Setenta y cinco folios componen el primer borrador conocido del gran ciclo de novelas Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, cuya publicación comenzó en 1913 y terminó en 1927, cinco años después de su muerte.
En esas 65 hojas se encuentran trabajando en este momento los restauradores de la Biblioteca Nacional de Francia. Esas hojas, de incalculable valor, fueron confiadas al restaurador Frédérique Pelletier y su equipo. El objetivo no es recuperar el estado original del manuscrito ya que el plegado se conserva y se mantiene una restauración artesanal de una hoja desgarrada, que no se sabe ni quién ni cuándo la hizo.
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"Algunas de las hojas estaban manchadas con el polvo de Legras con el que Prous combatía sus ataques de asma. Es interesante verlo", añade el restaurador. La sobrina de Proust, Suzy Mante-Proust fue quien, a su muerte, confió en un joven investigador, Bernard de Fallois, la tarea de poner en orden la montaña de papeles dejados por su tío.
Así fue como aparecieron esos famosos "setenta y cinco folios", que el propio Bernard de Fallois decidió conservar. Cuando falleció, en 2018, fueron entregados a la Biblioteca Nacional de Francia. Eso fue en 2020. Hoy el resto consiste en mostrar esos folios en la exposición Marcel Proust, la realización de la obra, que comienza en octubre en la Biblioteca Nacional de Francia.
BL PAR