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CRISIS EN BRASIL

Brasil busca castigar a los culpables por los ataques

En total, 1.200 personas fueron detenidas mientras rige en todo el país la prohibición de realizar concentraciones.

Brasil busca castigar a los culpables por los ataques
Brasil busca castigar a los culpables por los ataques | Télam

Al día siguiente, la policía brasileña desmanteló el campamento que habían montado los partidarios del expresidente Jair Bolsonaro frente al cuartel de las afueras de Brasilia desde el cual marcharon el domingo hacia la Plaza de los Tres Poderes, donde provocaron destrozos en el Palacio de Planalto, el Congreso y el Superior Tribunal Federal.

A ellos se sumaron otros que arribaron en ómnibus a la capital de Brasil. La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) pidió a los manifestantes y seguidores de Bolsonaro que dejen de usar la camiseta de la canarinha tras el asalto a los edificios de Brasilia.

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El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó con los jefes del Congreso y el Supremo Tribunal un documento en la cual denunció actos de terrorismo y vandalismo.

Las escenas de caos y destrucción en Brasilia memoraron el asalto del 6 de enero de 2021 al Congreso de Estados Unidos, donde se encuentra el expresidente Jair Bolsonaro después de haber evitado entregarle la banda presidencial a Lula el 1 de enero.

Bolsonaro fue internado este lunes en un hospital de Orlando a raíz de dolores abdominales después de haber sido sometido en varias ocasiones a intervenciones quirúrgicas como consecuencia de la puñalada que le dio un fanático en 2018, cuando estaba en campaña para ganar la presidencia de Brasil.

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Los alborotadores, vestidos con los colores verde y amarillo de la bandera nacional, rompieron ventanas, derribaron muebles y arrojaron computadoras e impresoras al suelo.

Agujerearon en cinco puntos un enorme cuadro de Emiliano Di Cavalcanti, volcaron la mesa con forma de U frente a la cual se reúnen los jueces del Supremo Tribunal Federal, arrancaron la puerta del despacho de un juez y vandalizaron una emblemática estatua ante la corte. Los interiores de los edificios monumentales quedaron en estado de ruina.

El ministro de Justicia, Flávio Dino, dijo que los actos equivalían a terrorismo y amenaza de golpe de Estado y que las autoridades habían empezado a identificar a las personas que pagaron los ómnibus en los que se trasladaron a Brasilia.

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Entre los manifestantes estaba Leonardo Rodrigues de Jesus, conocido como Leo Indio, sobrino de Bolsonaro. Si bien negó haber participado de los actos vandálicos, publicó selfis en Instragram en las que aparece con los rojos enrojecidos, dijo, por los gases lacrimógenos.

La condena fue unánime. Canadá, México y Estados Unidos suscribieron un documento conjunto desde la ciudad de México, donde se reunieron el presidente de Estados Unidos, Joe Biden; el de México, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

La Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) había advertido el domingo por la mañana que los simpatizantes de Bolsonaro planeaban vandalizar bienes públicos y promover actos violentos. La alerta fue recibida por el secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, por Anderson Torres, destituido al igual que el gobernador, Ibaneis Rocha, tras los incidentes.

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Lula denunció la mala fe o la incompetencia de la Policía Militar de Brasilia. La diputada federal Erika Hilton, del Partido Socialismo y Libertad, solicitó al Ministerio de Exteriores la extradición de Bolsonaro y de Torres, exministro de Justicia.

En Estados Unidos, representantes demócratas como Joaquín Castro, miembro del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara baja; Alexandra Ocasio-Cortez, e Ilhan Omar pidieron que Bolsonaro sea expulsado del país. La extradición, de ser pedida por Brasil, debería ser evaluada por el Departamento de Justicia.

JL