En un escenario donde las tarifas por servicios sufrieron aumentos desproporcionados al comparar los precios con la variación en los salarios argentinos, se conocieron los resultados de un relevamiento que dejó en evidencia el fuerte impacto que representa la suba de tarifas, puntualmente del servicio de electricidad, en los bolsillos de los trabajadores.
Según un relevamiento realizado por el Instituto de Economía de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), señaló que “la tarifa de electricidad de febrero de 2024 fue la más cara en los últimos 30 años”. El sondeo hizo el análisis tomando la relación con los salarios de los argentinos, para estudiar el impacto sobre los ingresos. No obstante, el informe también destacó que “sigue siendo de las más baratas del mundo”.
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Concretamente el informe reveló que en febrero de 2024, el gasto en electricidad de los hogares representó el 3,45% de un sueldo promedio formal. Esta cifra representó el porcentaje y valor más alto de los últimos 30 años, y según explica el estudio, fue como consecuencia del aumento implementado por el actual Gobierno como parte de su política de shock, con medidas de alto impacto, ajustes de gastos, recortes en distintos sectores y fuertes aumentos.
El relevamiento indicó que a la par de un abrupto aumento en las tarifas de servicios públicos, y en el caso puntual de la energía eléctrica, se dio también un desplome del salario real en el último período, desde la devaluación de diciembre último. El instituto de la alta casa de estudios, advirtió que en Argentina, “los constantes cambios en las políticas aplicadas sobre los servicios públicos (extremos entre subsidios exagerados acumulados por periodos prolongados y recomposición abrupta de los precios en períodos breves) no permiten encontrar un nivel de tarifas estables en el mediano plazo”.
El impacto más alto en tres décadas
Para realizar el estudio la UADE hizo un análisis comparativo en la relación habida entre la tarifa de electricidad y su impacto en un sueldo formal promedio para los trabajadores argentinos durante febrero de este año. Cabe señalar que desde la llegada del nuevo Gobierno, el salario promedio del sector formal reflejó una caída considerable. Precisamente, según datos relevados por la Secretaria de Trabajo, entre noviembre de 2023 y febrero de este año, el salario formal registró una caída que alcanzó el 14,7% ajustado por inflación.
El informe realizado por el Instituto de la UADE (INECO) tomó como base los datos oficiales publicados por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y la Secretaría de Trabajo de la Nación, para calcular el porcentaje de impacto que representa para un asalariado el gasto por el pago de la factura de luz. El porcentaje del 3,45% representativo de la porción del ingreso formal que destina un trabajador para pagar las tarifas de electricidad, resultó ser el valor más alto de las últimas tres décadas.
El estudio además destacó que "a pesar de que sea necesario una corrección tarifaria de los servicios públicos, los nuevos valores impactan dentro del gasto de los hogares, a la vez que el poder adquisitivo de los argentinos viene en caída, presionando aún más sobre este fenómeno".
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En ese sentido, el relevamiento analizó la evolución tarifaria y destacó que “en marzo de 2024, la tarifa de electricidad representó el 21% de la canasta básica total (CBT) que mide el INDEC”- Y agregó que “tan solo dos meses antes, en enero, la misma tarifa equivalía al 10% de la CBT”, A la vez que argumentó: “Quizá por estas razones y para mitigar el impacto en una tasa de inflación gradualmente en baja es que el Gobierno ha decidido postergar los aumentos de tarifas ya planificados, para distribuirlos en el tiempo”.
Evolución tarifaria
El informe señala que, ante los importantes aumentos en las tarifas de servicios públicos, se tomó como referencia el servicio básico de luz y electricidad para calcular cuál es el porcentaje de ingreso que debe destinar un argentino en el pago de la tarifa mensual.
También destacó INECO que se tuvieron en cuenta 5 periodos. En ese sentido, el estudio remarcó que en el período post crisis de 2001, “se aplicaron políticas de subsidios como respuesta a la caída de los ingresos de los argentinos”. Además advirtió que pese a que con los años, el país tuvo una recuperación económica, el esquema de subsidios a las tarifas no se modificó. Señala “que se ‘pisaron’ los precios de las tarifas durante años, generando valores ficticios, totalmente alejados de los que surgirían si se consideran la estructura de costo de las empresas que brindan el servicio”.
Hoy, señala el relevamiento que los subsidios a la energía conforman “una parte significativa del déficit fiscal del estado argentino”, ya que “representaban el 8,6% de los gastos primarios en el primer trimestre de 2023, mientras que en el mismo periodo de este año representaron el 4,4%”. Con las gestiones posteriores se aplicaron políticas para solucionar estos problemas, pero los aumentos “no fueron bien recibidos por los consumidores”, lo que derivó en numerosos amparos judiciales, destacó el informe. Así fue que desde 2020, “se implementó una política de subsidios que pisó las tarifas nuevamente”.
La nueva gestión de Gobierno aplicó medidas, que según señala el estudio, “busca reacomodar los precios de las tarifas”, y señalan que este el gran problema: “los aumentos en los últimos meses duplicaron el porcentaje de ingresos que deben destinarse a pagar las tarifas de luz”. El incremento en todos los servicios obliga a destinar cada vez más recursos al pago de tarifas, mientras el poder adquisitivo de los salarios continúa desplomándose.
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Aún sigue siendo barata
Un dato no menor, es que el estudio señaló que pese a los fuertes aumentos de los últimos meses, “a nivel mundial, y dentro de América del Sur, la tarifa de electricidad de Argentina se encuentra relativamente barata”. En ese sentido remarcó que el costo es de USD 0,11 por kWh (hasta el año pasado, en marzo, la misma tarifa era de 0,04 centavos de dólar) y de USD 27,5 si se considera la canasta básica de 250 kWh. El valor promedio de esta misma canasta en todo el mundo es de USD 42,5 (USD 0,17 por kWh), con lo cual la canasta argentina es USD 15 más barata
En la región, “el país con la tarifa más elevada es Uruguay, donde se paga USD 0,24 POR kWh y una canasta de USD 60 mensuales”, seguida de Perú con una canasta de USD 57 y Brasil con USD 50. Paraguay tiene la tarifa más barata con USD 0,06 y una canasta de USD 15.
FM