A sus 23 años el tenista porteño está dando pasos agigantados en su carrera. Cerúndolo llegaba al certamen en suelo sueco luego de su buena presentación, a pesar de la derrota en Wimbledon ante nada menos que Rafa Nadal.
Dejando síntomas de que hay una raqueta con futuro luego de lo realizado en el césped inglés, el ATP 250 de Bastad aparecía en el horizonte de Francisco. En la final se enfrentó a su compatriota Báez, de brillante torneo. ¿El resultado? 7-6 (4) y 6-2, en un poco menos de dos horas, fue lo que tuvo que trabajar Cerúndolo para alzar su primer título y otorgarle así la consagración número 227 al tenis argentino.
Fue un torneo que Francisco dominó de punta a punta. Ya en la primera ronda dio la nota tras vencer al favorito a gritar campeón y defensor de la corona, Casper Ruud, actual nro. 5 del ranking ATP. Primer gran paso, vencer por primera vez a un Top 10 del ranking.
A partir de entonces, los ánimos del argentino estaban por las nubes y vencerlo parecía ser algo imposible. Así fue. Hasta la final con Báez no levantó el pie del acelerador y se llevó de manera merecida su primer título ATP.
Francisco Cerúndolo sin control: venció a Karastev y pasó a semifinales
No solo significó su primera consagración en el máximo nivel, sino que también le permite a Cerúndolo trepar al escalón 30° del ranking, despojando a su último rival, llegando a su mejor marca la cuál le asegura un lugar en el Masters 1000 de Cincinnati y Canadá. Sumado a las grandes marcas personales, este fue un triunfo dorado para la familia Cerúndolo. Francisco junto con su hermano Juan Manuel (114°), quién gritó campeón en el ATP de Córdoba, se convirtió en la primera pareja de hermanos argentinos en conseguir por lo menos un título ATP.
Para llegar a la cita máxima en el polvo de ladrillo en Suecia, el porteño de 23 años superó a Pedro Sousa (430°) por 6-4 y 6-3 en su debut; al mencionado Casper Ruud (5°) por 6-4, 3-6 y 7-5 en la segunda instancia del torneo; a Aslan Karatsev (40°) 7-5 y 6-1 en cuartos; y a Pablo Carreño Busta (18º), verdugo de Diego Schwartzman, en las semis por 6-3 y 6-2.
Pese a la victoria de uno y la derrota de otro, esta final entre Cerúndolo y Báez le da esperanzas al tenis argentino en sumar raquetas frescas, competitivas y de buen nivel de cara al futuro.
CB PAR
