Con el retiro de la caja negra del Boeing 747 de la aerolínea Emtrasur, la justicia federal buscará despejar dudas sobre el enigmático avión donde viajaban ciudadanos iraníes y venezolanos, hoy retenido en Ezeiza. ¿Pero en qué consisten estos artefactos, usualmente utilizados para dilucidar las causas de los accidentes aéreos?
Capaces de soportar 1.100 grados y permanecer 36 horas sumergidos, no son cajas ni son negros. Se trata de dos o tres compartimentos con forma de esfera, cilindro y cúpula, pintados de rojo, naranja o amarillo fluorescente para encontrarlos con facilidad. Tres hipótesis explican su nombre: el hecho de que al principio tenían interiores negros, ya que funcionaban como una cámara; la necesidad de oscurecerlas para evitar la oxidación de los modelos con cinta magnética; y la idea de su complejo funcionamiento interno.
Imputaron al piloto del avión venezolano-iraní mientras investigan al resto de los tripulantes
Una historia negra
El primer prototipo fue diseñado en 1939 por el francés François Hussenot, quien, irónicamente, murió en un accidente aéreo en 1951. Las versiones modernas fueron responsabilidad de David Warren, que en 1953 inventó una grabadora de voz para que registrara lo que ocurría en la cabina. El australiano había perdido a su padre cuando volaba hacia Sídney, mientras él viajaba en barco.
Las cajas negras actuales consisten de dos dispositivos: el CVR (Cabin Voice Recorder) registra las conversaciones de la tripulación y los sonidos de la cabina; el FDR (Flight Data Recorder), parámetros de vuelo como altura, velocidad, temperaturas y turbulencias. “Gracias a ellas se sabe que cerca del 38% de los accidentes de aviación se produce durante la maniobra de despegue, mientras que otro 26% ocurre durante el momento del aterrizaje”, precisa la revista Muy Interesante. “El 75% obedece a fallos humanos, el 11% a averías y el 5% a condiciones meteorológicas adversas”.
JL PAR