No cesan los tiroteos masivos en Estados Unidos. La Corte Suprema pudo haber echado un poco más de combustible al fuego después de haber fallado a favor de la compra y de la portación de armas de fuego, pero el problema parece ser más profundo.
Ayer, en el Día de la Independencia, seis personas murieron y otras 24 resultaron heridas después de que un hombre disparara contra una multitud en Highland Park, a 40 kilómetros de Chicago.
El atacante, Robert Crimo, de 22 años, abrió fuego con un rifle desde una azotea. Fue arrestado. Los disparos comenzaron 10 minutos después de los festejos. Los asistentes al desfile, aterrorizados, huyeron dejando atrás sus pertenencias mientras buscaban dónde refugiarse. La mayoría de los testimonios describieron el sonido de los disparos como una ráfaga, con pequeños intervalos de silencio en los que creen que el hombre recargaba su rifle.
El presidente Joe Biden se mostró conmocionado frente a esta nueva masacre. No fue la única. Casi a la misma hora, la policía informaba de un segundo tiroteo en Filadelfia también durante las fiestas, coronadas con fuegos artificiales. Dos policías resultaron heridos.
Durante junio ha habido más de un tiroteo masivo por semana en Estados Unidos. Este fin de semana murieron nueve de las 57 personas que fueron baleadas en distintos incidentes.
El viernes, una mujer murió y un hombre armado resultó herido en un enfrentamiento en la zona de Chinatown de Chicago. El fin de semana anterior hubo eran seis muertos y 27 heridos por tiroteos masivos.
CB PAR