Se considera psicología evolutiva a la rama de la psicología que tiene como objeto de estudio el desarrollo del ser humano a lo largo de todo su ciclo vital. Se trata de una disciplina que nace del interés de comprender los múltiples cambios que manifiestan la mente y la conducta de un ser en desarrollo continuado desde el nacimiento hasta la edad adulta.
Esta disciplina hace hincapié en los procesos de cambio por los cuales el sujeto va pasando a lo largo de su vida, teniendo en cuenta la presencia de elementos distintivos e individuales que nos hacen únicos, pero de similitudes en lo que respecta al proceso de desarrollo en cuestión. También tiene en cuenta que en dicho desarrollo vamos a encontrar factores tanto biológicos como ambientales. Se valora el medio sociocultural, el grado de maduración biológica y la interacción del organismo con el mundo.
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Me inquieta la psicología evolutiva porque me hace reflexionar en el niño que transita el jardín de infantes y al ingresar ya se convierte en alumno. Al convertirse en alumnos, el docente no solo debe apelar a su saber erudito, sino también a concientizar que su tarea pedagógica se realiza justamente con un “otro” que tenemos frente a nosotros. Que una sala está compuesta por “X “cantidad de niños que conforman un grupo y que no podemos homogeneizar conductas.
La psicología evolutiva nos ha trazado un recorrido para comprender comportamientos esperables en cada una de esas etapas. A saber:
· Etapa prenatal: Comprende desde la concepción hasta el parto. Se trata de un momento en que el ser humano es vulnerable a las influencias ambientales. Comienza la conexión a través de la mirada, el tacto, el olfato, los ruidos. Estímulos que no deben faltar para estimular su desarrollo cognitivo y afectivo.
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· Etapa de la niñez: La comprendida entre el nacimiento y los tres años. Es la fase en la que comienzan a controlar esfínteres, su desarrollo físico es muy rápido, comienza a interactuar de modo activo con el mundo que lo rodea. Observa, manipula, explora, repite patrones de conducta que comienza a incorporar y es capaz de transferir ese aprendizaje a otros contextos.
· Primera Infancia: Desde los tres a los seis años. Los niños comienzan a relacionarse entre ellos, registran sentimientos de empatía y de rechazo, hacen “berrinches” manifiestan emociones, empiezan a emplear el No para mostrar disconformidad, Mejoran las habilidades motrices, aumenta el autocontrol, comienzan a ser independientes, a expresar opiniones, a exigir ser escuchados. Son más egocéntricos.
· Se relacionan con sus pares y comienzan a tener sentimientos de afinidad y a “elegir amigos”.
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La primera infancia es la que va a determinar y marcar el resto del desarrollo evolutivo hasta la edad adulta.
El transitar un Jardín de Infantes es la experiencia más valiosa que podemos darles a nuestros hijos.