porque todo esto que dice la escuela austríaca, en el caso de Argentina está agravado. Esto es porque la demanda por motivo transacción, que es cuánto puede crecer en el mediano y largo plazo la demanda de dinero, en un país con inversión insuficiente hace quince años, el crecimiento del PBI potencial es de menos del 1%. O sea, en el largo plazo la demanda de dinero no puede crecer mucho por motivo transacción, salvo cuando hay rebote, como fue el año pasado.
Punto número dos, la demanda por motivo ahorro en el mediano y largo plazo, no existe en Argentina, porque los argentinos ni ahorramos en el presente ni ahorraremos en el futuro en forma permanente en pesos, con lo cual hay que ser muchísimo más cuidadoso con la expansión monetaria que en cualquier otro país. Si tenemos problemas de inflación hace 50 o 60, porque viene del siglo XX, está claro que todos los niveles basados de agregados monetarios en términos de PBI son niveles de desequilibrio que generan problemas de inflación y problemas de tipo de cambio. Esto puede ser utilizado como referencia.
La verdad de la milanesa es que, nos guste o no nos guste, lo mejor que puede hacer el Banco Central es no aumentar mucho la cantidad de dinero, como están prometiendo, porque tal vez no en el cortísimo plazo, pero en el mediano y en el largo nos van a terminar metiendo en problemas. Y acá me remito a que Javier Milei entendía esto originariamente. Por eso, sin discutir si iba a salir bien o mal, él gana la presidencia prometiendo la dolarización, porque esto que estoy diciendo yo lo entendía a la perfección.
Ahora, como él se alió con el sistema financiero y con el sistema bancario desde el inicio de su Gobierno como principales puntales de su gestión política y económica, si hay sectores a los que les conviene la acumulación de reservas son el Fondo Monetario Internacional (FMI), los organismos internacionales, Estados Unidos, el sistema financiero, el sistema bancario e inclusive los bancos nacionales, porque hacen negocio de reproducir crédito. Es más, cobran impuesto inflacionario.
Vos siempre marcás que esto no es la escuela austríaca. ¿A Javier Milei le importa un bledo la escuela austríaca?
A esta altura es más que claro.
La escuela austríaca es simplemente un marketing que utilizó, pero está claro que desde el día que comenzó a gobernar, con la sola aceptación de que al dólar se le colocara un valor fijo, se rompieron cualquiera de esos preceptos teóricos de la escuela austríaca. Vos quedaste como una especie de defensor de una escuela a la que temés que luego, cuando falle el gobierno de Milei, le echen la culpa.
Quieren que el Banco Central acumule reservas y remonetice. Si acumula reservas, el FMI tiene más chances de cobrar. Si acumula reservas, toda acumulación de reservas es contra emisión monetaria, los organismos internacionales tienen más chances de cobrar. Si acumula reservas, Estados Unidos tiene más probabilidad de tener que poner menos el swap en funcionamiento. Si acumula reservas y remonetiza, los bancos hacen más negocios en el mercado doméstico. Si acumula reservas, baja el riesgo país y el sistema financiero puede colocar más deuda y cobrar más fee por colocar más deuda.
Y si se pudiera hacer, porque se remonetiza la economía y los argentinos se quieren quedar con más pesos, todo el mundo sale ganando, porque la Argentina también tendría una economía más incentivada al consumo, con más crédito. Lo que vos estás diciendo es: si funcionase, estaría bien. Lo que vos decís es que no va a funcionar.
Lo que yo digo es más amplio. A los grandes empresarios también les conviene esto.
A todo el mundo le vendría bien que la Argentina tuviese un mayor consumo, un mayor crédito, un mayor movimiento de la economía. Lo que vos estás diciendo es que, para un país como la Argentina, aumentar la cantidad de circulante que quede en manos de los ciudadanos, más tarde o más temprano, por nuestro comportamiento psicológico, va a tener un costo.
Exacto. Este nuevo Banco Central neokeynesiano de Javier Milei está prometiendo lo mismo que se promete hace décadas y décadas: inyectar liquidez para reactivar el nivel de actividad económica, prometiendo que esta vez va a ser diferente porque va a haber demanda de dinero.
Estamos de acuerdo. Como la teoría económica de la escuela austríaca demuestra que la gente es diferente en distintos momentos, ellos creen que hoy va a ser diferente. Vos lo que decís es que, para un país como la Argentina, creés que es diferente para peor, que la gente hoy quiere todavía menos dinero porque existen otras formas de dinero, como son las plataformas de pago.
Y además porque la gente no va a ahorrar nunca en pesos. Además, porque Argentina está condenada, al menos por ahora, si no hay un aumento de por lo menos 10 puntos en términos del PBI de la inversión, a no crecer muy vigorosamente. Entonces, no tenés demanda de dinero por motivo ahorro y no podés tener mucha por motivo transacción.
¿No será que no le queda otra alternativa al ministro de Economía y al presidente? Por eso mismo no querían acumular reservas, porque implica emitir pesos. Si se emiten pesos, se aumenta el circulante o hay que esterilizarlo, generando más déficit cuasifiscal, porque tenés que pagar intereses. Ahora no les queda alternativa que hacerlo porque se lo imponen el Fondo Monetario, el gobierno norteamericano, el mercado, los bancos. ¿Es una hipótesis verosímil?
Es verosímil, porque, de hecho, a través de mis notas y a partir de tu periódico, Perfil, nosotros venimos diciendo y anticipando y explicando que Javier Milei se metió en un callejón sin salida. De hecho, es el título de una nota que publicaste en tu periódico hace ocho meses, anticipando que iba a suceder esto. Ahora, lo interesante de esto es que se está prometiendo lo mismo que siempre, pero que va a ser diferente porque va a haber demanda. Pero fíjense que no quiere emitir base monetaria por déficit fiscal porque es inflacionario, pero va a emitir base monetaria contra demanda de dinero para comprar reservas que entran por una ventana, pero después se utilizan para pagar deuda y salen por la otra.
Federico Sturzenegger, el primer año de Macri, hizo lo mismo. Él planteaba que tenía la contraparte de las reservas en el Banco Central y los elementos con los que esterilizaba. Otra alternativa es esterilizar esa cantidad de dinero comprando reservas y luego emitiendo alguna forma de LEBAC que esterilice esa cantidad de circulante, en cuyo caso el costo que tendrías es un costo cuasifiscal. ¿Por qué no hace eso? ¿O no va a terminar haciendo eso y finalmente lo que nos está diciendo es que va a haber un poco más de inflación y que no queda alternativa?
Nadie puede asegurar que no termine emitiendo cuasifiscal, lo cual sería una gran paradoja porque, supuestamente, todo su saneamiento del Banco Central pasaba por eliminar el cuasifiscal y pasarle esa deuda cuasifiscal al Tesoro. Si volviera a emitir cuasifiscal, sería el Don Pirulero la política monetaria de Javier Milei.
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¿Qué alternativa le queda?
No le queda alternativa porque se metió en un camino sin salida, en un callejón sin salida, como lo dijimos. Se metió en este callejón desde el momento en que mintió, porque no tenía los dólares para dolarizar, como aseveró a sus votantes que tenía, y tiró por la borda su proyecto.
Por eso tu planteo es que el único proyecto alternativo hubiera sido dolarizar.
Exactamente,
Eso es imposible porque la Corte Suprema ya dijo que no se puede dolarizar. El planteo es un error de Milei y de sus votantes, porque no se podía dolarizar. Aunque tuviera los dólares, no se podía dolarizar porque la Corte Suprema dijo que no se puede dolarizar.
Igual, lo que diga la Corte Suprema siempre hay que tomarlo con pinzas porque son muy amigos del Poder Ejecutivo de turno siempre. Fallaron que no era anticonstitucional el Bonex, que no era anticonstitucional la pesificación asimétrica, que no era anticonstitucional el corralito y ni el cepo, cuando un chico que tuvo una sola clase de Derecho Constitucional sabe que todas esas cosas son anticonstitucionales.
Pero hay una cosa que está en letra, que es que el gobierno argentino tiene que tener moneda nacional. Está escrito en la Constitución. No está escrito en la Constitución que no debe haber cepo. Es opinable que muchas medidas que se tomaron eran inconstitucionales y la Corte miró para otro lado, pero en el caso de la moneda lo tenés escrito.
Lo sé. Y está escrito en tu periódico por mí que yo estaba a favor de un patrón oro, que para mí era enormemente superior a una dolarización. Con este Gobierno una onza de oro pasó desde el 2020 de 1.000 dólares a casi 4.500 hoy en día, y Argentina mandó el oro afuera y no se sabe su paradero. Ahí la Corte Suprema no dijo nada de eso.
Supuestamente no dice la Constitución que las reservas de oro las tenés que tener en tu país. Obviamente, una Corte Suprema tiene componentes políticos y está muy bien que los tenga, pero hay límites. Eliminar la moneda, es algo que parece que cruza determinados rubicones. El error de principio es haber planteado un plan que era imposible, que era la dolarización.
Y la gente lo votó por eso. Mirá qué engaño supino. En cambio, yo mencioné el patrón oro porque el patrón oro es con tu moneda, es constitucional 100%.
Exacto. Es una forma de convertibilidad, como de hecho era a principios del siglo pasado.
Carlos Rodríguez levantó el punto de que siguen siendo de curso legal el argentino de oro. Sigue existiendo y sigue siendo de curso, lo que pasa es que el que lo tiene lo tiene guardado.
Si uno tuviera que sintetizar lo que vos decís, es que entramos en la fase keynesiana de Milei...
Si realmente honra lo que está diciendo su Banco Central en 2026, muy probablemente después, dependiendo de cuánto expanda, más probabilidad de que resurjan tensiones cambiarias y problemas inflacionarios, más adelante en el largo plazo.
Pero keynesiana. Eso sería lo provocador.
Obviamente. La era keynesiana de Milei imprimirá dinero para reactivar la economía.
Quizás esté bien, porque la situación en la que está la economía argentina es de caída continua del consumo. Probablemente a veces Keynes tenga razón. Una cosa es el exceso de Keynes, y otra cosa es que, en determinado momento, si vos estás en una recesión, lo que hay que hacer es eso.
El problema es que además las estadísticas oficiales tienen un apagón y no miden correctamente ni el nivel de actividad, que pareciera que lo sobreestiman, ni la inflación, que a todas luces, no hay duda alguna, subestiman muy fuerte. Acá entra otro problema, porque empiezan a hacer neokeynesianismo tocando todas las variables sin tener termómetros adecuados.
Ya pasaron 45 o 50 días de las elecciones y, al menos hasta el último dato de la semana pasada, el apretón monetario sigue. No cambió, al menos por ahora. En el recontra cortísimo plazo la inflación puede bajar un poco, porque este apretón monetario de los últimos meses hace efecto trasladado hacia el futuro en el tiempo.
Quizás ahí abran la canilla y cierren la canilla...
Exactamente. Es increíble. Javier Milei toca toda la botonera con la intensidad que él desea a piacere. Un día para arriba, un día para abajo. Veinticuatro meses, cuatro cambios de regímenes cambiarios y cuatro cambios de regímenes monetarios. Es decir, uno cada seis meses.
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