OPINIóN
péndulo político

2022: ¿la consolidación de la izquierda en la región?

En 2021, en tres de las cuatro elecciones presidenciales latinoamericanas triunfaron opciones progresistas. Y este año podría repetirse ese fenómeno en el gigante regional, Brasil, y en Colombia, por primera vez en su historia.

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Gabriel Boric (Chile), Pedro Castillo (Perú), Lula da Silva (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia). | cedoc

Durante 2021 cuatro países latinoamericanos tuvieron elecciones presidenciales: Ecuador, Perú, Honduras y Chile. Salvo en el primero, en donde ganó el derechista Guillermo Lasso, en los otros tres restantes los candidatos ganadores pertenecen a partidos o coaliciones de izquierda, cuyos gobiernos se sumarán a otras presidencias izquierdistas ya existentes en la región. Durante este año que comienza, los ojos estarán puestos en tres procesos electorales fundamentales: primero en Costa Rica y después, con aún más relevancia, en Colombia y Brasil, en donde nuevamente las opciones más progresistas por ahora van a la delantera en las encuestas. ¿Será 2022 el año en el que se consolide la izquierda en América Latina?

El que se fue será recordado como un año maratónico en términos electorales en la región, con las victorias de los izquierdistas Pedro Castillo en Perú y Gabriel Boric en Chile. De esta manera, los sucesivos triunfos de ciertos candidatos pareciera demostrar un período de consolidación de la izquierda en América Latina, que comenzó en 2018 con la llegada al poder de Andrés Manuel Lopez Obrador en México, continuó con Laurentino Cortizo, de centro-izquierda en Panamá en 2019, y la de Luis Arce en Bolivia en 2020. 

Y 2022 podría llegar a ser el año de la culminación del péndulo ideológico y el fortalecimiento de la izquierda latinoamericana en la región, especialmente con los comicios en Colombia y en Brasil. En Colombia las encuestas actuales dan como ganador, aunque en segunda vuelta, a Gustavo Petro, el economista y ex alcalde de Bogotá quien tiene un pasado militante y guerrillero que podría poner fin a los cuatro años de uribismo del actual presidente Duque. Una victoria de Petro no solo agregaría otro país al tablero de naciones gobernadas por la izquierda, sino que sería un hecho inédito: sería la primera vez que un candidato con este posicionamiento ideológico sea electo presidente colombiano. 

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En Brasil, la elección presidencial de octubre tiene los ojos puestos en los dos candidatos principales: el ex mandatario Lula Da Silva y el actual presidente Jair Bolsonaro, que quiere lograr su reelección. De acuerdo con los sondeos actuales, la contienda se podría dirimir en un posible ballotage el 30 de octubre entre estas dos personalidades con una posible victoria, de acuerdo con las cifras que se proyectan hoy, del candidato del Partido de los Trabajadores. 

¿Pero esta consolidación de la izquierda significa una unidad ideológica y programática? No necesariamente. Si bien es cierto que el mandatario peruano y el presidente electo de Chile, por nombrar algunos casos, se manifiestan como personalidades afines a la izquierda, no existe una total homogeneidad en las visiones, los valores y las políticas públicas. Mientras que Pedro Castillo es sospechado de mantener vínculos con Sendero Luminoso y Gustavo Petro es un ex guerrillero del M-19, Gabriel Boric se ha pronunciado contra la violencia política en reiteradas oportunidades y por el contrario seguramente mantenga vínculos más cercanos a Lopez Obrador que a Castillo y Petro. 

Por otro lado, mientras que el presidente electo de Chile quiere avanzar hacia mayores derechos sociales especialmente para las minorías y las disidencias, como fue el caso de Lula en Brasil, Pedro Castillo se mantiene como una personalidad absolutamente conservadora en estos temas. Sin embargo, también existe una curiosa similitud entre varias de estas nuevas figuras izquierdistas, especialmente Boric y Petro: ambos se posicionaron políticamente como actores relevantes después de los respectivos estallidos sociales en sus países en 2019 y representan el agotamiento de la clase política en cada una de estas naciones. Y en términos de cooperación internacional también existe un vínculo transversal: la mayoría de los gobiernos izquierdistas han manifestado su interés en profundizar los lazos productivos y tecnológicos con China. 

¿Cuáles son las causas de la posible consolidación de la izquierda en la región? En primer lugar, el proceso ideológico en América Latina es pendular y no debería sorprender que después de varios gobiernos vinculados con posturas de derecha y centro-derecha, la ciudadanía vuelva a girar hacia la izquierda. Pero además, existen otras causas coyunturales que atraviesa la región que nos permiten entender por qué ganan candidatos con propuestas diferentes a los oficialismos actuales. 

Para comenzar, diversas consultoras en distintos países dan cuenta de la existencia de un descontento de la sociedad, y especialmente de las clases medias, con respecto al manejo que varios gobernantes, muchos de ellos de derecha, han tenido frente a la pandemia. Esto aplica especialmente para los casos de Bolsonaro y Duque. Frente a la crisis del Covid una cantidad creciente de ciudadanos demandaron mayores redes de protección social para hacer frente a la pandemia y una mayor presencia estatal que generalmente los candidatos de izquierda pueden prometer. 

Asimismo, y también como consecuencia de la pandemia, América Latina atraviesa un período caracterizado por un aumento de la desigualdad en términos tanto socioeconómicos como también, y vinculado a ello, una enorme brecha en el acceso a derechos vitales como las vacunas contra el coronavirus. En cuanto a la pobreza, un informe de Cepal (2021) revela que el 33,7% de la población latinoamericana es pobre y un 40,7% sufre inseguridad alimentaria grave o severa, con cifras que vienen creciendo desde el año 2017. 

En algunos casos, estas crisis socioeconómicas de hace algunos años desembocaron en estallidos sociales, como sucedió en Perú, Colombia y Chile, en donde estos gobernantes sufrieron procesos de desgaste tan importantes que terminaron con porcentajes de aceptación que rondan los mínimos históricos, como fue el caso de Sebastián Piñera. Incluso, las críticas a los gobiernos derechistas llevaron no solo a estallidos sociales sino también a los cuestionamientos de los liderazgos tradicionales que dieron lugar al surgimiento de nuevas figuras que llegan para poner en jaque las estructuras existentes. 

En caso que se cumplan los pronósticos, habrá en un lapso de pocos meses un giro de la derecha hacia la izquierda en al menos cuatro países: Honduras, Chile, Colombia y Brasil. Pero sobre todo, no sólo debemos mirar la cantidad de naciones que girarán a la izquierda sino también el peso relativo que tienen en la configuración política de la región, especialmente en el caso de Brasil. ¿Podrán estos nuevos gobiernos cumplir con las expectativas de una sociedad descontenta con la clase política? Si bien habrá que esperar algunos meses para saberlo, es difícil. Las nuevas presidencias se enfrentan a una situación social compleja y con los niveles de pobreza en sus picos más altos de las últimas dos décadas, mientras que el precio de las materias primas que estuvieron en auge hace 20 años y les permitió a los gobiernos progresistas implementar políticas intervencionistas hoy sufre las consecuencias de una crisis productiva global.

*Licenciada en Ciencias Políticas (UCA). Investigadora del Centro de Estudios Internacionales (CEI-UCA).