La emergencia hídrica en esta localidad correntina de San Luis del Palmar alcanzó niveles críticos tras más de 10 días de asedio constante del agua. El último reporte oficial confirma que más de 130 familias debieron abandonar sus hogares; de ellas, unas 450 personas se encuentran distribuidas en los 13 centros de evacuación habilitados, mientras que otros 200 vecinos se autoevacuaron en viviendas de allegados.
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El intendente local, Reni Buján, detalló que el municipio trabaja intensamente en la contención de unas 90 familias alojadas en centros oficiales y otras 40 que permanecen en casas particulares.
El jefe comunal destacó a radio Sudamericana que se brinda asistencia directa a aquellos vecinos que, por diversos motivos, decidieron no abandonar sus propiedades pese al avance del Riachuelo.
El drama en las zonas rurales y los parajes
La crisis no se agota en el centro de la ciudad. El panorama en las áreas rurales es calificado como grave, con familias que se encuentran literalmente bajo el agua. Entre los puntos más comprometidos se encuentran:
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Empedrado Limpio (cuarta sección): histórico punto crítico que hoy enfrenta una inundación total.
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Quinta y sexta sección: áreas lindantes al cauce principal del Riachuelo, que se encuentra completamente desbordado.
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Segunda sección: El desborde de un brazo del río hacia San Cayetano sobrepasó todas las defensas naturales de la orilla.
Alerta sanitaria: medicación y mordeduras de víboras
El ministro de Salud Pública, Emilio Lanari, supervisó los operativos sanitarios y ratificó el apoyo institucional de todo el gabinete provincial. "Estamos trabajando permanentemente para asegurar la medicación de personas con enfermedades crónicas", explicó el funcionario.
Sin embargo, el contexto de inundación trajo aparejadas patologías específicas. Los equipos médicos asisten cuadros de dermatitis y enfermedades gastrointestinales derivadas del contacto con el agua estancada.
Además, se informó que el sistema de salud debió intervenir de urgencia ante la mordedura de una víbora, un riesgo creciente ante el desplazamiento de la fauna autóctona por la crecida.