OPINIóN
Elecciones en EE.UU

Donald Trump camina por el borde del precipicio electoral

La reelección del actual mandatario estadounidense está en duda. La decisión de darle su voto o no, está atada a la gestión de la pandemia, la situación económica y a las políticas por los conflictos raciales.

Donald Trump 20200701
Donald Trump | AGENCIA AFP

El martes 3 de noviembre es la fecha fijada, por la legislación federal de Estados Unidos, para la celebración de las elecciones presidenciales. Este extenso país localizado en la porción septentrional de América, al que Alexis de Tocqueville le dedicó abundantes cantidades de tinta –en su obra La Democracia en América– para intentar comprender el funcionamiento doméstico de esta nación, que posee un sistema electoral con ciertas singularidades: elecciones indirectas, sufragio no obligatorio, y en casi todo el territorio, el candidato que gana en un Estado (aunque sea por un voto), se queda con todos los electores. Esto lo diferencia del proceso electoral vigente en la Argentina, por mencionar un caso en el mismo hemisferio.

El presidente, en Estados Unidos, carece de competencias para modificar la fecha de las elecciones, lo que hace que el anhelo de Trump de comprar tiempo, se desvanezca

Es sabido que Donald Trump llegó a la Casa Blanca leyendo mejor las peculiaridades del paño electoral y de los votantes del siglo XXI, que Hillary Clinton. Merced a esto y empleando estrategias electorales impregnadas de tecnología y estudios sociológicos, pudo sortear los embates de muchos medios de comunicación tradicionales, que explicitaban “No vote por Trump”. No obstante, pareciera que los vientos a favor de antaño y la elevada popularidad del mandatario excéntrico, se contaminaron con una pésima gestión de la pandemia, con fuertes reclamos de justicia racial, y con la mayor contracción económica de la historia, lo que erosionó su aprobación y puede transformar aquellas brisas resplandecientes en un furioso huracán político en su contra.

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A este panorama, se suma el hecho de que el presidente, en Estados Unidos, carece de competencias para modificar la fecha de las elecciones, lo que hace que el anhelo de Trump de comprar tiempo, se desvanezca.

Por la pandemia, Donald Trump propuso posponer las elecciones

El primer martes de noviembre, el pueblo estadounidense escogerá continuidad o cambio. Ante este escenario, Trump esgrime que el voto por correo –alternativa para evitar contagios de covid-19 durante la votación– estará empañado de fraude y que, por tanto, pone en riesgo su reelección.

Trump esgrime que el voto por correo –alternativa para evitar contagios de covid-19 durante la votación– estará empañado de fraude y que, por tanto, pone en riesgo su reelección.

No hay estudios que evidencien las conspiraciones que vocifera Trump en las redes sociales, pero existe una investigación interesante, elaborada por el Massachussets Institute of Tecnology, que refleja que vivimos en una era en la cual el conocimiento se duplica cada vez más rápido. En una curva que va comienza en el año 10 mil AC, se observa que fueron necesarios 6 mil años para que los seres humanos, multiplicaran por dos –por vez primera–, sus conocimientos. En el mismo gráfico se observa que desde 1990 hasta 2003, el conocimiento se multiplicó tres veces. Esta pesquisa sobre la velocidad del conocimiento aporta información que contribuye a (intentar) entender la paciencia cada vez más breve que tienen los pueblos para con sus gobernantes.

Los números complicados de Trump para la reelección, hacen suponer que la intención de voto está fuertemente atada a la gestión de la pandemia –Estados Unidos posee una tasa de mortalidad por Covid-19 que ronda los 500 muertos cada millón de habitantes–, al manejo de la economía y a las políticas sobre integración comunitaria y conflictos raciales. Y estas demandas sociales coexisten con otros fenómenos, que resulta imposible ocultar. Ellos son: el auge de las comunicaciones y una opinión pública cada día más anárquica y más voluble.

Mientras tanto, a menos de tres meses de las elecciones, y recibiendo noticias poco alentadoras, el futuro político de Trump camina por el borde del precipicio electoral.