Aún no podemos hablar de que el conectivismo es una teoría de aprendizaje, para ser cauta diré que es un enfoque pedagógico.
El conectivismo se instaló mucho más fuerte en esta situación histórica y epocal que nos ubicó la pandemia de Coronavirus. Este enfoque, que originalmente fue planteado por George Siemens y ampliado por Stephen Downes, se construye sobre tres componentes:
- La teoría del caos: para simplificar esta teoría diré que aquellos procesos difíciles pueden producir cambios a largo plazo.
- En ese sentido, acontece más, importando la capacidad de adaptación a un entorno altamente cambiante.
- Las redes y la conectividad son importantes en la medida que el acceso al conocimiento es mucho más inmediato y no sólo los adolescentes tienen acceso a esta información. Los más pequeños aprendieron a utilizarlos y comprender que son un medio de comunicación como lo fueron y lo seguirán siendo diferentes plataformas.
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De este modo la capacidad que cada alumno aplique para aprender a través de las redes, para investigar y saber va a revelar la capacidad que tiene para discernir acerca del tema que lo convoca.
El aprendizaje es un proceso continuo, por lo tanto, hay que admitir que la enseñanza está en una era de transformación donde padres, docentes y alumnos debemos adaptarnos y abrirnos a este nuevo paradigma: aprender y enseñar a través de la virtualidad.
Hago referencia a que todos los actores situados, desde la presencialidad de las clases debemos aprender a encontrar puntos de relación entre varias corrientes de enseñanza–aprendizaje.
En definitiva, el objetivo es estar al día en un mundo que cambia constantemente.
Para ir cerrando la idea la conectividad bien aplicada, bien aprendida, bien guiada, llevará a los alumnos a:
- Ofrecerle a los alumnos la diversidad de opiniones y perspectivas y la posibilidad de elegir la información acertada.
- Autonomía en este proceso de aprendizaje donde pueden establecer conexiones entre diferentes conceptos, brindándoles la posibilidad de investigar y de indagar con capacidad de tomar decisiones.
El aprendizaje no tiene límites, tiene una perspectiva infinita y la tecnología permite el acceso a una red también infinita de posibilidades. Este enfoque pedagógico en los procesos de enseñanza–aprendizaje actuales está instalado y seguramente dependerá el futuro de la perspectiva de una nueva educación.
El siglo XXI se caracterizó por integrar nuevas tecnologías en el plano educativo (internet, teléfonos inteligentes, tablets, salas multimedias en las escuelas).
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Nos posicionamos en ver al alumno como un sujeto activo que procesa volúmenes de información y aprende desde una perspectiva individual y colectiva.
Los procesos escolares y los actores en una institución educativa coexisten y debemos asumir que no volveremos a las escuelas que dejamos, que en este mundo cambiante de modo acelerado esta revolución digital se instaló para que aprendamos y nos re inventemos frente a una nueva forma de ser educadores y educandos.
Obviamente, estos procesos vigentes en la sociedad, nos lleva a saberes y habilidades pedagógicas para poder implementar las tecnologías educativas dentro y fuera del ala escolar.
