Perfil
MODO FONTEVECCHIA
Dólares sin inversión

Martín Redrado: "En los 90 financiamos el déficit de cuenta corriente con inversiones, ahora es con deuda"

Para el expresidente del Banco Central, en Argentina "se ha utilizado la política arancelaria no desde el punto de vista de una integración productiva, sino para disciplinar precios".

Martin Redrado
Martin Redrado | CEDOC

“En los primeros años de los ’90 tuviste una inversión extranjera directa. Es decir, es diferente cuando llegan los dólares y se clavan en la tierra”, explicó Martín Redrado, al comparar el plan económico actual con el de la convertibilidad. Según el economista, mientras en aquella etapa la Argentina financiaba su déficit de cuenta corriente con capitales productivos, hoy lo hace con deuda y dólares financieros. “Es muy diferente de comprar un bono, donde vos muy bien sabés que un bono se compra y se vende sin solución de continuidad”. dijo el expresidente del Banco Central en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Martín Redrado, economista, presidente de la Fundación Capital desde hace un cuarto de siglo. Fue presidente del Banco Central en el año 2004 al año 2010, vicecanciller previamente entre 2002 y 2004, presidente de la Comisión de Valores entre 1991 y 1994 y, desde fines de 2022 hasta fines de 2023, fue secretario de Asuntos Estratégicos de la Ciudad de Buenos Aires. Publicó libros sobre economía, entre ellos Argentina Primero, Poner en marcha el país tras la pandemia y está presentando el libro Argentina Federal, coescrito junto con José Ortugy.

Redrado dijo recientemente: “No queda claro si va a emitir o no, ni cuándo. Tampoco si estamos en un sistema de flotación absoluta dentro de bandas o si el Banco Central interviene”. Y alertó: “Esto lo que trae es incertidumbre”. Esa incertidumbre, ¿implica mala praxis por parte de la conducción económica?

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

La política macroeconómica tiene cuatro pilares fundamentales. Uno es el fiscal, en donde claramente se han hecho avances fundamentales, y hoy nadie duda del superávit fiscal hacia adelante por parte de la Argentina. Pero también están la política monetaria, la política cambiaria y la política financiera. Lo que se puede decir es que ha habido marchas y contramarchas en la política monetaria; que todavía falta definir una política monetaria y cambiaria de largo plazo que le dé previsibilidad. Lo que un hacedor de políticas públicas debe generar es previsibilidad. Es decir, darle un horizonte a todos los argentinos y a todos los que trabajan en Argentina, un horizonte que les permita planificar, que les permita invertir, que les permita saber cuál es su estructura de costos.

Mientras tengamos estas marchas y contramarchas, las marchas y contramarchas que ha tenido la política monetaria, inyectando el 10 de julio, a partir del vencimiento de las letras fiscales que utilizaban los bancos como un mecanismo para administrar su liquidez… Se inyectaron 10 billones de pesos en una cuestión de cinco días. Si tomamos números oficiales, no hay más que ir al balance del Banco Central. La base monetaria el día 10 de julio era de 33 billones de pesos, y el día 15 de julio era de 43 billones de pesos. Evidentemente esos pesos generaron una presión sobre el tipo de cambio, sobre los fondos de inversión, y lo que tuvimos es este periodo de tensión cambiaria. Lo que se reclama entonces es clarificar cuál es la política monetaria de mediano alcance, cuál es la política cambiaria.

Casi la mitad de los argentinos usa la tarjeta de crédito para comprar alimentos

En principio, cuando comienza este equipo económico, hay una fuerte acumulación de reservas. Si uno mira los números desde enero hasta julio del año pasado, prácticamente el Banco Central compra casi 20.000 millones de dólares. Luego se pasa, en esa conferencia de prensa que dan el Ministro de Economía y el presidente del Banco Central, por allí por mediados de julio, a un programa de emisión cero, donde no se iba a emitir absolutamente nada. Se utilizaba la tasa de interés como un mecanismo de regulación monetaria. Con el acuerdo con el Fondo, se pasa a tener agregados monetarios Creo que necesita Argentina es precisamente definir una política monetaria y cambiaria de largo alcance, que permita invertir y generar empleo, que es la segunda etapa de este proceso. Hasta ahora se ha logrado una base fundamental, que es el equilibrio presupuestario. Pero es una condición necesaria, no suficiente, para ingresar en una hoja de ruta de desarrollo sostenido.

Le escuchamos aquí a un analista de opinión pública, a Córdoba, de la consultora homónima, plantear que Milei es equivalente al menemismo del ’97: genera una situación en la cual no hay crecimiento económico, sino recesión. Y que el primer Menem, es que se hizo un plan antiinflacionario que al mismo tiempo generó aumento del consumo, aumento de la producción, crecimiento de la economía. No fue recesivo, para ponerlo en términos concretos. Mientras que sí, a partir del ’97, fundamentalmente después del Tequila y la crisis del ’98 asiática, pasó a ser recesiva, aumentando el desempleo. Pero inicialmente, todo por el contrario, fue expansivo. Entonces, escucho también que vos dijiste “flota para las personas, pero no para las empresas”.

Y uno dice: ¿por qué abrieron el cepo para las personas y no para las empresas, si finalmente las empresas representaban bastante menos de lo que pudieran representar la demanda de las personas? Y además, permitir levantar el cepo a las empresas hubiese aumentado la posibilidad de inversiones y de aumentar las posibilidades de generar más empleo. Entonces, una conjetura hecha, todo este prólogo: finalmente todo plan económico tiene un objetivo electoral también, y está atravesado por un calendario electoral. Y que, en este año de elecciones, la idea de un dólar barato, aunque no se acumulen reservas, y que ese dólar barato lo disfruten las personas que luego van a votar, está por arriba de la coherencia económica que vos reclamás, que es absolutamente lógica. Pero, desde la cabeza del gobierno, es primero ganar las elecciones y después muestro una política monetaria consistente. ¿Es más o menos plausible esto que yo estoy contando? Y además, me gustaría tu comparación con los '90.

Yo ampliaría el análisis. En realidad, hay un objetivo que se corrobora cuando uno cambia, como profesional de la economía, números con profesionales de las encuestas políticas. El objetivo central del equipo económico es la desinflación. Está claro que la Argentina ha vivido con este cáncer de la inflación que, por supuesto, ya sabemos, golpea a los sectores populares. Por lo tanto, entonces, parece lo que indica el humor de los argentinos es: “primero salvame de la inflación”. Y entonces, todos los instrumentos de política económica se están utilizando como herramientas antiinflacionarias. Entonces, yo no diría que hay un objetivo de dólar barato y demás, sino que hay un objetivo de desinflación. Y en el objetivo de desinflación juega la política fiscal, juega en algunos momentos la política monetaria. De hecho, han subido las tasas de interés justamente para poder estabilizar el tipo de cambio. Ha jugado, y está jugando muy fuerte la política salarial.

Con tasas más altas, Caputo resigna la actividad económica para controlar el dólar

Yo utilizo mucho en mis presentaciones en Argentina -no en el exterior, en el exterior busco, sobre todo para América Latina, me presento como economista y hacedor de políticas públicas de América Latina- busco las oportunidades y las inversiones. Pero cuando hago presentaciones en la Argentina, mi equipo de la Fundación ha hecho un gráfico que muestra las paritarias mes por mes de los 20 principales gremios y la comparación con la inflación. Es un gráfico que lo hemos hecho en distintos tonos, como si fuera un semáforo: en rojo, en amarillo y en verde. Ya la impresión, cuando vos mirás desde los últimos 12 meses, mes a mes, cuando mirás ese gráfico te da más rojos que amarillos o verdes. Rojos quiere decir que el salario ha perdido con respecto a la inflación. Y cuando miramos el promedio lo que marca es que los últimos tres meses, en todos estos gremios la inflación estuvo un punto, un punto y medio por encima del incremento promedio de salarios de esos 20 gremios.

Lo que quiero decir es: aquí se ha utilizado la herramienta fiscal, la herramienta cambiaria, la herramienta salarial y también la política arancelaria. En el sentido de que hoy estamos en un mundo absolutamente transaccional en términos de relaciones económicas y financieras internacionales. Nada se da a cambio de nada. Y acá Argentina ha hecho una rebaja unilateral de aranceles sin obtener rebajas de aranceles de otros países. Yo estoy a favor de una integración productiva con el mundo, pero aquí se ha utilizado la política arancelaria no desde el punto de vista de una integración productiva, sino para disciplinar precios.

El objetivo, y las encuestas también indican, es que con la inflación, o con la derrota de la inflación, alcanza para ganar las elecciones. Veremos si esto es así. Yo creo que es muy importante haber derrotado la inflación. Es importante también no sobreutilizar la herramienta cambiaria y la herramienta salarial, porque eso, sin duda, genera problemas en términos de previsibilidad cambiaria y, por supuesto, en términos de consumo. Y los números de consumo indican un estancamiento del consumo a partir de febrero, y sobre todo la comparación intermensual. No hay que hacer la comparación interanual, es decir, la comparación contra el mismo mes del año pasado, porque estábamos en recesión, sino contra el mes anterior. Por ejemplo: junio contra mayo, desestacionalizado. Y ahí los números son muy claros, en donde el consumo está estancado, sobre todo a nivel alimentos.

Por último: tu comparacióncon la etapa de Menem. Lo fundamental que hubo también en los primeros años de la etapa Menem fue la inversión extranjera directa. De la mano del proceso de privatizaciones, el motor de crecimiento fue la inversión extranjera directa. Hubo ingreso de capitales. Y sobre todo, cuando uno tiene, como ahora, déficit de cuenta corriente. Están faltando dólares, o es necesario financiar esos dólares, recurrir a esos dólares, lo importante es, si es bueno o es malo tener déficit de cuenta corriente. Yo digo: ¿cómo se financia la cuenta corriente?

En los primeros años de los ’90 , del ’91 al ’95, tuviste una inversión extranjera directa. Es decir, es diferente cuando llegan los dólares y se clavan en la tierra: para generar nuevos galpones, para generar nuevas empresas, para ampliar la capacidad productiva, para tomar nuevos empleados. Es muy diferente de comprar un bono, donde vos muy bien sabés que un bono se compra y se vende sin solución de continuidad. Es decir, la calidad del financiamiento que tuvo Argentina del ’91 al ’95 cambió. Y justamente el comienzo del fin de la convertibilidad fue del ’95 en adelante. Se terminaron las privatizaciones y Argentina comenzó, después del efecto Tequila en el año ’95, a endeudarse. Y esto es lo que llevó a la crisis de 2001: un periodo en donde se financió con inversión extranjera directa. Esto es importante como ejemplo hacia adelante. Bueno, si uno tiene un déficit de cuenta corriente, lo que tiene que generar es más dólares genuinos: o más dólares de exportación, o más dólares de inversión directa, o más dólares de argentinos que saquen del colchón. Es decir, que aparezcan dólares genuinos y no dólares volátiles, como son los dólares financieros.

Esto lo que te marca es que es bien diferente lo que nos encontramos en los primeros cinco años de los '90, con lo que nos estamos encontrando hoy. Y por eso, aquel plan antiinflacionario, al mismo tiempo, estaba combinado con un proceso de crecimiento de la economía, a partir de ese aumento enorme de las inversiones, que no logra hoy, con el RIGI, producir el mismo efecto, por lo menos en la velocidad que lo produjo en aquel momento, en los '90.

Ahora, vos podrías haber elegido, para usar de ancla antiinflacionaria, el dólar. O sea, si tu objetivo único y primero es: “Puedo producir recesión, cualquier cosa, pero lo que necesito es que baje la inflación”, podés atrasar el tipo de cambio. Pero lo que necesito es que baje la inflación. Si se hubiera abierto el cepo para las personas jurídicas, en lugar de las personas físicas, ¿habrías logrado ese efecto mejor? Porque finalmente hubieras necesitado menos dólares. ¿Estoy equivocado en esto que estoy planteando? ¿El abrirlo para las personas físicas no busca, de alguna manera, un objetivo de generar satisfacción para contrarrestar el malestar que produce la recesión, en por lo menos todos aquellos argentinos que pueden ahorrar en dólares o viajar?

Ahí vayamos a los números. Porque es cierto que ha habido un punto muy a favor: que ya el Banco Central no emite dinero para adelantos transitorios. Sí hubo un error, o una descoordinación entre el Banco Central y los bancos, y el sistema financiero. El Banco Central y el sistema financiero son dos caras de una misma moneda: deben ir en la misma dirección. Y cuando se extinguieron las letras fiscales se generó un exceso de liquidez de 10 billones de pesos, que luego se trató de absorber con distintos títulos que emitió el sector público, el Tesoro Nacional pero esos títulos no tienen la suficiente liquidez como para poder generar la administración que un banco hace en la diaria. Un banco, al final del día lo que hace es ver cuántos depósitos tiene, cuántos préstamos se han dado, y si tiene exceso de liquidez, dónde coloca esa liquidez para poder tener una rentabilidad sobre la misma. Esto se desconoció, y entonces se generó emisión.

Lo que sí hemos tenido es que no ha habido emisión para financiar al sector público. Y esto, sin duda, ha quitado pesos del mercado. Ahora bien, uno de los temas que no se ha analizado son los depósitos del sector privado. Hoy los depósitos del sector privado, tomando en pesos, son 90 billones de pesos. Todo el sector privado tiene 90 millones de millones. Hablamos de “billones” a la castiza, no “billions” a la americana. Para ponerlo en términos de dólares, estamos hablando de 60.000 millones de dólares, tomando el tipo de cambio a 13, en términos redondos.

Empleados de comercio: el gobierno homologó la paritaria con aumentos de 1% por mes

Desglosemos el número: los depósitos de la gente en el sector privado. ¿Y por qué digo los depósitos? Porque lo que puede convertirse de pesos a dólares difícilmente sea el circulante, porque el circulante los argentinos lo usamos para la diaria, para los gastos diarios. Pero pueden ser los depósitos. Y, en definitiva, cuando has tenido procesos de corrida o de tensión cambiaria, los depósitos a la vista, o en general los depósitos a plazo fijo, pasan a ser depósitos a la vista y luego se dolarizan. Ahora, cuando miramos los números de esos 60.000 millones de dólares, o 90 billones de pesos: 13 billones están en poder de individuos, el resto está en poder de empresas. Entonces, los depósitos de empresas son mucho más que los depósitos de individuos. Y probablemente lo que haya hecho el equipo económico haya sido decir: “¿Qué pesos, abriendo el cepo, se pueden dolarizar?”. Bueno, con el ingreso de los dólares del Fondo Monetario, uno dice: hay 12.000 millones de dólares como liquidez que pueda tener el Banco Central para intervenir en el mercado cambiario, en el caso de que toque el techo de la banda. Y esto es una cifra parecida a la cantidad de depósitos que tienen los individuos en el sistema financiero, y que pueden dolarizarse.

Las empresas tienen prácticamente 47 billones de pesos, o aproximadamente 70% de los depósitos en el sistema financiero. Y, a nuestro entender, el de Fundación Capital, esto es lo que los ha prevenido de generar una apertura. Porque esos pesos que tienen las empresas, muchas de ellas multinacionales—, y como vos sabés, hace mucho tiempo que están atrapadas… Y esto lo que ha generado es que, lamentablemente, en lugar de llegar inversiones internacionales, vemos cómo se van empresas, aún empresas que han estado desde los años '80, y han visto hiperinflación y demás, en la Argentina. Bueno, precisamente porque esos pesos todavía están atrapados. Y si esos pesos se liberan de un día para otro, hoy todavía, por la falta de acumulación de reservas, que ha sido otra oportunidad perdida que ha tenido el Banco Central en el “trimestre de oro”, es decir, el segundo trimestre del año, eso es lo que ha hecho que esos pesos que tienen las empresas depositados hoy en el sistema financiero argentino, si se los libera de un día para otro, puedan generar mayor presión sobre el tipo de cambio.

RM/fl