El periodista, Roberto García habló en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), y aseguró que "hacer un acto puede tener el impacto de una bomba".
Además, sostuvo que "la candidatura de Cristina era una posibilidad que estaba antes del episodio de Luciani" y que "la cohesión peronista es efímera".
En tu columna que titulaste Una rara inocente planteaste que en el caso Cristina sucede algo bastante común, que es echarle la culpa al muerto..
En el sistema judicial, es común trasladar las responsabilidades al muerto. Hay un montón de héroes de la guerrilla que fueron traidores, pero como son hechos de tipo judiciales, le trasladaban el heroísmo a los traidores para zafar de cualquier contingencia judicial. Las causas mueren con el principal responsable. Y el último episodio de Cristina con relación a renuncia a un acuerdo entre Clarín y su marido, es cierto que es para atacarlo a Alberto Fernández, pero también denuncia una situación de anomalía en la historia del kirchnerismo y abre las puertas para ver qué pasó en todo esto.
Es decir, que ella coloca en su marido responsabilidades que ella no cometió...
Ella comete un acto de desprendimiento, de decir no cometo pecado sino que fue mi marido, por eso me ofendo. Esto en lo personal, no en lo jurídico. Es común esto de trasladarle penas al muerto, aunque ella no quiere hacer eso, como tampoco confesar que en su gestión hubo anomalías. Es muy complejo y creo que no tiene una asistencia jurídica satisfactoria, ya sea por elección o porque ella quiere resolver las cuestiones a su modo.
Con tu experiencia en el peronismo, ¿sentís que puede ser que, paradójicamente, el alegato del fiscal genere un principio de cohesión dentro del peronismo y que se encolumnen todos detrás de una candidatura de Cristina el próximo?
La candidatura de ella era una posibilidad que estaba antes del episodio de Luciani. Por el lado de la cohesión peronista, es efímera. Uno sabe que la mayor parte de los peronistas no comparten los pensamientos de este proceso.
No es un tema de fidelidad absoluta, no es la gente que iba fanatizada a ver al General, acá hay un sector que uno tampoco puede dimensionar cuánto es. Perdimos perspectiva. Cuando fue electo Alfonsín, hubo dos actos en el Obelisco: cada uno llevó un millón de personas. Hoy somos 50 millones de argentinos y acá si hacen un acto con 200 personas es un fenómeno extraordinario, y parece que fueran dominantes en términos políticos.
Hacer un acto puede tener el impacto de una bomba, pero al día siguiente lo único que queda son secuelas de ella. Después de esta movilización, ¿qué pasa en la Argentina?
Estas minorías intensas pueden, en la polarización, dominar a los sectores moderados de su propia coalición y terminar siendo el que prima...
Los fenómenos de Alemania o incluso los de la Revolución rusa, surgieron así. Y puede volver a suceder, y son representativos. Aún con la discrepancia interna. Lo esencial de todo esto, al margen de las cuestiones personales de Cristina, que complica a todo el mundo, es la situación económica de nuestro país. Por ahora, con el ascenso de Massa, se logró disipar parcialmente, con la posibilidad de que venda humo, aunque si lo hace mucho, no va a durar demasiado.
El acto del 17 de octubre puede ser un acto a favor de la mandataria o uno en contra de las políticas económicas, porque, para esas fechas, ya se deben saber el tema de las tarifas y el ajuste. Ves agujeros negros en todo el sistema económico, en particular en el financiero. Y el fin de eso nadie sabe cuál es, ya sea en materia de devaluación o la brecha en general.
AO PAR