Seis paquetes de sanciones en 100 días son los que se cumplen de la guerra de Ucrania. La Unión Europea lleva adelante estas medidas, desde el 24 de febrero, procurando cercar al régimen de Vladimir Putin. Las nuevas sanciones, que comienzan a regir desde la primera hora de este viernes, incluyen el embargo parcial al petróleo ruso y la expulsión del sistema Swift del principal banco del país, Sberbank.
Esta tanda de medidas ha sido la más difícil por las reticencias del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, coincidente con las de los gobiernos de Eslovaquia y de la República Checa. La Unión Europea bloqueó sólo el crudo que Rusia envía por mar, no por el oleoducto Druzhba, construido en 1964. Orbán quedó fuera de la lista de sancionados por el patriarca Kirill, líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, cercano a Putin.
"Insólito: las sanciones contra Rusia afectan a Ucrania"
El nuevo paquete de sanciones también contempla la prohibición a los países miembros de exportar productos químicos y de alta tecnología a Rusia y suma en la lista negra, además de Putin y de más de 1.000 funcionarios y oligarcas rusos, a altos mandos militares y del régimen y varios nombres considerados responsables de la masacre de Bucha.
En plan de condenar a Rusia, la Unión Europea congeló los activos del Banco Central Ruso, expulsó a varias entidades del sistema Swift y aceleró el bloqueo energético con el embargo al carbón. Los 27, más allá de sus diferencias, confían en la integración en distintos frentes, con el respaldo en Dinamarca a sumarse en la política de defensa común, la intención de Finlandia y Suecia de sumarse a la OTAN, la celeridad con la cual se han aprobado las sanciones contra Rusia y la activación por primera vez de la cláusula de solidaridad para acoger a los refugiados de Ucrania.
CB PAR
