El dirigente peronista, Juan Manuel Urtubey, dialogó con Jorge Fontevecchia para Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) sobre sus objeciones al gobierno y su postura frente a la política Argentina. "Tenemos que empezar a entender que la confrontación que esta a flor de piel en el kirchnerismo funciona para ganar elecciones, pero para gobernar es un problema serio", dijo.
Explicános tu eclecticismo para poder entender qué hacías allí...
Algo tan natural como un peronista discutiendo en un congreso peronista, el Partido Justicialista de Mendoza. Más allá de los alineamientos internos, planteé un encuentro que buscaba ser más amplio que el Frende de Todos y, de hecho, me invitaron aún sabiendo que yo no era parte de ese espacio político.
Participé porque dirigentes de la provincia de Mendoza me lo pidieron. Pero lo que me parece interesante es el salir de la lógica en donde el peronismo se convierte en una franquicia dominada por el kirchnerismo y uno tiene que, en alguna medida, enajenarse de su propia identidad. Y en ese marco me parece que la mirada del futuro tiene mucho que ver con esto porque el peronismo ha condicionado, y seguirá condicionando, la política argentina.
Estoy convencido de que hay muchos argentinos, que no tienen por qué estar de rehenes, que frente a este fracaso que vive el Frente de Todos se vean obligados, por no tener opciones, a volver al fracaso de Juntos por el Cambio. Por eso, creo que el peronismo tiene mucho que hablar y dará mucho de qué hablar en un futuro.
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¿Quién te invitó, Juan Manuel?
El PJ mendocino y, particularmente, dirigentes del peronismo mendocino que justamente plantearon la necesidad para poder asistir que no son K o del Frente de Todos. Esto demuestra que también pueden haber dirigentes que tienen una mirada distinta. Eso, por suerte, lo pudimos hacer y, la verdad, es que a mí me parece que es estimulante poder participar en todas las mesas y en la que cada uno pueda decir su verdad relativa y pueda escuchar también a los otros.
Creo que Argentina necesita mucho más diálogo y menos monólogo, más allá de la identidad que tenemos cada uno. Todo indica mi posición al actual Gobierno, cosa que sostengo, pero nada me va a sacar de mi posición peronista.
¿Existe el peronismo? ¿Qué es el peronismo? Ayudanos a entender aquella idea de que Perón era un movimiento y no un partido, porque el partido dejaría afuera a mucho de los peronistas
Exactamente. Es algo que tiene que ver más con la expresión del movimiento social más que una organización, como decía Perón, de la democracia liberal burguesa. El peronismo es otra cosa porque está arraigado con el sentir de los argentinos, la idiosincrasia argentina y es largo el cuento. Pero, objetivamente, nosotros tenemos que entender que inevitablemente en el país hay un sujeto social que es el peronismo. Pretender achicar el peronismo a lo que ha planteado el kirchnerismo en los últimos años es no entender lo que significa el peronismo en Argentina. Creo que, en alguna medida, el peronismo ha pretendido, y pretende llevarlo, a un lugar que no nos corresponde.
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¿Creés que el peronismo dejará de ser, cuando la biología haga que Cristina Kirchner ya no esté conduciendo?
Yo estoy convencido de que sí. Ojo, podrá existir como una facción, pero el peronismo es algo que va a sobrevivir a los distintos personalismos. El justicialismo fue sobreviviendo a los personalismos inclusive del propio Perón, porque inevitablemente es parte de una corriente de pensamiento que en Argentina existe desde el principio de la argentinidad, inclusive previo a la República. Hay que ser consecuentes con eso, sobre todo en un país que requiere el concurso de todo en Argentina y que no se va a arreglar en la lógica de la confrontación permanente a la cual nos lleva este Gobierno, o nos pretendió llevar el anterior.
Argentina necesita trabajar con profunda convicción desde la unidad nacional y desde los grandes acuerdos. En los últimos 38 años, de la recuperación de la democracia para acá, las dos únicas veces que crecimos cinco años seguidos en Argentina, más allá de un montón de otras variantes, fue luego del traspaso de mando en el '89 y luego de la caída de de la Rúa. Allí hubo elementos que concluyeron, como los acuerdos políticos de los distintos espacios que plantaron bases de políticas de Estado. Pero tenemos que empezar a entender que la confrontación que esta a flor de piel en el kirchnerismo funciona para ganar elecciones, no para gobernar. Para gobernar es un problema serio.
GA PAR