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MODO FONTEVECCHIA
Discurso presidencial

Quien siembra insultos cosechará presiones: el análisis de Lucas Romero

El analista político advirtió que Javier Milei deberá modificar su estrategia para construir mayorías legislativas en la segunda etapa de su gobierno. "No seduce a sus aliados, los humilla", afirmó.

Lucas Romero. analista político
Lucas Romero. analista político | Cedoc

En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), el analista político Lucas Romero aseguró que el presidente Javier Milei deberá revisar su “estrategia agresiva” de incorporación de alianzas para avanzar con sus reformas en el Congreso. “Habrá que ver si esos aliados no querrán cobrarse el trato recibido”, advirtió. Y agregó: “Si los insultos de Milei no estuvieran, quizás estaría mejor de lo que está”.

Lucas Romero es licenciado en Ciencias Políticas. Dirige Sinopsis Consultores y tiene experiencia en campañas electorales tanto en Argentina como en el exterior. Realiza análisis de políticas públicas y estrategia de comunicación política. Entre 2004 y 2008 fue director del Observatorio Parlamentario. Hace unos días, posteó un mensaje al presidente Milei en la red social X en el que escribió: "Si gobernar es explicar, como decía Fernando Henrique Cardoso, lo primero que deberías procurar es evitar el ridículo que destruye tu autoridad para comunicar".

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¿No estaremos con la brújula oxidada y lo que nos parece a nosotros ridículo finalmente a la mayoría de la gente le resulta atractivo? Pareciera que cuanto más extremo es el discurso de Javier Milei, más le gusta a sus votantes y que en realidad fue eso lo que hizo que lo eligieran. ¿No te parece que a lo mejor nosotros lo estamos juzgando con una estética distinta a la de una parte importante de la sociedad?

Sí soy consciente de que ese debate está. Yo creo que es subsidiario de un debate mucho más estructural, que es pensar si Milei es el artífice de su devenir o si Milei es producto del devenir. Yo me enrolo en los que interpretan lo segundo, que hasta acá da la sensación, cuando uno recoge las evidencias que ofrece la realidad, de que Milei es más el producto del devenir que el artífice de ese devenir. Yo me voy siempre al ejemplo ilustrativo que fue lo que sucedió en el debate presidencial de 2023. Porque cualquier persona que más o menos entiende de comunicación política y que ha podido observar cómo transcurren las dinámicas electorales, seguramente la conclusión a la que llegaba era: "Acá hay un candidato claramente ganador, es muy probable que este candidato con este debate no pueda perder frente al adversario". Y ocurrió lo contrario.

Quizás la gente terminó eligiendo al candidato que perdió el debate porque lo que la gente estaba queriendo era un cambio, y el candidato que perdió el debate era el único que ofreció un cambio. Porque el otro candidato era naturalmente de la continuidad. Era el ministro de Economía de la fuerza que venía gobernando y que había producido en la sociedad una demanda de cambio. Porque esto no hay que ocultarlo. Uno miraba cualquier indicador de opinión pública en 2023 y cualquier indicador lo llevaba a concluir que dos terceras partes de la sociedad estaban reclamando un cambio. Obviamente, el oficialismo en ese entonces intentó incluso transmitir la idea de que en sí mismo representaba también un cambio de lo que venía ofreciendo, pero no le alcanzó.

Entonces ahí la pregunta para hacerse es si la gente eligió a Milei o la gente eligió el único cambio que le quedó. Si la gente eligió el único cambio que le quedó, entonces no podemos atribuirle al resultado electoral las virtudes que ofreció Milei para producir ese comportamiento. Hemos podido ver a lo largo de toda esta primera mitad de mandato de Milei que Milei ha tenido éxito a pesar de Milei, y ha tenido éxito porque ha logrado ofrecer resultados en un aspecto que había generado un trauma en la sociedad, que era la inflación. Y en esto no hay forma de discutirle a Milei el proceso de desinflación.

Sí podemos discutirle cómo se logró ese proceso de desinflación. Se logró con ancla cambiaria, produciendo atraso cambiario. Se logró con ancla fiscal, produciendo un ajuste del gasto público que es insostenible en el tiempo. Siempre remarco que hay que entender el ajuste no como un logro, sino como un esfuerzo, que es muy distinto. El ajuste que produjo el equilibrio fiscal que se logró no es un logro alcanzado, es un esfuerzo que la sociedad sigue haciendo porque no se puede sostener por mucho más tiempo no hacer inversión pública, no hacer mantenimiento de obras públicas y tener recortes en determinadas áreas durante mucho más tiempo. Lógicamente, frente a la necesidad de hacer ese ajuste, porque la Argentina había agotado toda la fuente de financiamiento, incluso la monetaria, era inevitable.

Javier Milei
"Milei logró esa operación simbólica de hacerle creer a la gente que el ajuste fiscal es bueno", remarcó Romero.

Pero además agregó el ancla salarial. Ayer Milei señalaba que "cómo puede ser que la gente no llegue a fin de mes si no habría cadáveres en las calles". Bueno, sí, efectivamente está produciéndose ese fenómeno porque a los salarios, que se los ajustó durante la primera etapa del ciclo con el rebrote inflacionario de enero, febrero y marzo de 2024, después recuperaron, pero no lograron seguir recuperando. Han logrado llegar al punto de inicio, pero les cambió la composición del gasto porque hoy gastan más en gastos fijos, en servicios, y gastan menos en bienes. Con lo cual, está produciéndose una baja de la inflación por factores que no son deseables.

Ahora, nadie puede discutir la baja de la inflación. Lo que sostiene la creencia de que Milei está teniendo éxito es la percepción de que la evidencia nos arroja que quizás en el futuro algo bueno pueda ocurrir porque la inflación ha bajado. Entonces, vamos a creerle a Milei que esto está funcionando y eso alimenta esa demanda de cambio en 2023. Pero no son los insultos de Milei los que dan el éxito. Yo diría todo lo contrario. Yo digo que si los insultos de Milei no estuvieran, quizás Milei estaría mejor de lo que está.

No sé si es la brújula rota. Me parece que Milei está aprovechándose de un éxito que le está permitiendo sostener estos niveles de apoyo para traficar que en realidad es apoyo a sus ideas, porque de eso se trata. Milei todo el tiempo ha tratado de traficar sus ideas detrás de su pragmatismo, cuando en realidad las cosas le salen bien porque ha sido un dirigente pragmático. Pragmático para entender cuál era el trauma de la sociedad y qué le tengo que ofrecer a la sociedad para que la sociedad me siga apoyando.

El politólogo argentino-francés Gérard Guillerm escribió en el diario Perfil el domingo: “La imagen guerrera que emplea Milei es desde este punto de vista bastante reveladora. Tenemos que ser como una falange de hoplitas, o sea, los soldados de infantería griegos que usaban armas pesadas. El imperator civil se proclama dueño de la verdad. Sus sofismas parten de premisas supuestamente verdaderas y concluyen ideas a veces absurdas y, sin embargo, difíciles de refutar y siendo hermético su sistema de ideas. En realidad, y esta es la parte más importante, y en realidad el mileísmo sólo existe por esa disruptividad recurrente que lo hace único. Sin ella perdería cada día su energía vital. Bajo el disfraz de la libertad y de la eficacia, Milei se complace en sembrar el miedo en los demás. Más globalmente, la razón de ser del mileísmo es exactamente la exacerbación de una estrategia de agresión permanente para él. Y aquí viene, a mi juicio, la oración más fundamental de Gérard Guillem: "Para él gobernar es activar la antinomia".

Milei hoy está entre las 20 personas más famosas del mundo. La presidente del Partido Conservador en Reino Unido le dijo al Financial Times que necesitaban un presidente como Milei. Entonces, si Milei es famoso y logró llegar al balotaje casualmente por esa extravagancia, y a lo mejor hoy se transforma como se transformó Menem. Y si el primer Milei fue por los insultos, los agravios, lo extravagante, y el actual podrá ser elegido por sus logros si es que baja la inflación y consigue que haya cierta mejora económica. La pregunta es si en realidad las dos cosas son ciertas: que a lo mejor hoy que no insulte le vendría mejor, pero que para haber llegado a presidente tuvo que haber insultado.

Sí. Ahí puedo compartir ese recorrido. Hay un primer Milei que surge por circunstancias de la coyuntura. Me gusta eso de Giuliano da Empoli en “Ingenieros del caos", cuando dice que son liderazgos estos que han emergido sobre la base de esta sustancia, que transforman sus defectos y sus vicios en fuentes de legitimación, que es lo curioso. Porque uno ve en Milei imperfecciones que terminan pareciendo ser la fuente bajo la cual construyen sus apoyos. Como insulta y está enojado, e incentiva el odio y el enojo, es un gran líder, se dice. Y en realidad, es un defecto eso como líder.

Si Milei produce resultados, naturalmente va a transformar su liderazgo en un liderazgo que va a tener una sustancia distinta y una fuente de sustentación distinta. Creo que todavía estamos lejos de eso, no por defecto de Milei, sino porque la complejidad económica que había por delante era realmente de dimensiones muy extraordinarias. Ahora, da la sensación que sin ahorro, sin inversiones, sin consumo, sin más empleo, todavía parece difícil que el crecimiento sea sostenible en el tiempo.

Yo creo que acá es donde empieza a aparecer la dificultad para Milei. Milei tenía un remedio para esta primera etapa de tratamiento de un paciente crítico que era muy efectivo, porque el ajuste fiscal, que era el primer remedio que había que aplicar a este paciente, lo aplicó y con mucho éxito. Y acá yo sí le reconozco algo a Milei, porque ha logrado transmitir una interpretación de algo que era muy difícil de lograr, que es que la gente crea que el ajuste fiscal es la fuente de todas las bondades y no la fuente de todos los males. Porque hasta el 10 de diciembre del 2023 el ajuste fiscal era mala palabra. Milei logró esa operación simbólica de hacerle creer a la gente que el ajuste fiscal es bueno.

¿Y cómo lo logró? Ahí es donde yo identifico la desinflación como el principal recurso político de Milei para lograr esa interpretación beneficiosa de que el ajuste es bueno. En definitiva, el ajuste fiscal es parte constitutiva del proceso de desinflación también. Al lograr la desinflación, yo logro que la gente interprete que el ajuste fiscal es bueno, porque la gente estaba traumada con la inflación. Entonces, una vez que logre esa operación, la primera parte del tratamiento va a producir buenos resultados, que es el sostenimiento del nivel de apoyo.

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Me voy a meter un poco en el terreno económico sin ser economista, pero uno naturalmente para hacer análisis político tiene que tratar de entender la naturaleza de los procesos económicos. Da la sensación, siendo politólogo, que con el ajuste fiscal solo no alcanza, que Milei necesita agregarle competitividad a la economía. ¿Cómo le puede agregar competitividad a esta economía? Reformulando el sistema impositivo y de legislación laboral, o generando inversiones en infraestructuras que bajen o que mejoren la competitividad no cambiaria.

Le falta tomar decisiones y los procesos que requieren mayorías. Y esto es lo interesante para mirar este proceso electoral. El desafío que tiene Milei es ver si puede acercarse a esas mayorías que le permitan ampliar los márgenes decisionales para poder tener herramientas para darle competitividad a la economía y que este proceso de crecimiento sea sustentable en el tiempo. Porque, si no es sustentable en el tiempo, con el ajuste fiscal no alcanza y en algún momento este paciente va a decir: "Yo te creí que con el ajuste fiscal todo se solucionaba, pero venimos haciendo ajuste fiscal y todavía no aparece el poncho". Me parece que aparecen las amenazas en el mediano plazo para este ciclo.

Entonces, habrá que ver si Milei logra buenos resultados para acercarse a esas mayorías, para poder tener márgenes decisionales para poder agregarle competitividad a esta economía. Porque da la sensación de que hasta acá le ha alcanzado, pero no pareciera que le vaya a alcanzar en la segunda mitad de mandato. Quizás ahí la brújula empezará a tener razón en que un presidente con estos defectos o con estas imperfecciones no puede sostener los niveles de apoyo, y que efectivamente la varita mágica no estaba ahí. Estaba en los resultados económicos que en esta primera mitad de mandato parecieran haber aparecido en lo que generaba trauma, pero falta ver si una vez producida la desinflación es posible ofrecer otro resultado económico que ayude a seguir sosteniendo esos niveles de apoyo.

Claudio Mardones: Pareciera que la estrategia estuviera concentrada en ganar tiempo y llegar a diciembre con estos parámetros. ¿Qué puede quedar en pie después de las elecciones de este año? Entrevistamos a Jaime Durán Barba y decía que el PRO está muerto. ¿Vos coincidís? En la medida que Milei gane tiempo y avance este proceso de absorción de quienes podrían ser aliados, pero más que aliados quedan sumidos bajo la conducción de La Libertad Avanza, ¿el año que viene el PRO va a estar en condiciones de poder contener una alternativa, rediscutir esa situación, o va a estar todo subsumido bajo el liderazgo de Milei y de ahí puede empezar el proceso de deterioro?

Yo digo que todo el sistema de representación política estaba bajo reconfiguración en la Argentina desde el 2023. Teníamos dos grandes coaliciones animando la escena política. Una que está sumergida en una crisis reputacional, el peronismo, con disputas por el liderazgo, y la otra se desmembró, que es Juntos por el Cambio. El proceso de reconfiguración va a tener en este turno electoral una instancia reveladora. La elección nos va a aportar elementos para tratar de pensar cómo está reconfigurándose el sistema de representación política. Entonces, el resultado va a ser muy importante.

LLA PRO
El PRO y La Libertad Avanza negocian un acuerdo electoral en la Ciudad de Buenos Aires para las elecciones de octubre.

Si miro para adelante, después de las elecciones, creo que vamos a seguir viendo este ordenamiento que pareciera ser La Libertad Avanza y aliados, opositores del otro lado y en el medio este sector dialoguista colaboracionista, de gobernadores que no son peronistas, que formaban parte de lo que era el espacio de Juntos por el Cambio, que tienen responsabilidades de gobierno y que tienen una actitud de diálogo y colaboración con el Gobierno para ver si también ellos pueden sacar algún tipo de rédito para sus gestiones. Yo creo que ese esquema va a seguir hacia el 2027, dependiendo de cuál es el nivel de éxito de Milei en este turno electoral. Pero me parece también interesante pensar cómo Milei está construyendo su mayoría

CM: Ahí no hay negociación, ¿no? Exacto.

Más que crear acuerdos y alianzas, Milei los está humillando. Es decir, que Milei no está seduciendo a sus aliados. Los está sometiendo y está teniendo una estrategia muy agresiva de incorporación de esos aliados, que nos hace preguntarnos si esa forma de construir mayorías es confiable en algún momento donde aparezcan dudas sobre este ciclo. Esos aliados que han sido humillados, ¿serán los aliados que sostengan el proceso político, o serán aliados que querrán cobrarse el trato recibido? Parafraseando aquel viejo dicho, “quien siembra humillaciones cosechará traiciones”. Acá es donde me parece que aparece alguna duda sobre el método de construcción de mayorías de Milei.

CM: Hay algunos que no han pagado ningún costo en esa situación. El caso paradigmático de Patricia Bullrich, por ejemplo. La última candidata que tuvo Juntos por el Cambio lideró un proceso de traslado de los votos de Juntos por el Cambio a Milei, que podrían superar el 60-70% de los votos. Y hoy nos encontramos a una Bullrich que amaga con ser candidata a senadora en la ciudad de Buenos Aires y buscando condicionar al PRO. Parece la primera libertaria. Parece que, en ese momento, incluso cuando hay imposición de este tipo, no hay costos políticos.

Igual ahí, en ese caso en particular, no fue una conquista por humillación de parte.

CM: Sí. Quizás sea la única que quede en pie de Juntos por el Cambio.

Patricia Bullrich estaba absolutamente convencida, después de la elección general de 2023, que tenía que plegarse a este proceso político porque le convenía políticamente. Vamos a darle la derecha. Estaba convencida ideológicamente de que ese era el camino. Esa apuesta le está dando rédito, pero no es el caso de otro tipo de alianzas que ha venido sumando el Gobierno, que parecen ser alianzas que no parecen ser muy sólidas desde el punto de vista de si son por convicción o si son por evitar más humillación de la que el propio Milei los está sometiendo. Es el caso paradigmático de lo que está pasando con el PRO de la ciudad de Buenos Aires.

TV/fl