Es un escenario de guerra” se desahogó ayer, la médica Lara Kretzer, coordenadora de la fuerza de tarea de la Asociación de Médicos de Terapia Intensiva. No sin desesperación, la profesional lamentó: “No conseguimos describir con palabras la realidad del frente. No se trata solo de la muerte de una persona; vemos varios miembros de una familia que pierden la vida por el covid-19”. Ayer, el desborde de la pandemia en Brasil fue un violento impacto para los profesionales de salud que están en la primera línea del combate al coronavirus. Los 100 mil nuevos contagiados en apenas 24 horas, otro de los récords de Brasil en el mundo, causó la impresión de que la batalla contra el virus se está perdiendo.
Brasil representa hoy 25% del total de fallecimientos en el mundo por Covid. Ayer, las muertes superaban una vez más el récord del miércoles, cuando se anunció que el número de víctimas fatales había llegado a 300 mil. “Esta situación impone medidas muy urgentes” reclamó el presidente del Consejo Nacional de Secretarios de Salud, Carlos Lula. La entidad reúne a los ministros y funcionarios del sector, de los 27 estados brasileños. “Hay decisiones que ya deberían haberse tomado, como garantizar la provisión de oxígeno y de medicamentos para poder intubar a los pacientes”.
Los 100 mil nuevos contagiados en apenas 24 horas, otro de los récords de Brasil en el mundo, causó la impresión de que la batalla contra el virus se está perdiendo
La eclosión de coronavirus y el número creciente de los pacientes internados produjo el desabastecimiento de remedios cruciales para el combate al Covid. A mediados de enero, y ante una escasez en puerta de drogas esenciales, el Consejo Regional de Farmacia de San Pablo recibió informes de que los estoques de esos remedios estaban en un nivel peligrosamente bajo. Esta semana quedó comprobado que no hay reservas de esos medicamentos para enfrentar las nuevas y mayores demandas hospitalarias. La entidad farmacéutica hizo un relevamiento a mediados de febrero en hospitales públicos y privados del sistema de salud paulista. Las conclusiones que arrojó el estudio fueron demoledoras: “77% respondió que había carencia de sedantes y neurobloqueadores musculares”. Ambos productos son esenciales para intubar pacientes y suministrarles oxígeno.
Brasil: por el colapso sanitario un paciente muere de Covid en el piso de un hospital
“Si el Ministerio de Salud no toma medidas urgentes en las próximas horas, ya no vamos a estar hablando de 3 mil fallecidos diarios sino de 4 mil o 5 mil ” subrayó la Asociación Nacional de Hospitales Privados. “Sin el kit intubación, no tenemos cómo atender a los pacientes de Covid”. Desde el gobierno de Jair Bolsonaro se informó que se realizaron compras internacionales de esos medicamentos. Pero, los empresarios del sector privado de la salud saben que los productos demorarán en llegar, y en el interregno “morirá mucha más gente. Nuestras existencias alcanzan para 3 o 4 días”.
El impacto directo de la nueva ola de Covid-19 es el colapso del sistema hospitalario público y privado. Ayer, había 6.370 brasileños a la espera de una cama en una Unidad de Terapia Intensiva, según admitió el Consejo Nacional de los secretarios de Salud (equivalente al cargo de ministro). En el estado de San Pablo la fila de espera alcanzó este jueves a 1.500 enfermos; en Minas Gerais a 714 enfermos y en Río de Janeiro trepó a 582. En San Pablo, la situación se tornó dramática: “El estoque de drogas para entubar pacientes graves apenas llega a una semana” indicó esa entidad. El Consejo cuestionó las políticas del Ministerio de Salud en ese ámbito: denunció que ese organismo había suspendido, sin ninguna justificación, la compra internacional de esos insumos. Y es esa decisión “nunca explicada” la que condujo a la crisis actual de abastecimiento de los productos farmacéuticos que forman parte del “kit intubación”.
El impacto directo de la nueva ola de Covid-19 es el colapso del sistema hospitalario público y privado
La crisis llegó a todos los estados de Brasil, pero es particularmente frágil en Río Grande del Sur, Santa Catarina, Paraná, San Pablo, Río de Janeiro y Brasilia. Es precisamente en esta última ciudad, capital del país, donde asume proporciones gigantescas. Un video trascendió estos días y causó conmoción. Mostraba cuerpos apilados de pacientes fallecidos de Covid, que aún no han recibido el tratamiento de rigor para el traslado y entierro.
Tantos hechos negativos llevaron al presidente Bolsonaro a un rápido cambio de estrategia. Formó, el miércoles, un comité de emergencia integrado por gobernadores, presidentes de Diputados y de Senadores, presidente de la Corte Suprema y ministros. De esta manera pretende dar un giro en la conducción de la pandemia, signada hasta ahora por el “negacionismo” presidencial.
La nueva política tiene que ver también con las críticas al jefe de Estado surgidas del sector empresarial y financiero. “La recesión no será superada mientras no haya un gobierno federal competente que controle la pandemia” declaró Persio Arida, el ex presidente del Banco Central, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Es el firmante de una carta que reunió financistas de primera línea como Roberto Setúbal (Itaú), Pedro Moreira Salles (Itaú) y Jose Olympio Pereira (Crédit Suisse),
*Autora de Brasil 7 días. Desde San Pablo, Brasil.
