"Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, lo reconoceréis por este signo: todos los necios se conjuran contra él". (Jonathan Swift)
Con esta revelación del gran satírico irlandés, comienza la obra de John Kennedy Toole, publicada póstumamente en 1980.
Viviana Canosa, mujer de larga trayectoria en los medios, devenida en periodista política, comentarista de la realidad, gira en su silla fucsia mientras recita con diferentes tonos y algunos gestos sobreactuados la editorial de cada día.
Viviana Canosa y Ofelia Fernández: tan distintas y tan iguales
Se coloca las manos en el pecho, en la cabeza, aprieta los dientes y muestra una fotografía que no necesita explicación para ilustrar otra de las tantas escenas de la decadencia nacional.
“Somos un rebaño de…” e invita al público a repetir con ella: "pelotudos", haciendo las delicias de una audiencia desencantada, nihilista, pero también reaccionaria y combativa.
La aman.
“Estamos liderando la franja” repite a cada momento y pide aplausos.
Viviana Canosa bien podría funcionar como la representación contemporánea de aquel maravilloso Ignatius Reilly a quien Kennedy Toole dio la voz y poder de denunciar toda una sociedad en franca decadencia.
Reilly vivía con su madre, embanderaba su rechazo a los valores progresistas de su tiempo, los Estados Unidos de los años 60. No era políticamente correcto, pero era efectivo al desenmascarar la hipocresía del capitalismo y la moral relativa. Desdeñoso, irritable, despectivo con las normas establecidas, cuando logramos comprender su naturaleza, su lucha, su “punto”, no podemos dejar de recordarlo como un personaje entrañable, un rebelde.
Como Ignatius, Viviana despliega su visión del mundo con desparpajo e impunidad, se rebela con libertad y es atacada.
Para Viviana Canosa, "comparar a Fabiola con Awada es para tirarse de un quinto piso"
Canosa es valiente, impertinente y locuaz, provocadora, veraz, pero es incorrecta, inconveniente, incómoda.
Como esos runners que corren con chaleco fluorescente en las noches cerradas de los bosques de Palermo, se cruzan de un cordón a otro provocando volantazos y frenadas, Canosa se impone exhibiendo impúdicamente, nada más y nada menos que su pensamiento, en la oscuridad del discurso único y políticamente correcto y a riesgo de ser atropellada, no se detiene.
Las ultimas semanas ha sido especialmente atacada, subestimada, agredida, como si no fuéramos capaces de soportar la interpelación del pensamiento disidente, la expresión genuina del que piensa lo contrario y además tiene el tupé de decirlo en público.
Viviana Canosa contra "el día de la mujer verde"
Viviana, Ignatius, John Kennedy Toole son los imprescindibles de nuestro tiempo, los que agitan las estructuras vetustas de progresismos petrificados, los capitalismos de izquierda, los neoliberalismos ecológicos, la fuerzas mas antiguas y poderosas recicladas de valores de moda.
Larga vida a Viviana, a Ignatius y Kennedy Toole.