OPINIóN

La casa propia debería ser "la máquina de la felicidad"

Singular, simple, funcional y a la vez unificando interior y exterior: así debería ser la vivienda de nuestros sueños, según las nuevas tendencias.

Casas de moda en la playa
Casas de moda en la playa | cedoc

Al pensar en construir un nuevo hogar, la premisa es que sea un lugar cómodo, funcional y además amigable con el medio ambiente. 

Le Corbusier, uno de los máximos exponentes de la arquitectura moderna y uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX, dijo que “la casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de la felicidad”. 

En Argentina y en toda América Latina, el artista suizo realizó una sola obra, la Casa Curuchet, ubicada en la ciudad de La Plata, que se convirtió en una pieza icónica. 

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"Bancos de Tierras": crean un programa para la construcción de viviendas

Las estructuras modernas se basan en los diseños simples, las líneas rectas y la ausencia de ornamentación. Uno de los puntos principales que se tienen en cuenta es la iluminación, con la que se puede lograr efectos únicos que transmiten orden y amplitud de espacios. Además, las ventajas que aporta la iluminación led, las convierten en las favoritas de este tipo de construcciones.

Otro de los puntos que se impone es la inclusión de líneas de acuerdo a las necesidades específicas del hogar. De este modo, se logra aportar singularidad, complejidad y simplicidad, incrementando la belleza de la edificación.

 

La singularidad y la simplicidad de una vivienda aumentan la belleza de un espacio; eso no debería restarle la complejidad necesaria

 

La unificación del interior y el exterior del hogar es otro de los aspectos clave en este tipo de diseños. Mientras que los interiores son una parte vital del hogar, el paisaje que rodea la edificación no posee menos importancia. Así, la inclusión de espacios abiertos y grandes ventanales en las paredes permite la conexión con la naturaleza.

Por último, pero no por eso menos importante, podemos hablar de la asimetría intencionada. Esta característica se basa en una directa desvinculación con respecto a la clásica simetría de las construcciones propias del siglo XX. 

Utilizando principalmente materiales como el acero, cemento, ladrillo o revestimientos blancos, se respeta en todo momento la linealidad que define estos diseños.

Espacios claros, amplios, con inclusión de líneas y conexión con la naturaleza y el exterior, sumado a una construcción responsable que preste atención al cuidado del medio ambiente, son las premisas básicas para lograr un hogar cálido que nos genere felicidad.  

*Socio en Urban DNA Group