Milton Kuret, referente de la industria del vino, dialogó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), y detalló por qué podría faltar en las góndolas de los comercios. También se refirió a las normas para la importación del Banco Central y a los aumentos en la materia prima que se trasladan al consumidor. A su vez, enfatizó que "estamos entre los 10 países productores e importadores del mundo" y cuestionó la falta de acuerdos bilaterales.
¿Puede faltar vino por las trabas a la importación?
La realidad es que tenemos esta recientes normas para la importación del Banco Central y, en estos días, las bodegas y los proveedores las están poniendo en práctica. Se encuentran algunas dificultades que vamos viendo cómo solucionar por los cupos para la importación.
Se habla de la Argentina como país exportador de vinos. ¿Cuál es el problema que están teniendo?
En todos los componentes de una botella de vino hay algún insumo importado. Pasa con los corchos y el roble de la madera, que los tenemos que importar. El papel blanco para las cajas de un vino de calidad casi no se fabrican acá y es un componente importado. Lo mismo pasa con los envases de vidrio, que se usan insumos parcialmente argentinos y el resto hay que importarlos. El alambre para los espumantes es otro ejemplo, tenemos una larga lista.
Podría faltar vino dentro de 45 días
El vino puro, ¿no tiene componentes importados?
En el viñedo hay agroquímicos importados. Luego, en la elaboración del vino se utilizan enzimas y levaduras que también son importadas y, posteriormente, en el proceso de añejamiento y maderización, son 100% importados. Los vinos los hacemos en Argentina y estamos entre los 10 países productores e importadores del mundo.
Desarrollar estos mercados es imperioso, nos cuesta mucho tiempo y, por eso, estamos solicitando que se nos suspendan las retenciones a las exportaciones.
Nuria Am (NA): Esos aumentos, en lo que hace al producto final, ¿se traslada al mercado interno?
En el caso de los insumos, la materia prima subió del 80% a 100% de manera interanual. En algún punto se traslada al consumidor. Los envases subieron un 74% el año pasado y en el 2022 ya llevamos más del 50%.
También hubo falta de envases, que no está solucionada en su totalidad. El caso del cartón sigue el mismo camino, ya tenemos aumentos del orden del 50% y nos están comunicando nuevos incrementos. Interanualmente, el incremento promedio en una botella de vino es del 70%.
NA: ¿Es más complejo trasladar el precio para consumo externo?
En el mercado local, el vino es muy sensible al precio y, cuando sube, puede empezar a decaer el volumen. En el mercado externo los precios son estables con los años. Una caja de 12 botellas puede estar entre 15 y 20 años con el mismo valor. Nuestra industria exporta, cobra en dólares de tipo de cambio oficial, y tiene una retención del 4,5%. La devaluación interanual nos deja en situación compleja de competitividad.
NA: ¿A partir de cuánto dinero promedio se compra un buen vino?
Son todos buenos. Si hay algo que hizo muy bien Argentina en los últimos años fue invertir en tecnología para la elaboración de vinos. Desde los más económicos hasta los más caros son muy buenos. El rango de precios es enorme y es acorde a los gustos y al poder adquisitivo de cada uno.
Un vino argentino fue elegido como el mejor Malbec del mundo: ¿a cuánto se consigue?
¿No sube el precio también de las botellas de vino en otros países?
Algunas compañías trataron de recomponer su situación, pero de forma leve. No hay grandes incrementos en los precios finales. Muchas están negociando las subas, pero sin mucho éxito. El mundo del vino es muy competitivo, más para un país como el nuestro, llamado del "nuevo mundo". Europa tiene una gran historia vitivinícola y lo pueden hacer con mayor facilidad. En nuestro caso, que todavía estamos en etapa de crecimiento, falta corregir mucho más los precios si queremos posicionarnos en otros mercados.
¿Cómo enfrenta Chile esta situación?
Tienen una trayectoria exportadora un poco más larga que la nuestra. Están bien posicionados, con productos en todos los mercados y tienen un diferencial muy importante, que tienen acuerdos bilaterales con muchos países donde no pagan aranceles de ingreso. Los vinos argentinos, al no tener acuerdos bilaterales, estamos pagando un 5% y eso le resta al precio final.
JL PAR