En la Argentina, las startups se destacan por su capacidad innovadora, agilidad y enfoque disruptivo: el 53% de las empresas innovadoras es pequeña. Sin embargo, enfrentan limitaciones significativas para validar tecnológicamente sus desarrollos, especialmente en el sector biotecnológico, que representa más del 60% de estas iniciativas.
En contraste, las grandes empresas poseen infraestructura, equipos y redes comerciales consolidadas, aunque presentan bajo dinamismo innovador y una reducida inversión en investigación y desarrollo. Además, muestran una capacidad instalada ociosa relevante, cercana al 42% en la industria manufacturera.
Esa capacidad ociosa representa una oportunidad, si se pone a disposición del ecosistema de innovación. Facilitar el acceso a infraestructura y bienes de capital reduce el riesgo de los nuevos emprendimientos tecnológicos, permitiendo validar rápidamente sus desarrollos.
Clonar genes y expresar proteínas será una revolución en la medicina
La sinergia en estas colaboraciones nutre a las empresas de una mentalidad innovadora, nuevas tecnologías y conocimiento. Por lo tanto, este tipo de estrategias podría disminuir los riesgos y mejorar los índices de sostenibilidad de los procesos de innovación, potenciando el agregado de valor sobre la utilización tradicional de las capacidades operativas existentes y favoreciendo la diversificación productiva.
La innovación abierta aparece como estrategia clave: promueve vínculos colaborativos entre grandes empresas y startups, apalancando fortalezas y compensando debilidades.
Estos procesos impulsan el codesarrollo de soluciones, fomentan la transferencia de conocimiento y dinamizan la economía del conocimiento. Cabe destacar el rol estratégico de las instituciones académicas como articuladoras de ecosistemas de innovación tecnológica. La construcción de entornos colaborativos y ágiles, orientados a resultados, acelera la transformación de proyectos científicos en soluciones aplicadas al mercado.
La validación temprana de la oferta de valor, impulsada por el codesarrollo, es clave para optimizar las inversiones en investigación y desarrollo y asegurar la sostenibilidad de las startups.
En ese marco, una iniciativa que apunta a cerrar esa brecha entre startups de base científico-tecnológica y corporaciones que buscan integrar innovaciones a su negocio es el programa IUD-Evolution, desarrollado por el Instituto Universitario para el Desarrollo Productivo y Tecnológico (IUDPT).
Propone un modelo de innovación abierta que vincula startups biotecnológicas con empresas consolidadas. El objetivo es facilitar la validación temprana, técnica y comercial de productos mínimos viables, mediante procesos más ágiles, inclusivos y costo-eficientes.
El modelo de trabajo combina dos etapas: preincubación con vinculación temprana a empresas, e incubación en laboratorios con asesoramiento técnico y mentorías especializadas.
Las empresas aportan capacidad instalada, conocimiento del sector y redes comerciales, mientras que las startups contribuyen con innovación, talento y tecnologías emergentes. A la fecha, el programa cuenta con 15 empresas patrocinadoras y ocho startups participantes.
Robustecer los procesos de vinculación y transferencia tecnológica resulta esencial para que el conocimiento generado en instituciones científicas y académicas llegue tempranamente al sector productivo, optimizando la apropiación de los esfuerzos institucionales realizados en I+D.
Esto permitiría maximizar el impacto socioeconómico de la innovación, impulsar la diversificación productiva y generar soluciones tecnológicas sostenibles a escala nacional.
*secretaria de Ciencia y Tecnología del Instituto Universitario para el Desarrollo Productivo y Tecnológico (IUDPT)