El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva no asistirá al debate presidencial con el presidente Jair Bolsonaro previsto para este viernes, porque se comprometió a participar en varios actos políticos en el Estado de Minas Gerais entre el viernes y el sábado.
Ayer, asimismo, el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, espada de Bolsonaro, solicitó la salida del país del Fondo Monetario Internacional (FMI). Lo hizo durante un cónclave con empresarios en el cual mostró su discrepancia con las proyecciones del organismo.
Ante la ausencia del candidato por Partido de los Trabajadores en el debate, la cadena de televisión SBT hará una entrevista de una hora con el presidente Jair Bolsonaro. La segunda vuelta de laselecciones presidenciales de Brasil comenzó con la previsión de tres debates. Lula dijo que iba a participar en uno o dos.
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El primero, el domingo pasado, derivó en fuego cruzado con acusaciones mutuas de negligencia y corrupción. El último está previsto para el viernes 28, dos días antes del balotaje.
Lula tiene el 50% de intención de voto, siete puntos más que Bolsonaro, según una encuesta divulgada el lunes por el Instituto Ipec. El sondeo muestra a los candidatos dos puntos más cerca que en uno previo al debate.
Si solo se tienen en cuenta los votos válidos, Lula ganaría con un 54% de los votos contra un 46% de Bolsonaro. En la primera vuelta, Lula se impuso con un 48,4% contra un 43,2% de su rival. Los datos de Ipec favorecen más a Lula que la última encuesta de Datafolha, que le otorga un 49%, contra un 44% de Bolsonaro.
Del otro lado del mostrador, las discrepancias del gobierno con el FMI datan de diciembre de 2021, cuando el organismo anunció que iba a cerrar sus oficinas en Brasilia. El ministro Guedes atribuyó entonces los cálculos inexactos del FMI a una supuesta militancia de sus analistas. Algo que, según explicó, les impide percibir en forma objetiva la recuperación económica.
Guedes reiteró este miércoles las críticas que formuló la semana pasada durante una visita a Washington, cuando el FMI informó que Brasil crecerá el 2,8% en 2022. En julio había previsto un 1,7%.
