Jordana Timerman explicó que la popularidad de Bukele es previa a su respuesta en materia de seguridad, y que su modelo “no es exportable”. ”Las fotos de las cárceles son una parte muy pequeña de lo que es el modelo Bukele”, explicó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Jordana Timerman es periodista especializada en América Latina y editora del Latin America Daily Briefing. Es hija del ex canciller Héctor Timerman y nieta del gran periodista Jacobo Timerman.
¿Por qué creés, desde tu perspectiva, que el “método Bukele” no es el apropiado para un país como la Argentina?
El método Bukele no es adecuado para exportación en general, más allá de que, además, hay profundos cuestionamientos acerca de su sostenibilidad a largo plazo en El Salvador también, con lo cual, no es que estoy diciendo que es adecuado para El Salvador.
Aún si a uno no le importase que se construye sobre la violación sistemática de derechos humanos, porque algunos podrían argumentar que, dada la violencia que enfrentó El Salvador, es justo plantear el intercambio del respeto por los derechos humanos por mejoras de seguridad, el modelo Bukele es muy específico, no es exportable a otras situaciones.
Es muy específico en relación a lo que ocurrió en El Salvador. A las estructuras de las maras, que eran las que estaban llevando adelante gran parte de la violencia y el control territorial en El Salvador. Contrario a lo que se entiende popularmente, a lo que se reproduce en las versiones periodísticas, las mejoras en seguridad en El Salvador se construyeron con negociaciones con las organizaciones criminales que se llevaron a cabo bajo el gobierno de Bukele los dos años anteriores a la militarización de la seguridad y a la detención masiva de persona en El Salvador, que ahora tiene la tasa de encarcelación de personas más grande del mundo, que incluye personas asociadas a las organizaciones criminales pero también muchísimas detenciones arbitrarias.
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Otra de las razones por lo cual el método no es exportable tiene que ver con que las estructuras de las organizaciones criminales en El Salvador eran más pobres que las que vemos en otras organizaciones de narcotraficantes en otros lugares, como por ejemplo Ecuador. Esto hace que no hayan tenido una gran respuesta armada, violenta, contra las fuerzas de seguridad cuando llegó el momento de la represión, que además había sido pactada con los líderes de las organizaciones criminales.
Entonces, cuando uno ve que líderes de la región consideran que sacarle la remesa a personas detenidas, ponerlas en el piso de forma humillante y sacarle fotos sería una forma de replicar el modelo Bukele, están perdiendo el trasfondo profundo de lo que es todo el modelo, que además implica la represión de voces críticas, el silenciamiento de la sociedad civil, y construye sobre el control absoluto de Bukele de la Legislatura y el Poder Judicial. Es decir, las fotos de las cárceles son una parte muy pequeña de lo que es el modelo Bukele.
¿Por qué Bukele gana con ese nivel de apoyo inusual en su reelección?
Ganó con más del 85% en una elección que, si bien tuvo problemas de irregularidades a nivel legislativo, nadie duda de que ganó por muy amplia mayoría la presidencial. Dependiendo de las mediciones, se estima que es uno de los líderes más populares del mundo, ciertamente lo es de la región. Es porque Bukele entró como un outsider, sobre el cansancio con los partidos políticos establecidos, que habían gobernado desde la firma de la paz en El Salvador después de la guerra civil en los años 90, que no habían logrado reducir el flagelo de la inseguridad. Había zonas enteras intransitables, personas que no podían cruzar de un barrio a otro. Había familias divididas por el control territorial de diferentes maras.
Bukele se presentó como una alternativa ante el vacío de los partidos políticos, si bien tenía una trayectoria política en el MLN, y dio respuestas, y esto fue enormemente popular. Pero la popularidad de Bukele antecede su respuesta de seguridad, las dos se van llevando entre ellas. Es muy difícil imaginarse un presidente llevando adelante este tipo de medidas sin ese aval.
¿Hay algún punto de contacto entre Bukele y Milei?
Son valorados por las mismas personas. Los dos fueron estrellas en la Conferencia Conservadora, CPAC, en Estados Unidos. Invitados con la idea de atraer un voto latino al Partido Republicano en Estados Unidos. Comparten ser de las “nuevas derechas”. Dicho esto, tienen poco en común en materia de gobernanza, aunque ahora la ministra Bullrich sí muestra interés en el modelo Bukele de represión. Dándole otro matiz a lo que es una respuesta de represión como las que siempre hubo, de manodurismo.
¿A qué obedece la popularidad anterior de Bukele?
Es un joven que se presentó como alguien de afuera de la política en un país muy hastiado, muy azotado por violencia. Es difícil explicar el nivel de cansancio en un país que tuvo durante más de una década los niveles más altos de homicidios de la región, y sin mucha respuesta de los partidos políticos, construyendo sobre la base de una guerra civil y sin mejoras económicas. Un país que vive de remitencias de migrantes de Estados Unidos. Bukele supo tocar la tecla.
¿Qué es una “mara” y cuál es la diferencia fundamental con respecto al narcotráfico en su competencia con las fuerzas de seguridad?
Las maras no son una organización narcotraficante, en el sentido de organizaciones que mueven cocaína, que forman parte de la ruta de países que producen cocaína hacia Estados Unidos y Europa, que es lo que hacen los narcotraficantes, por ejemplo, en Ecuador. El problema actual en Ecuador es que se hizo un centro de tránsito para la cocaína entre países productores y a través de los puertos hacia Europa y Estados Unidos, ese no es el caso de El Salvador.
Las organizaciones criminales de El Salvador, las maras, se formaron más culturalmente. Son asociaciones que se generaron en Estados Unidos entre comunidades migrantes y que después fueron exportadas al Salvador cuando hubo deportaciones en los años 80 y 90. Su criminalidades se enfocan más en la extorsión de negocios y personas bajo su control. Es un control territorial sobre las personas y los negocios, de eso ganan. No tienen una movida armamentista fuerte entre las personas de más abajo.
Se van generando estructuras desde abajo hacia arriba. En este sentido, la Ranfla, que es la cúpula, fue la que negoció con varios gobiernos sucesivos y ha tenido mucho impacto en la política. Muchos analistas dicen que impactó en la posibilidad de ganar de Bukele inicialmente. Es por eso que tampoco pudieron tener una respuesta fuerte ante la represión, como por ahí podría llegar a ocurrir acá, como estamos viendo en Rosario, y que sigue más el modelo de la guerra contra las drogas en Colombia contra Pablo Escobar, que aumentó muchísimo la violencia cuando ocurrió.
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Me gustaría que pusieras en contexto a nuestra audiencia respecto al hecho de que tantos países de Centroamérica pequeños, como El Salvador, yendo al contexto histórico de que todos eran un país. ¿Cuánto tuvo que ver el imperialismo en esta fragmentación?
Tienen puntos en común, pero ya a esta altura, comparten elementos y es notable que no se critican mucho entre ellos los gobiernos. Hay como una convivencia entre gobiernos de izquierda y derecha en la región que se van acompañando, pero ya cada uno también tiene su propia impronta y sus propias problemáticas de seguridad, donde ya no se asemejan tanto. Si viene cada vez más violencia en Costa Rica, por ejemplo, o en Honduras, cada uno tiene una problemática muy específica y procesos políticos complicados y a la vez muy relacionados a lo local.
FM
