El 17 de octubre terminó en un debate sobre quien lo usa hoy, muy lejos de quien lo rememora y lo respeta. Con Néstor ahora todo es más claro, el peronismo necesita olvidarlo si quiere intentar sobrevivir mientras que sus seguidores están urgidos de sostener la mistura. Un divorcio entre un pasado honorable y un amontonamiento de recuerdos carentes de coherencia, donde los herederos corren el riesgo de quedar al desnudo.
Néstor tiene una historia complicada de reivindicar, con logros inventados y fracasos demasiado reales. Los derechos humanos los agregó siendo presidente, antes, en la difícil, jamás se ocupó de ellos. Su virtud fue sin duda la manera de manejar y utilizar el poder, de ejercer la presidencia. Quienes lo recuerdan reivindican haber bajado el cuadro de Videla.
Después de los juicios de Alfonsín y del nunca más se había hecho justicia, luego gracias a su invento le terminamos otorgando a la violencia un lugar que jamás le hubiera correspondido. Sobre el dolor de los deudos, respetable, se construyó una reivindicación de la guerrilla que intentaba sustituir al peronismo, imponer su propia y deformada historia.
Néstor no respetaba a Perón, tampoco Cristina, como el personaje de Menem que imaginaba quedar dignamente ubicado en la memoria colectiva. Los Kirchner se apoyaron en los restos de la izquierda universitaria, en el marxismo y otras minorías que fueron todas enemigas del peronismo. El progresismo, esa mezcla de restos ideológicos sin sentido ni rumbo, eso era Néstor y termina al desnudo en el presidente actual, que no tiene absolutamente nada que decir.
Por eso necesitan del enemigo, para justificar su existencia, lo mismo hace Macri del otro lado. Dos partidos, dos odios y ningún proyecto. Aquella patria industrial e integrada no tiene quienes la reivindiquen entre los ricos, intermediarios y banqueros de hoy.
Con Alberto Fernández como único orador, La Cámpora prepara el homenaje a Néstor Kirchner
En alguna medida Néstor fue dueño de otra mirada económica, eso es cierto, tanto como que ni siquiera intento alterar la concentración de la riqueza que disuelve a la clase media ni el enorme modelo de corrupción institucional que nos legó Menen. La privatización de los servicios públicos fue parte de la corrupción y destrucción del estado. Se regaló lo construido por todos con el cuento de que los privados no robarían, solo se llevarían las ganancias que no les correspondían, ya que nada habían invertido.
La dictadura, Menem, los Kirchner y Macri fueron todas etapas de la misma decadencia
Néstor amaba este sistema, reivindicaba a Menem y a Cavallo, gestionó personalmente la privatización de YPF. Quizá tengan razón al decir que Macri fue peor, es indiscutible, eso no los vuelve dignos del recuerdo ni mucho menos del homenaje, terminaron siendo parte esencial de la destrucción de nuestra sociedad.
La dictadura, Menem, los Kirchner y Macri fueron todas etapas de la misma decadencia, del proceso de crecimiento de deuda y pobreza del cual hasta ahora no pudimos ni intentamos salir. Sin industria no hay trabajo y no nos alcanza con las divisas del agro. En el proyecto que inicia la dictadura sobra la mitad de la población, el resto es decorado de economistas. Néstor no merece ser recordado como gestor de logro alguno, incrementó nuestra división y nos dejó sin política nacional y exterior. Alberto es solo su consecuencia, todo más decadente, somos más pobres, también en talento.