OPINIóN
NUEVAS REALIDADES

La diversidad de género en los equipos de trabajo crea valor y desafía los sesgos

Los estudios más recientes demuestran que las empresas con directorios que tienen equidad de género no solo son más ecuánimes en sus decisiones, sino que facturan mucho más.

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Iguales. Los equipos mixtos también mejoran las decisiones. | shutterstock

En un mundo absolutamente globalizado que abre la posibilidad de atraer a nuevos talentos, liderar equipos diversos no es una tendencia, sino que se convierte en una realidad que aporta valor tanto a las organizaciones como a la sociedad.

Cuando hablamos de diversidad nos referimos a todas las características que nos hacen personas únicas: personalidad, estilo de vida, experiencia laboral, etnia, edad, cultura, discapacidad, género y orientación sexual. Mientras que la inclusión significa respeto.

Hoy es cada vez más común incorporar personas diversas en los equipos de trabajo porque aportan valor y nos permiten aceptar, aprender e incorporar visiones distintas. Para lograrlo, el respeto por lo distinto es fundamental.

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La pandemia reordenó las prioridades para las personas y las organizaciones deben acompañar esta nueva mirada sobre el trabajo. En este sentido, las culturas organizacionales centradas en el bienestar de las personas, que crean climas que persiguen propósitos y promueven culturas diversas son las más beneficiadas a la hora de convocar y/o retener al talento.

Ventajas de abrazar la diversidad. En el mundo laboral, es algo sumamente positivo porque no solo mejora los resultados y genera ventajas competitivas, sino que también se convierte en una atracción de talentos que quieren ser parte de esa organización.

Puertas adentro, la diversidad también mejora la toma de decisiones en los equipos, ya que evita el pensamiento homogéneo y amplia una mayor variedad de perspectivas, frente a un mismo tema. Los equipos diversos nos interpelan y alcanzan resultados que contemplan mayor cantidad de perspectivas

Liderar equipos diversos significa integrar y trabajar juntos con nuestras diferencias, aprender de ellas y generar mejores resultados; donde todos se sientan escuchados, reconocidos, valorados y donde haya igualdad de oportunidades para desarrollar un liderazgo inclusivo.

Diversidad de género. Dentro del amplio tema de la diversidad, lo que respecta al género es un factor importante para las organizaciones. Se ha avanzado mucho en este aspecto pero aún queda mucho por recorrer. Se necesitan políticas públicas y normas proactivas que contribuyan a seguir reduciendo la disparidad y los sesgos que aún no permiten hacer el cambio cultural profundo que la sociedad merece.

Uno de los países para destacar en políticas de género es Francia. Aquellas organizaciones que ya han alcanzado diversidad de género en los puestos de liderazgo, ahora se desafían a lograr diversidad de nacionalidad y de origen socioeconómico. Para ello crearon el Barómetro de Diversidad Corporativa de Francia con el objetivo de darle seguimiento y ayudar a las organizaciones a avanzar en este sentido, según información difundida por McKinsey.

Aun cuando ha habido grandes avances, seguimos viendo equipos y organizaciones conformadas en su gran mayoría por hombres, donde cuesta incorporar la mirada de la mujer. Incluso, las mesas de decisión de temas que hacen al futuro de nuestra sociedad, son tomadas en general por varones. Por su parte, se observan prejuicios, miedos, y también un grado de desconocimiento sobre los beneficios que aporta una mirada diversa e inclusiva en los entornos laborales. Lejos de ser una amenaza para los hombres, es una oportunidad para que entre todos construyamos una sociedad más justa e igualitaria donde cada uno aporte para el bien común y todos estemos representados.

Muchos estudios han demostrado que en los equipos en los cuales se logra un sano equilibrio entre hombres y mujeres, hay más apertura a nuevas ideas, mejor comunicación y se generan ámbitos de mayor confianza, lo que se traduce en más eficiencia y mejores resultados para la organización.

Recientemente, Manpower publicó el resultado de una encuesta que concluye que solo el 25% de las empresas de Argentina está midiendo mujeres en la alta dirección, de diversos orígenes y en posiciones de liderazgo. En este mismo informe se detallan cuatro claves para avanzar hacia la equidad de género:

◆ Apropiarse de las métricas y medir el progreso.  

◆ Preparar la línea de sucesión para posiciones de liderazgo incluyendo mujeres.

◆ Hacer crecer y desarrollar a las colaboradoras.

◆ Ofrecer lo que las mujeres quieren. En este punto se destaca la flexibilidad.

Hombres y mujeres somos diferentes pero nos complementamos. Cada uno debe ser valorado por su capacidad, experiencias y habilidades para ocupar el puesto de trabajo.

Para lograr resultados en materia de equidad, los líderes tienen un rol fundamental para impulsar acciones concretas que aceleren el proceso. Liderazgos cercanos, empáticos y comprometidos con sus equipos es todo lo que necesitamos para reconocer los sesgos y lograr una transformación cultural genuina que lleve la bandera de la diversidad.

*Fundadora y directora ejecutiva de Crear Valor Juntos.