El gobernador Leandro Zdero puso en marcha una reconfiguración clave de su gabinete al tomar juramento a Julio Ferro como nuevo ministro de Gobierno, Justicia, Trabajo y Derechos Humanos, y a Diego Gutiérrez al frente de Desarrollo Humano.
Ambos desembarcan en áreas sensibles con la instrucción explícita de acelerar la modernización del Estado, reforzar la presencia territorial y garantizar que la asistencia llegue sin intermediarios. Las designaciones no solo reorganizan el mando político, sino que habilitan una nueva etapa de gestión en la segunda mitad del mandato.
Ferro asumió el cargo luego de renunciar a una banca legislativa que tenía asegurada por cuatro años. Él mismo reconstruyó el momento en el que aceptó el desafío: un llamado a las nueve de la mañana del gobernador cambió el rumbo de una jornada que debía conducirse hacia la asunción parlamentaria.
Ferro: “Lo mío no es testimonial”
“Lo mío no es testimonial”, afirmó, al subrayar que su decisión respondió a una demanda de conducción política y cercanía con la gente. Su primer día estuvo marcado por reuniones técnicas, ordenamiento interno y una instrucción prioritaria: avanzar en la digitalización del Registro Civil, modernizar trámites y fortalecer la gestión territorial. También confirmó la continuidad del seguimiento de causas judiciales donde el Estado actúa como querellante, entre ellas el caso Cecilia.
El nuevo ministro relató que la transición con su antecesor, Fernando Gómez, fue cordial y sin tensiones, y destacó que incorporará al abogado Carlos Reguera, cuyo perfil técnico, anticipó, aportará solidez en áreas críticas. La hoja de ruta inmediata incluye trabajo operativo hasta fin de año, un plan estratégico hacia marzo y la reestructuración del esquema interno del Ministerio. “Ordenar, planificar y salir al territorio” es, según Ferro, la base de su gestión.
Gutiérrez: La gente necesita respuestas”
En Desarrollo Humano, Gutiérrez asumió acompañado por Zdero y por su antecesor, el propio Ferro, con un mensaje que combinó urgencia social y compromiso político. “Vamos a trabajar 24 por 24, lunes a lunes. La gente necesita respuestas”, expresó tras jurar. Reconoció que la provincia arrastra índices de pobreza que “duelen y avergüenzan”, pero aseguró que su objetivo es dejar atrás la lógica del asistencialismo permanente: promover autonomía económica, acompañamiento territorial y políticas que permitan salir de la pobreza de manera sostenible.
En un diciembre de alta demanda social, el ministro confirmó la continuidad del programa Nachec, la asistencia alimentaria y la distribución de bolsones navideños. También remarcó que la transición con Gabriela Garza fue ordenada y sin rupturas. Uno de los ejes más contundentes de su agenda será la eliminación definitiva de intermediarios: “No puede haber gerentes de la pobreza reteniendo ayuda. La asistencia debe ser directa”.
Gutiérrez aseguró que trabajará articuladamente con organismos como IPRODICH e IDACH, con fuerte presencia en los barrios y controles estrictos sobre la distribución de recursos. Según relató, el gobernador fue preciso en su pedido: gestión sobre el territorio, responsabilidad y continuidad en lo que está funcionando. “Los cargos no son de los funcionarios. Nosotros formamos parte de un proceso que conduce el gobernador”, sintetizó.