OPINIóN
Elecciones 2025

Conglomerados, insiders, candidaturas flotantes y dique legislativo

Cada nueva fecha electoral alienta un movimiento centrífugo en los partidos “alentando divisiones, salidas, y hasta nuevos frentes de corto plazo y exiguo reconocimiento ideológico”. Por qué la tarea de los jefes de bloques será titánica.

Boleta única Elecciones Legislativas 20082025
BUP Boleta única Elecciones Legislativas 2025 | Captura Web

En anteriores columnas, ya en el 2002, 2023 e inicios del 2025, venimos avizorando una suerte de evolución de coaliciones personalistas a conglomerados electorales de baja cohesión y coherencia ideológica, nuevos actores disruptivos en la política y dinámicas tensionadas en el poder legislativo.

Esto se refuerza en los armados de cara a elecciones legislativas en donde cada vez más los partidos refuerzan movimientos centrífugos alentando divisiones, salidas, y hasta nuevos frentes de corto plazo y exiguo reconocimiento ideológico o memorabilidad en el mediano plazo.

En este escenario de certezas en donde la representación se mantiene rutinariamente pero cada vez más se asemeja a una instancia moldeable para la política nos encontramos con:

  • conglomerados que se articulan pragmáticamente según cada territorio o jurisdicción electoral,
  • con los outsiders que son la norma y por esto podríamos comenzar a hablar directamente de insiders que aportan su expertise mediático o técnico en beneficio de la oxigenación política, y -candidaturas disruptivas no sólo testimoniales sino flotantes entre probables cambios en los ministerios (Justicia, Seguridad, etc.) pos elección o ampliación de plazos en los cargos (Hagman) aún siendo parte vigente de la misma cámara y actualizando la promesa de campaña sobre lo que hará en los próximos cuatro años y en los anteriores dos no pudo.


Ante todo lo anterior que llamamos aquí conglomerados, insiders y flotantes queda por analizar una dinámica para el mediano plazo que funcionalmente resulte un dique temporal y una unidad de sentido para las propuestas políticas que genere una división lógica entre oficialismo y oposiciones que son los bloques en el Congreso de la Nación.

Los jefes de bloques serán más importantes que los presidentes de partidos políticos nacionales, coaliciones, etc"

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Por esto, a futuro pueden ser los bloques, la última ratio o dique de contención de toda esta efímera dispersión y liquidez de los actores políticos y sus definiciones e identificaciones que nos permitan saber con algún grado de previsión que lugar ocupa en el espectro del debate político cada actor ante cada problemática de asuntos públicos.

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Los jefes de bloques serán más importantes que los presidentes de partidos políticos nacionales, coaliciones, etc, lo cual demuestra el énfasis y refuerzo de dinámicas cortoplacistas por parte de sus integrantes que pueden negar todo pasado y todo futuro de pertenencia para adecuar las acciones y votaciones conforme el contexto lo demande. La tarea de estos jefes, mal llamados parlamentarios, siempre fue difícil y ahora será titánica.

Finalmente, el debate político, dimensión a todas luces bajo el análisis actual por su grado de elocuencia, exabruptos y rispidez, no es más que un estado consecuente y como respuesta a tantos años de beligerancia de los gobiernos desde el 2001.

Podría exigirse a la dirigencia que no responda en el mismo sentido para elevar la calidad del debate pero también es esperable que eso no suceda en tanto la sociedad, en amplios sectores, sostiene y tolera estas actitudes en tanto en la dimensión privada y digital se retroalimentan estas prácticas. El conflicto nunca desaparece, se administra de ser posible.

Y, como ya hemos también reflejado en estas columnas de opinión, la dictadura de las formas discursivas encubrió un intento de hegemonía gramsciana que no logró sostenerse hasta hoy intentando vaciar de republicanismo los ámbitos institucionales. Esperemos que esto no recaiga en una contracultura simplista, también de influjo gramsciano, que suprima la articulación y respeto por la diversidad de intereses y preferencias políticas y sociales que da lugar la tradición del liberalismo y repúblicanismo.