El fin de semana pasado en Anaheim, en California, tuvo lugar la D23 Expo, el evento bianual en el que Disney presenta sus novedades. Entre éstas estaba el esperado trailer de La Sirenita, que saldrá en 2023 y que será –como Pinocho, que acaba de estrenarse– una versión en live action (es decir con actores de verdad) del famoso dibujo animado de 1989.
Con el trailer se reveló por primera vez que Ariel, la sirena protagonista de la historia, va a ser interpretada por la cantante y actriz afroamericana Halle Bailey, y que por lo tanto será una Sirenita con la piel mucho más oscura que la del personaje de animación, que era blanca.
En las redes la elección de Bailey fue muy criticada. Este tipo de polémicas, animadas a menudo por prejuicios racistas, no son una novedad, pero en el caso de La Sirenita la discusión alcanzó dimensiones inéditas, tan inéditas que parecen ridículas a personas que como yo no ven ningún problema en que la actriz que la interprete enga la piel negra.
Se estrena una nueva versión de Pinocho
Otro caso reciente fue la nueva versión de Pinocho, donde el Hada Azul, interpretada por la actriz británica Cynthia Erivo, que es negra, aparece muy distinta al hada original de la versión de 1940.
En general los argumentos racistas provienen de grupos católicos y hacen incapié en dos temas: por un lado hablan de que se rompe el lazo nostálgico entre los espectadores y los personajes, y por otro se critica la debilidad de una industria cinematográfica que renuncia a sus propias decisiones para plegarse a lo “políticamente correcto”.
Tal vez la voz más inteligente que se hizo oír en estos días fue la de la actriz Linda Carter, la de la Mujer Maravilla de los años 70, que se metió en el debate recordando que no hay que olvidar que se está hablando de un ser que es mitad pez y mitad mujer, que vive en el fondo del mar y que su mejor amigo es un cangrejo parlante.
BL PAR
