El histórico triunfo de Kansas City 38-35 a Philadelphia Eagles en el Súper Bowl tuvo una definición con un gol de campo cuando quedaban apenas unos segundos. Sin embargo todas las cámaras, los reflectores, e incluso el premio al jugador más valioso, se quedaron con Patrick Mahomes, describió el periodista Román Iucht en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Es hijo de una familia afroamericana y un verdadero talento para todos los deportes: en la universidad jugaba muy bien basquetbol y era un excelente pitcher en el béisbol. Finalmente tuvo que decidirse por alguno de los tres deportes que desempeñaba y optó por desarrollarse como mariscal de campo en el fútbol americano, es decir, quien toma el balón y hace jugar al resto del equipo. No fue una mala decisión: obtuvo el título en dos de los últimos cuatro años.
A su vez, vale destacar que en las semifinales de su Conferencia recibió un fortísimo tackle que le produjo un esguince severo en el tobillo derecho y tuvo que salir de la cancha. Sin embargo, pese a que los pronósticos lógicos de recuperación eran de poco más de un mes, a la semana siguiente volvió a jugar (con evidentes señales de dolor) para llevarse un nuevo triunfo.
En el entretiempo de la final, que tuvo como protagonista a Rihanna y su embarazo, Mahomes habló con sus compañeros y su equipo técnico para ser infiltrado y poder jugar sin molestias. De esta forma, se ubicó en el Olimpo de los deportistas de los Estados Unidos. Dos Súper Bowls, 28 años y mucho más para seguir destacándose.
AO FM