OPINIóN
Resolución de conflictos en el Gobierno

Alberto Fernández o Cristina Kirchner: Dime quién lo resuelve y te diré cómo termina el problema

¿En los enfrentamientos decide el Presidente o lo hace la vicepresidenta? Quien administre el comando propone reglas bien distintas para su resolución.

Alberto Fernández y Cristina Kirchner
Alberto Fernández y Cristina Kirchner | MARCELO ESCAYOLA

Tras un año en el poder, el Frente de Todos ha mostrado diferentes herramientas para superar dificultades. ¿Superar dificultades?

“Pedagogía para solventar los contratiempos” era el título de esta columna de opinión, pero para que ello ocurriera me veía obligado a arrastrar al Gobierno hasta el laboratorio, y observarlo como un todo. Tarea compleja porque el artículo avanza constante por la ruta de la controversia hasta que, llegado un punto, se bifurca: ¿En los enfrentamientos decide el Presidente Alberto Fernández o lo hace la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner? Quien administre el comando propone reglas bien distintas para su resolución.

La expropiación de la cerealera Vicentin, la creación de una comisión para la reforma de la Corte Suprema de Justicia, la unificación del sistema de Salud, el conflicto con el agro por el Trigo, la pulsión política por el control del Partido Justicialista bonaerense o el impuesto a las grandes fortunas, son sólo algunos de los acontecimientos políticos que mayor fricción han generado entre sectores de la sociedad y el Gobierno en este último año; y según quién lideró la agenda, la escalada verbal, jurídica y legislativa fue diferente. 

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La agenda del Presidente y la vice es compartida, de ello hay sobradas muestras. Por más intentos estériles de buscar diferencias en las políticas públicas centrales de Gobierno, sus diferencias están tan solo en las formas.

Veamos el ejemplo del Campo -tema endémico para la Argentina-, y el paro que realizó la semana pasada, como respuesta al cambio de reglas que impartió el Gobierno, fijando un tope a la exportación de maíz.

¿Qué sucedió? Hubo una decisión unilateral de Casa Rosada de limitar la venta de maíz, compartida y celebrada por todos los socios del Frente. Le siguió una respuesta sectorial firme, amenazante y pública, que descartaba de plano la posibilidad de un acuerdo. El dardo volvió punzante a los cerealeros, que llamaron a un paro total de 72hs, reeditando el fantasma de la pelea con el Campo que tanto esmeriló a Cristina Kirchner en 2008, cuando era presidenta.

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¿Cómo se resolvió el conflicto? Decidió el Presidente Fernández, y apeló al freno de mano, al cese del lock-out, y vuelta a negociar tras la conformación de mesas sectoriales con todos los actores implicados.

 

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Cuando hubo que aplicar un impuesto a las grandes fortunas, no dudó en usar las herramientas a disposición para llevar adelante su cometido. Aún sabiendo que el resultado de la ley desalentaría fuertemente la inversión privada en la Argentina. No juzgo si está bien o mal, no es el fin de esta nota, sí la de entender que a todas las instancias de conflicto, la vicepresidenta las pasa duplicando la apuesta.

Alberto Fernández tiene otros modos, aunque sólo cuando se trata de cuestiones que no involucren a gobiernos provinciales y locales de otros partidos políticos.

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Rodeada la Quinta de Olivos por la Policía Bonaerense, urgido por el pedido de aumento de salario y mejora en las condiciones laborales de los efectivos, el Presidente no optó por la moderación y la calma, sino que creó un conflicto político con la Ciudad de Buenos Aires, le quitó recursos en cadena nacional y anunció patrulleros para todos en detrimento de la opulencia porteña.

Cuando el primer mandatario se enfrenta a un conflicto político es más Fernández de Kirchner que Alberto Fernández: Avanza en su postura, nutre su discurso de argumentos partidarios y de un problema sectorial crea un embrión político.

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Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner comparten agenda, difieren en los modos y, por ende, ensayan soluciones distintas. Alberto negocia o declina; Cristina duplica la apuesta. Alberto es pragmático; Cristina, idealista. Cristina es la socia mayoritaria de las acciones del Frente de Todos; Alberto, Presidente.

 

Por José Ferrentino. Consultor en ComunicaciónPolítica – Percipi Consultores. Twitter: @pepeferrentino