OPINIóN
Economía y pandemia

2021: el escenario internacional

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Pronósticos. El Central destacó que se prevé que siga el rebote de actividad de fines de 2020. | cedoc

Para Aldo Ferrer, la globalización no es buena ni mala, son las respuestas nacionales las que pueden juzgarse así. Argentina aporta el 0,6% del PBI global. Como economía pequeña, es susceptible a las políticas de los países centrales. El covid impactó de forma generalizada dejando como saldo una contracción mayor al 4% del Producto según el último Overlook del FMI. Los gobiernos emitieron un equivalente a US$ 12 billones en respuesta a la pandemia, pero los paquetes de estímulo de las potencias tendrán repercusiones planetarias.

La descomunal inyección de liquidez encendió las alarmas de los países desarrollados. El resurgimiento inflacionario ya ocupa a académicos y a la prensa especializada. Inquieta que 1 de 5 dólares en circulación fuera emitido durante 2020. Resulta tentador comparar la crisis subprime con la actual, otro evento de emisión masiva: a pesar de los relajamientos cuantitativos de 2008/09, los precios estuvieron bajo control. ¿Por qué la emisión no condujo a mayor inflación?

Una teoría es que la inyección oficial compensó la caída del crédito privado, de forma que los agregados monetarios apenas tuvieron incidencia inflacionaria. El marco actual dista de aquel. El aumento de la base monetaria se acumuló en las cuentas bancarias de las personas mientras se recluyeron en sus casas. El mayor ahorro precautorio habría diferido el pasaje a precios. Pero si un festival de gastos se desatara conforme se desanda la reapertura, los cuellos de botellas llevarían a tensiones inflacionarias.

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Una hipótesis alternativa, más alejada de la clásica teórica cuantitativa, es que los países centrales, al emitir monedas de reserva de valor global, pueden desplazar su inflación. Un privilegio que aumenta el precio de acciones, criptos, commodities y todo activo para especular, no para consumir. Así, estos países, más que la inflación convencional, provocan la reflación de activos financieros.

La pregunta es cuál será el impacto para Argentina. Nos proponemos conjeturar posibles escenarios de inflación mundial.

Si se impone la aceleración inflacionaria de la primera teoría, las autoridades de los países centrales podrían revertir las QE aumentando la tasa de interés, dando lugar al flight to quality y a la revaluación del dólar. Esto revitalizaría las dificultades de la economía nacional para la estabilización, la recuperación del empleo y la actividad: sin reservas ni financiación, menor potencia para la generación de dólares genuinos.

Sin viento de cola es irremediable buscar apoyos en organismos multilaterales que faciliten fondos frescos (mayores condicionalidades); también se extendería un cepo estricto; y habría mayor actividad oficial en el mercado financiero local. De hecho, es posible rediseñar el cepo para que no deje más alternativa que financiar al Gobierno. Sin embargo, desde el punto de vista político, no serían las condiciones óptimas para un oficialismo en año electoral.

Un escenario más auspicioso es el que proyecta la segunda teoría. Durante 2020, el precio internacional de la soja aumentó un 40%. Excelente para Argentina, cuyo complejo sojero explica más de 2/5 de las exportaciones. Para 2021, EE.UU. y EU presupuestan paquetes equivalentes a US$ 1.800 millones, lo que alimentaría la cotización del poroto. No obstante, detrás de estas bondades se esconden amenazas.

El riesgo pasa por una renovada presión a la apreciación cambiaria, en año electoral siempre tentador para mantener el dólar barato. Reprimarización, menor competitividad de sectores capaces de generar empleo productivo, mayor presión sobre el presupuesto público. La agenda de desarrollo, largamente postergada por la política, requiere no sucumbir ante esa tentación. Condición necesaria. Con independencia del escenario que nos toque, nuestra respuesta debe ser la adecuada. Condición suficiente.

 

*Docente de Política Económica-FCE-UNNE (@AKargentina19).

Producción: Silvina Marquez