Antes de la pandemia existía un uso sumamente acotado de las videoconferencias para llevar adelante continuación de tratamientos o partes puntuales de ellos. Rara vez se comenzaban tratamientos nuevos por videoconferencia y el motivo fundamental del uso de la videoconferencias era por movimientos de ciudad por parte del paciente, ya sea por viajes temporales o migración.
En todo caso, representaba un porcentaje muy poco significativo de la práctica psicoterapéutica. Menos del 3% de las sesiones transcurrían en el mundo virtual. La llegada de la pandemia representó el cambio más repentino y masivo en toda la historia de la psicoterapia, al migrar en su inmensa mayoría, más del 90%, a una práctica virtual, fundamentalmente a través del uso de la videoconferencia.
La práctica psicoanalítica en tiempos de pandemia
Aún no sabemos los efectos de semejante acción, pero sin lugar a dudas ha sido un acto de adaptación formidable, permitió que la población continuase recibiendo asistencia en un momento sumamente álgido, en el cual la salud mental de la población también entró en riesgo conjuntamente con su salud física.
Los sistemas de salud mental de nuestra región, a pedido de pacientes y psicoterapeutas, incorporaron en cuestión de pocos días la versión digital de los tratamientos (no tuvieron opción cierta de negarse, ya la presión por parte de los clientes de las prepagas y de los psicoterapeutas fue excesiva).
Psicoterapia online: cómo canalizar el vínculo pese a todo
Tanto en el sistema de atención público como en el privado, el peso fundamental de la migración estuvo a cargo de los psicoterapeutas. El sistema privado, al reconocer las prestaciones online, lo que instaló fueron sistemas de control, pero no brindó herramientas específicas para su gestión. Muy pocas instituciones cuentan, al día de hoy, con plataformas de gestión de tratamientos online. Ésa es una de las áreas con mayor crecimiento a futuro.
No sólo a través de videoconferencias continuaron los tratamientos. El uso de sistemas de telefonía tradicional, sistemas de mensajes automáticos o la incorporación de apps de apoyo fueron otras de las estrategias utilizadas por los psicoterapeutas para mantener las prestaciones. Estas alternativas no fueron incorporadas formalmente por los sistemas de salud. Sin embargo, forman parte de las intervenciones utilizadas en este período.
Ciberterapia durante la pandemia de COVID-19
La gran pregunta es sobre el impacto en la efectividad de los tratamientos. ¿Se vieron perjudicados o potenciados? ¿Qué tipo de pacientes no pudo continuar con su atención psicológica? Hubo sectores de la población especialmente afectados por este movimiento. Por ejemplo, los adultos mayores, con menor acceso a dispositivos tecnológicos y a su manejo. ¿Cómo vivieron la interrupción o alteración de sus tratamientos?
Resulta imprescindible empezar a recolectar datos para conocer la efectividad de los tratamientos bajo esta nueva modalidad. A medida que la presencialidad regresa, son muchos los pacientes que, por motivos de cuidados de la salud física o por que se adaptaron sumamente bien a la modalidad online, no quieren regresar a los consultorios, por lo cual estamos trabajando para empezar a mapear esta nueva situación. Esperamos tener números rápidamente para dar cuenta de sus resultados.
* Andrés Roussos, profesor titular de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Belgrano; investigador principal del CONICET y recientemente elegido como futuro presidente de la Society for Psychotherapy Research (SPR).