OPINIóN
Análisis

El virus del odio está infectando la vida política, social, cultural

Se contagia velozmente entre fanáticos, la mayoría son usuarios de las redes sociales, y eso es hoy una cantidad considerable de opinión pública.

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Enojo | Andrea Piacquadio / Pexels

Comparto una breve reflexión sobre este nuevo virus, el del odio, que infecta la vida política, social, cultural y se extiende ya como una nueva pandemia.

Se contagia velozmente entre fanáticos, la mayoría son usuarios de las redes sociales, y eso es hoy una cantidad considerable de opinión pública. Los que antes resistían e insultaban, ¿recuerdan el cantito aquel: "Mauricio Macri, la p..."?... ahora gobiernan, se relamen en el poder y acusan a quienes los critican de odiadores seriales.

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A su vez, los militantes de la oposición que antes fue gobierno, reaccionan con ira doblando la apuesta. Son, la mayoría, manipuladores inconscientes de la grave enfermedad que transmiten, porque el odio se transmite a líderes que deberían contenerlo, no propagarlo. A la vez, quizá buscando atención y repercusión, toman partido los medios, los periodistas, los intelectuales, los científicos... todos parecen estar muy seguros de que el fracaso de este país es culpa del odiado de turno.

 

 

Fuego contra fuego, esto termina en un incendio, en el de la convivencia democrática, el único logro del que podemos enorgullecernos después de casi 40 años. Una de las preguntas que quizá deberíamos hacernos, antes de salir sin tapaboca a odiar sin sentido, es: ¿por qué prenden estos sentimientos tan malignos, tan jodidos, que no sirven para crear, construir, hacer algo mejor?

La grieta vuelve a gritar

Es probable que una sociedad humillada, que ve enriquecerse sin castigo a los responsables de sus males, sometida durante años a la mentira, la corrupción, la impunidad, es una sociedad altamente vulnerable al virus del odio. La única vacuna probada y eficaz en las sociedades libres es la justicia. Si la ley se cumple y es pareja para todos, entonces la cura es posible.