El 22 de mayo se celebra el Día Internacional de la Biodiversidad, conmemorando la adopción del tratado que se propone abordar y revertir la crisis mundial de pérdida de biodiversidad en 1992.
Este año, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) propone el lema “Sé parte del Plan”, instando a la acción multisectorial para hacer realidad las 23 metas del Marco Mundial para la Biodiversidad Kunming-Montreal (MMB), también conocido como “Plan de Biodiversidad”. Este marco fue adoptado en 2022 durante la COP15 de Biodiversidad en Montreal, Canadá, por los 196 Estados Parte del CDB, entre ellos Argentina.
Cómo andamos en Biodiversidad
Sucesos recientes en nuestro país no indican un progreso para la realización de los objetivos y metas mundiales a nivel nacional. Esto, en un escenario de repunte en la deforestación, incendios intencionales, implementación parcial de la normativa vigente, su desfinanciamiento y el desmantelamiento de políticas y programas de apoyo, y con reformas legislativas que benefician actividades económicas primarias y extractivas y una política de ajuste del FMI que perpetúa un modelo económico y de desarrollo quebrado.
Mientras que a nivel global se busca frenar la pérdida de hábitats naturales y ampliar las zonas terrestres y costero-marinas bajo protección y restauración, la Legislatura del Chaco acaba de aprobar una actualización de su Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN) con efectos regresivos.
Una de las provincias con aún grandes extensiones de bosques en pie, pero inmersa en una emergencia forestal, viola de manera flagrante la legislación ambiental nacional permitiendo desmontar bosques protegidos por su anterior OTBN. Blanquea desmontes ilegales y elimina los Corredores de Biodiversidad establecidos en su territorio.
Conciliar la producción con la naturaleza no solo es factible sino necesario. El MMB reconoce el rol que juega el uso sostenible de la biodiversidad como estrategia de conservación, ofreciendo posibilidades de diversificación productiva con beneficios económicos para comunidades locales. También, remarca la urgencia de poner fin a incentivos y subsidios económicos que dañan la biodiversidad, y propone reducirlos en al menos USD 500.000 millones al año para 2030.
Sin embargo, las provincias patagónicas se empecinan en responsabilizar erróneamente a guanacos, pumas y zorros de todos sus males. Esto incluye, en algunas de ellas, la caza deportiva de estas especies y un sistema de pago de recompensas por cabeza de animal muerto, sin previos estudios de impacto ambiental ni ponderación de alternativas no letales.
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El proceso de desertificación que atraviesa la Patagonia nada tiene que ver con el guanaco, especie nativa adaptada al ecosistema natural, sino que responde a una historia de manejo ganadero inadecuado que degrada el ambiente. Se puede aprovechar la lana y carne de guanaco, pero ello requiere de un plan estratégico nacional, participativo y basado en ciencia. La matanza de pumas y zorros por su parte, precisamente diezma a especies que depredan al guanaco y contribuyen al equilibrio natural.
La integración de la biodiversidad y sus múltiples valores en sectores como la infraestructura es un asunto central del MMB. El Canal de la Patria en Santiago del Estero es un ejemplo del daño que pueden hacer las obras irresponsablemente planificadas.
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Es un canal de 250 kilómetros que por falencias en su construcción causa el ahogamiento de animales, sumando una nueva presión a uno de los ambientes más amenazados del Planeta: el Gran Chaco. El Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina documentó en los últimos meses la pérdida de más de 250 ejemplares de más de 40 especies de mamíferos, anfibios, aves y reptiles, al menos cinco con algún grado de amenaza.
Estrategia Nacional de Biodiversidad
El principal instrumento para aplicar a nivel nacional los compromisos asumidos internacionalmente es la Estrategia Nacional de Biodiversidad. Argentina deberá elevar al CDB una versión actualizada de su Estrategia antes del próximo octubre. Se espera que se desarrolle de manera participativa, integrando una diversidad de saberes, en el marco de la Comisión Nacional de Biodiversidad (CONADIBIO).
En el documento de aportes elevado por FARN a la CONADIBIO se resalta que su versión renovada no podrá significar retroceso alguno, sino conducir a una acción efectiva por la biodiversidad. Esto significa transversalizar la biodiversidad en todas las áreas de gobierno, dotarla de financiamiento e implementar políticas con pleno respeto por los derechos de comunidades indígenas y locales, mujeres y jóvenes.
El Plan de Biodiversidad a 2030 es un hito en los esfuerzos hacia un mundo que viva en armonía con la naturaleza. Aunque representa un desafío, superarlo es posible, y un deber legal y moral.
