La decisión del presidente brasileño se trata de una respuesta al asalto contra los tres poderes de Brasilia del 8 de enero, una semana después de su toma de posesión.
El Diario Oficial de la Unión, en su carácter de boletín oficial, publicó este jueves que la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) dejará de estar subordinada al Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) y quedará dentro de la órbita de la Casa Civil, a cargo del ministro Rui Costa.
La ABIN sería dirigida por el comisario Luiz Fernando Correia, conductor de la Policía Federal durante el anterior gobierno de Lula. La Agencia fue creada en 1999 como órgano centralizador de la inteligencia del Estado brasileño.
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Por otra parte, el GSI se encuentra bajo la lupa porque sus miembros, militares, son los encargados de la seguridad presidencial y del Palacio del Planalto, la sede de la presidencia.
El gobierno de Lula sospecha que pudo haber una complicidad entre los agentes y los extremistas, partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, que invadieron con violencia el palacio presidencial, el Congreso y la sede del Tribunal Superior Federal.
MVB JL